Frase Minitah #489583
“Es horrible querer decir algo y darte cuenta de que la persona a la que le estás hablando no debería saberlo"
-Voy a la playa un rato-informó Zoe
-¿A esta hora? Es peligroso- le advirtió Merlina
-No va a pasar nada, tengo ganas de relajarme un poco. El viaje hasta acá me causó un estrés que me va a durar días- respondió y salió de la casa.
Se sentó sobre la arena y acercó sus rodillas a su pecho. Era una noche hermosa; el cielo estaba despejado asomando la perfecta luna, que alumbraba las calmadas olas del mar. El viento era agradable, y el sonido del agua chocando contra la orilla producía paz. Zoe cerró los ojos y echó hacia atrás su cabeza, disfrutando el momento. Un ladrido de perro arruinó su relajación.
“¿Por qué me pasa esto a mí?” pensó.
-¡GRU! ¡GRU!- gritó un chico corriendo hacia Zoe, quien estaba siendo lamida por un pequeño Pug que había aparecido de la nada- ¡PERRO LOCO!- gritó cuando llegó por fin hacia el y lo tomó, enfrentando sus caras. Zoe estaba todavía tendida en el suelo, divertida por el reciente ataque del cachorro.- ¡GRACIAS! Si no te hubiera visto no hubiera parado de correr hasta llegar a Rusia- le dijo el chico a Zoe.
-Em… De nada… Yo solo estaba acá sentada- respondió ella tímidamente frotándose la nuca. El chico era hermoso. Sus ojos marrones se achinaron cuando le regaló una sonrisa, la más linda que Zoe hubiera visto. Se quedó pensando en lo blancos que eran sus dientes y notó lo extraño que eso sonaba, pero eran realmente deslumbrantes. Tal vez eran sus finos labios los que hacían de esa la sonrisa más hermosa del mundo. Su pelo despeinado, seguramente tras la persecución canina de hacía unos minutos, quedaba perfecto en él, y el hecho de que llevara sólo una babucha deportiva gris y una musculosa negra y luciera tan bien hizo que Zoe pensara en cuán bien debería verse estando arreglado. Se ruborizó al notar que se había tildado mirándolo.
-Bueno, gracias, en serio. Tengo una heladería, pasá mañana y tenés asegurado un helado gratis por haber salvado a Gru.
-¿Gru?- preguntó Zoe divertida.
-Gru- contestó él levantando al perro- Gru el perro y Pablo el heladero- añadió señalándose.
-Bueno gracias, Pablo el heladero. Yo soy Zoe, la que no sabe cómo terminar la oración- bromeó ella.
-La linda- respondió él coqueteando.
-Así que, ¿Dónde queda tu heladería? Me gusta más el helado que el chamuyo- dijo ella con una ceja levantada pero con una pequeña sonrisa.
-Queda acá a unas cuadras, se llama “La Italiana”. En honor a mi abuela. Original, obvio.
-¡Nunca antes había escuchado un nombre parecido!- dijo ella con sarcasmo-Bueno entonces mañana como helado gratis. No puedo contener la ansiedad.
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Minitah
MizahHola, no voy a decorar esta novela para que la leas. Si sos una gorda sin amor como Zoe y sus amigas, si odiás tener que soportar las tragedias de ser mujer y si querés sentir que alguien te entiende y le pasa lo mismo que a vos, seguí leyendo. Si t...