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- Planes -


Tam

Lo único que podía hacer para evitar volverme loca era buscar algún ruido en el que concentrarme, pero nada, todo era tan silencioso.

En conclusión; me estaba volviendo loca.

Me levanté de la silla en la que me había sentado para darle la espalda a Ryan, y comencé a caminar por la habitación. No hay nada que mirar, la decoración es tan aburrida como sus colores.

En realidad, el plan es camuflar mis intenciones de buscar una forma de escapar, que no sea tirarme por una ventana.

Pare en seco al escucha el crujir de la puerta y un golpe al ser está cerrada. Ryan se había cansado de esperar a que nos llevemos bien y se había ido, GENIAL.

Rápidamente, comencé a remover las cosas que había en la habitación, abriendo cajones en el paso.

No hay ni mierda.

Me tire sobre la cama con fuerza, sintiendo mi cuerpo rebotar. Murmuré cosas que solo entendí en mi cabeza y me di la vuelva, quedando boca arriba.

El picor en mis ojos me hizo dejar de pensar y sentir rabia hacia mi misma.

« ¿Solo sabes llorar? No es el momento idiota. »

Mis mejillas no tardaron en sentirse húmedas mientras yo apretaba las sábanas a mis costados. Oh, si que iba a llorar.

Todo esto es mi culpa. No creo ser capaz de perdonarme si algo le pasa a Jess y Thomas.

Jess siempre estuvo, para bien o para mal, todos mis recuerdos siempre vienen acompañados por ella. No puedo dejar que le pase algo, no sería justo.

Esto no es algo que le debo a ella simplemente, es algo que me debo a mí, por muy feo que suene es así. La amo más que a nada, y por eso no puedo dejar que muera.

Ella merece más que nadie vivir.

Ella es todo lo que está bien.

Mordí mi lengua, no podía seguir pensando. De esta forma no soluciono nada, al menos no lo que necesito.

Siempre termino obligandome a alejar todo lo que duele, reprimir no está bien, pero prefiero hacerlo a pesar de que después duela peor.

Me siento atrapada.

Di un suspiro y apreté mi mandíbula.

Bien, no hay nada que pueda hacer acá, solo me queda salir e investigar las otras habitaciones.

Pasé mis manos por mi cara, limpiando las lágrimas en el proceso, y me levanté. Comencé a caminar hacia la puerta, sin dejar de mirarla ni por un segundo. Al llegar a esta, no me pude permitir dudar y la abrí.

Dejé que el pasillo con el que me encontré, me guiará hacia Ryan sabe dónde.

Sin tardar mucho, llegué a lo que parecía ser una cocina, de linda estructura y decoración, pero sin dejar su aburrido patrón de colores.

Seguí caminando hasta el comedor que conectaba con esta, sintiendo en medio de eso como mi corazón subía por mi garganta y mi cuerpo se helaba al ver a Ryan ahí, sentado.

Muy bien Tamara, das 3 pasos y ya te atrapan.

Gritando por dentro, me esforcé por sonreír y seguir caminando hasta la mesa frente a la que él estaba sentado, para apoyarme en esta.

- ¿Por qué te ves tan alegre cuando antes me querías arrancar la cabeza? -La desconfianza en su voz casi me hace dudar de poder engañarlo.

- Verás Ryan, después de pensar un poco en como estamos. Lo más inteligente sería no arriesgarnos a que sepan que yo también estoy acá, así que, cuando rescatemos a Jess lo haremos con Thomas de igual forma. -Hablé con toda la seriedad y seguridad que mi pobre cuerpo llegaba a cargar.

A Través Del CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora