2. Algo de Mala Suerte

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Despertó poco a poco deseando no volver a hacerlo otra vez en realidad. Pero no estaba en su casa, no era su cama, no era su habitación, entonces pensó en la reencarnación y que ésta era su "otra vida", la ideal posiblemente.

Todo se desvaneció cuando se miró al espejo, era él, claro. Pero no conocía aquel lugar, no estaba en su memoria, y recordaba todo entonces descartó la posibilidad.

¿Dónde estaba? Empezó a mirar y tomar objetos por si había pista alguna, sin duda aquí dormía un chico, pero era bastante peculiar, no habían fotos.

- Veo que no pierdes el tiempo.- dijo sarcástico a la vez que reía y miraba a aquel chico curioso, dejó las cosas en su lugar y bajó su mirada.- Entonces, ¿Qué habías hecho para que te quisieran matar y tu no hicieras nada? -dijo el chico, el nuevo de su curso y ya más popular. Genial. De todas las personas en el mundo, tenía que ser él. ¿Por qué?

-Yo...Simplemente no le hice la tarea a Keila.- éste bufó y se pasó la mano por la frente.

-¿Eres un bendito suicida...?- no contesté, no lo conocía y el menos a mí,  pero era tristemente el primero con el que hablaba más de un minuto y de otro tema que no fuera "muérete ",bufó otra vez, no sabía que decir, debí decir algo. - Demonios... ¿Y? ¿Qué miras ahora...? Acuéstate. Debo traer las cosas para revisarte otra vez, quedaste lleno de moretones. Me sorprende que estés de pié.

- Está bien.- conteste antes de reaccionar y pensar, esperen ¿otra vez?

-¿ Cómo te llamas?- dijo entrando con unas bolsas de plástico que contenían hielos dentro.

- ¿P-por qué haces esto? - dije estremeciéndome por el frío del hielo, y su mano paseándose por mi pierna, además de la otra que me sostenía para no moverlo.

- ¿Prefieres que te deje?... Dime...- dijo de manera sugerente para la pregunta formulada anteriormente.

- Scott...- dije cerrando los ojos y tomando su mano inconsciente por el dolor, por favor...Para. Se rió por lo bajo y me miró con sus ojos cafés. Apuesto a que con ellos conquista a las chicas, su mirada.

- Lindo nombre...- dijo distrayéndome para continuar con su método casero, me agradó al instante, sólo por el hecho de haberme ayudado.

- ¿Y...tú?- me volví a estremecer, me dio vuelta y me levantó la polera. -¿¡Qué haces?!- grité nervioso e histérico, era la primera vez que alguien a parte de mi mamá me levantaba así de fácil la polera.- ¡Cuidado! D-duele...- le mencioné para sentir primero como palmaba mi piel y un sentimiento extraño y ajeno recorría el lugar por donde sus dedos pasaban.

- Estás lleno de sangre seca. Eres un idiota.- contestó sacando un pañuelo para limpiarme,- ¿Mi nombre? ...Matt.

---* Al día siguiente---*

-Bueno, a parte de que es más popular que yo y es nuevo... Es el primero. - le dije a mi gata.

- miau...- rodó por el piso y se fregó en mi pierna.

- No creí que llegarías a éste nivel. - dijo mi mejor amiga, y vecina. Holland.

-Lo sé.

- ¿Y ahora? - se sentó a mi lado pero al otro lado de la reja estábamos en el patio que sólo teníamos los de primer piso.

Mica (mi gata) se pasó a su lado.

-Bueno...

Y le conté.

No sabía precisamente que pasaba o qué hacer la próxima vez que lo viera ¿Consejos?.

Y lo peor, es cómo mi vecino. Vive fuera del condominio en una casa un poco más allá, siguiendo derecho.

Put@ vida. ÚwÙ

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