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Desesperación

Tamara

Mis labios temblaron cuando Thomas finalmente logró empujar la puerta hacia un costado.

Lo único en lo que puedo pensar es en sueño que tuve de Jessica, se repite en mi mente como si fuera una canción pegadiza que hubiera escuchado por horas, pero claramente no es algo tan alegre o siquiera positivo como eso.

Cerré los ojos con fuerza, suplicando mentalmente por no encontrarme con la desagradable prueba de como perdí a mi amada mejor amiga. Al entrar a la habitación abrí los ojos, quedándome muda al igual que Thomas.

Solo nos pudimos encontrar con Jess tirada sobre su cama boca abajo posiblemente dormida, pero ¡Oh vamos!, sin importar que tan pesado sea su sueño es imposible que no se haya despertado con todos los golpes que dimos para forzar la puerta.

Al darme cuenta de la extraña situación en la que nos encontrábamos avancé a paso veloz hacia ella, tomándola por los hombros y sacudiendo su cuerpo con desesperación, pero no despertaba. La golpeé, sacudí, y grité pero de igual forma no despertaba.

- Jess. -Gritó Thomas con preocupación al llegar a mi lado, tomando un vaso que casualmente Jess había llevado a su habitación seguramente minutos antes de mi llegada, vertiendo la gran cantidad de agua que aún permanecía dentro de este sobre su prima.

Ella no despertaba incluso empapada y solo podía desesperarme, las lágrimas se resbalaban por mi rostro en un intento de liberar la tensión acumulada, pero solo logre explotar en un incesante llanto que por momentos me ahogaba con mis saladas lágrimas.

- Jess. -Murmuré de una forma incomprensible su nombre llevándome la atención de Thomas, pero no me importó mucho y bajó su confusa mirada gatee por el suelo hasta llegar a un costado de su cama, estirandome sobre el cuerpo de Jess para abrazarla por la cintura, permitiendome seguir llorando sobre su estómago, sintiendo como este subía y bajaba lentamente debido a su débil respiración- Perdón por meterte en todo esto, realmente lo siento tanto. Por favor necesito que despiertes y juro que voy a hacer lo que quieras, no me importa que, pero, por fav.. -No logré terminar de suplicar ya que exploté en llanto nuevamente al recordar cada unas de las cosas que pasamos juntas. - Se suponía que vine a protegerte y no pude, perdón. -Seguí llorando en silencio, cerrando los ojos con fuerza y sin intenciones de separarme de ella, manteniendo la esperanza de que despertará con su típica mirada de "Quiero ver el mundo arder".

- Te quiero. -Susurré con dolor, sintiendo como cada pedazo de mi alma se iba desgarrando sin piedad alguna, perdiendo la luz que alguna vez pudieron tener todos mis recuerdos, los que ahora estaban siendo manchados por un fuerte y oscuro rojo carmesí.

- Voy a llamar a la ambulancia. -Murmuró Thomas con desesperación, y logré ver por el rabillo del ojo como sacaba su celular del bolsillo trasero de su pantalón, comenzando a marcar con las manos temblorosas el numero de emergencias.

Me mantuve en silencio restandole importancia a lo que él hacia, recordando las palabras de Ryan.

'Bien, te ayudare'

¿Dónde estaba cuando lo necesite?

Exacto, en ningún momento estuvo, no sé siquiera porque quise confiar en él. Pero ya no hay vuelta atrás y yo también cargo con la culpa de haber permitido todo esto.

- No hay WiFi. -Se quejó Thomas, tirando su celular con rabia en la mesa de luz, por reflejo sentándose en el suelo a la par que se tomaba la cabeza con las manos.

Lo miré extrañada ¿Sin señal?¿Cómo así tan repentinamente? Me levanté y saqué mi celular instantáneamente, prendiendo los datos al notar que él no mentía, pero para mi sorpresa tampoco había señal.

A Través Del CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora