Capítulo 16

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Pov zack

—La quiero aquí mañana — Dijo serio   — y llevate a la rara, no la quiero mas aquí, más le vale que se quede bien calladita.

— ¿Porque sigue aquí? ¿Le has hecho algo? — Dije furioso, sólo yo le podía decir rara.

— No le he hecho nada - suspire aliviado, no se porque lo había hecho, nisiquiera se porque me importaba esa chica — por ahora, así que llevatela.

— Ni siquiera puedo moverme, me duele  todo. Por una vez es tu vida se comprensivo, dame unas horas y me ire. — El no dijo nada, sólo se dio  media vuelta y se fue.

Me recoste y cerré mis ojos intentando ignorar mi cuerpo adolorido.

Lo que para mi fueron segundos, fueron horas realmente, no se en que momento me había dormido.

Mi cuerpo ya no dolía tanto, mentira dolía demasiado pero debía irme de aqui.Me levanté  con un poco de esfuerzo y me coloque una remera que parecía limpia. Debía buscar a la chica rara y sacarla  de aquí, antes de que  le hicieran  algo o meta aún mas sus narices donde no debe, todavía no entiendo porque me preocupo  tanto por ella.

Comencé abrir todas las puertas que habían en este sucio galpón, intentando  encontrarla. Hasta que la vi  estaba sentada sobre un sillon, sus delgados brazos estaban abrazando sus rodillas y  su cabeza estaba hundida entre ellas, parecia tan fragil.

— Oye tu, — No obtuve respuesta de su parte, nisiquiera se movio — pelo raro — volví  a decir. Esta vez si levanto su cabeza, sus ojos estaban llorosos, sentí una punzada de culpa en el pecho. No se porque me sentía así, nunca había sentido culpa ni pena por alguien que no conocía, era nuevo para mi.

— ¿ Qué quieres? — Iba a responderle pero volvió hablar. — Porfavor quiero irme, no dire nada.

— A eso vine, es hora de irnos. — Ella se paró rápidamente  y se acercó a mi.

— Estás sangrando — dijo haciendo  presión sobre mi abdomen. Mire hacia allí y definitivamente estaba sangrando,  tenía una gran mancha en la remera.

— Joder— dije enojado de seguro se me había salido algún punto o era por esfuerzo que estaba haciendo.

— Apoyate en mi — estaba loca, la iba a matar — sin miedo, vamos — tomo mi brazo, lo paso por detrás de su cabeza  y me abrazo haciendo presión sobre la herida. El camino a la puerta  fue eterno, yo caminaba   despacio y se notaba  que ella se estaba esforzando por aguantar mi peso también, por suerte el camino a la puerta estaba desierto y no me crucé con ninguno de los perros de mi padre.

— ¿Tu tienes las llaves del coche? — Le dije, rezando que me respondiera que si.

— Yo no las he tomado, tendrían que estar puestas. —Me solté de ella y  comencé a caminar  a la puerta del conductor. — Espera, ¿no piensas manejar así o si?

— Si lo haré — tantee  la puerta y esta para mi suerte abrió, en definitiva  las llaves estaban allí puestas.

—No, no lo harás — Dijo  en un tono demandante, colocándose en la puerta del auto, impidiendome subir  y esta chiquilla quien se creia para mandarme.

Sara 2 (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora