1. No es por ser Pesimista.

1.1K 42 2
                                    

Bueno... Esto no comienza cómo una típica novela romántica, dónde dos personas se conocerán porque a la otra se le caen los libros en el pasillo o se ven a través de la estantería de una biblioteca... Esta historia sólo será realista, te pudo pasar, te puede estar pasando, y si es así bueno... No te quedes callado/a. Bien, pararé con éste "discurso motivacional" que probablemente no te afecte, (si es lo contrario ya sabes), la verdad no soy mucho de discursos...

Me siento en el último puesto del salón en clases, soy uno más (aunque para efectos prácticos yo voy a ser un poco más -completamente- llamativo que los demás, pero sólo ante ti, esa idea me pone de los nervios), nunca levanto el brazo, soy el que de alguna forma se hace invisible.
He sido un camaleón camuflado durante ocho años, (voy en primer año de secundaria, hay otros tres iguales, -o sea 1A, 1B, 1C y 1D- y así las otras etapas para completar el instituto, yo voy en el 1C, (lo que significa que el próximo año paso a 2C), vivo en un departamento de primer piso con mi mamá, aunque casi no la veo... Y algo más, usualmente luego de clases...

-¡Hey! Nenita, ¿Me tienes la tarea lista? - Lo dice en voz normal para no llamar mucho la atención de las pocas personas que pasan. No corro.

Sí, a esto me refería. Todo es distinto en la vida real...

Ella es Keila es bastante linda, hemos quedado en el mismo curso, la Directora, en la "reunión", (si podemos llamar así a cruzarse con ella por el pasillo), me dijo "Para que se conozcan mejor." Creo que sobretodo por ése argumento tan vacío y carente de sentido la odio deliberadamente.

-Y-yo...- pensaba que decir para quitármela de encima o al menos intentarlo.- Ni siquiera he hecho la mía, no he tenido tiempo, ¡pero te la llevaré en cuánto la haga! - llámame cobarde pero es que ser un chico como yo, de complexión delgada y sin mucha fuerza no tiene ni el valor, ni las ganas de huir.

- No cambia nada.- asentí con la cabeza gacha y me di cuenta de que ya no había ni pizca de lo que ella habría sido un día. Ante mí había sido como abducida por el dolor, y ahora toda emoción la ocultaba ante personas como yo, porque ella es una líder, ella tiene un grupo al que todos anhelan entrar, abducida por las modas de las cuales solíamos decir barbaridades.

Ella era mi mejor amiga, y ahora,  la única que se molestaba en  joderme la vida. Que es un detalle de su parte, si eso sigue sonando cuerdo.

-¿M-me voy ó los espero? -frunció el ceño, tal vez fue por mi increíble falta de autoestima pero creía que a través de eso podría sentir compasión o lástima, creí.

-Casi me quitas las ganas de hacerte daño ¡eh!- dice riendo y luego se detiene y susurra -Pero dije casi.

Los dos chicos que siempre trae salieron de detrás de ella cómo por arte de magia y listos para su rutina de golpes. Ya estaba lleno de moretones y sólo quería morir, ¿¡Pero qué mejor opción!? que me maten entre patadas y me de una hemorragia interna, luego me tiran a la calle y dicen que fui atropellado, todos se preguntarían "¿Por qué? El no hacía nada.." ó también "¿Ahora quien hará mi tarea?..". Bueno quizá ni me den la hora, aunque tal vez sufriría y no sería considerado suicida sino zadomasoquista, me gustan las muertes rápidas, aunque también el dolor...

Así vivo, no se cómo, pero lo hago y simplemente trato de ser yo, aunque igual no funcione, porque cambiar a estas alturas no tiene sentido, sólo eso. No vale la pena y ojalá me equivocara.

POV' NORMAL

Nada trata de salirse de la rutina, no tiene que ser antisocial ó popular para tener una historia, no es necesario y esa mañana sinceramente sólo quería fundirse en su cama, pero no fue nada más que su gata la que le animó para ir otra vez a su colegio, bastante lamentable - si de eso hablamos- Es una vida, ¿No?... No la elegimos, sólo pasa cómo una acción involuntaria, cómo respirar y tienes tantas otras maneras de existir.

Por más ganas que tenía de arrancar no podía, algún día vendría el motivo por el cuál vivía o hasta se arreglaría la situación en su casa.

Así en ese momento de su vida las patadas cesaron por un momento, fue tan sencillo que le pareció un chiste, otra persona, un chico les estaba pegando en su lugar, no lograba distinguir su rostro, se sintió inútil y entonces reaccionó al dolor y a las marcas de su polera, sangre y moretones, poco a poco todo perdía forma y lógica, entonces se desmayó. Justo en el momento en que creía que ya todo acabaría, pero alguien lo había retrasado. Sólo alcanzó a escuchar unos gritos de parte de Keila y otra persona.

Tu marca en mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora