Capítulo 21

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Hebe

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Hebe

Me sentía transportada a un capítulo de Glee, cuándo nuevas direcciones ganaron las nacionales y toda la preparatoria los recibió con una gran bienvenida —que ellos no se esperaban—.

Bueno, solo la parte de la gran bienvenida inesperada me recordaba al capítulo; nada de confeti en vasos rojos ni una pancarta pegada precariamente. Ni por mencionar la música que siempre aparecía mágicamente.

No había un gran trofeo que mostrar, pero si dos diplomas que mostraban que el primer lugar de la feria de ciencias regional se quedaba en el colegio, junto con una medalla de oro que pertenecería a dirección.

Yo con Cris teníamos medallas de plata, no tan fabulosas como la de oro, pero pesaba lo suficientemente en mi pecho para comprender lo que significaba.

El día anterior había sido un remolino de acontecimientos. Cuando la hora había llegado, nos habíamos presentado en la sala de conferencias de la Facultad de Ciencias Químicas y Físicas de la universidad, y, junto a Cris, mostramos nuestro proyecto.

Fuimos los últimos en pasar y no ayudó en nada a mis nervios ver cuán bien los otros grupos se habían preparado. Sin embargo, confiaba en mí y en Cris, y en todo lo que nos habíamos esforzado. Aún si no ganábamos, ya estar frente a aquellos jueces —que tenían doctorados firmes en sus currículum—, y poder representar al colegio era suficiente

Aunque ganar no se sentía nada de mal. Era la primera vez en la cual podía estar de acuerdo con la atención que otras personas tenían en mi persona. Mientras nos dirigíamos al gimnasio con Cris, las sonrisas y felicitaciones del alumnado no me hacía querer dar media vuelta y alejarme.

Me hacía feliz, lo que explicaba la gran sonrisa que se perfilaba en mis labios. Cris aceptaba con más efusividad el primer lugar. Estrechaba manos, guiñaba y lucía con orgullo la medalla colgando de su cuello.

—Esta es la vida que me merezco —me dijo, luego de estrechar la mano a un chico—. Te aseguro que si no ganábamos, no pensaba venir al colegio.

Me reí por lo bajo, pensando que eso era muy posible.

—No lo sé, la exposición acerca de como los auriculares podía aumentar los porcentajes de perder la audición igual era interesante.

Había visto el stand y la maqueta del oído, con todos los detalles y los diferentes auriculares que uno podía encontrar en el mercado. Comparando aquella mesa con la que habían montado con Cris, la de nosotros palidecía sin dudas. Sin embargo, la presentación tenía varios agujeros sin completar, que quedó en evidencia cuando los profesores le preguntaron y los estudiantes no supieron que responder.

Sentirse Completo (#2 Sentirse Viva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora