Vampire Academy (Una decisión podrá salvarlos) ©

Capítulo 21.

Chris  POV

Había pasado todo el día en la sala de espera sin dormir, viendo a chicos entrar y salir, unos llorando y otros alegres, todos nosotros seguíamos con la misma ropa de la noche anterior, Alexa había dormido casi dos horas, August nos había traído café y Thom seguía con la mirada perdida, al igual que yo, no tenía fuerzas para nada.

Alguien llamó nuestra atención —Chicos —levanté mi cabeza, era Sam —Vengan conmigo, por favor —me levanté enseguida al igual que los demás, Sam nos detuvo —No todos— decidimos entre todos y fuimos Thom y yo, nos adentramos por un pasillo largo, él abrió la puerta y nos hizo entrar.

Ella estaba ahí, tenía el brazo izquierdo con yeso, le habían puesto algunas gasas en la cabeza y tenía rasguños en los dos brazos.

Me acerqué al igual que Thom, el del lado derecho y yo del otro, le sobé el cabello y él le cogió la mano.

—Es casi un milagro que siga viva —habló Sam —Por favor, tienen que escuchar esto—. Me giré hacia él y me acerqué, Thom besó la mano de Olivia y se puso a mi lado —Christian, sabes que una estaca en el corazón es mortal para un cazador, afortunadamente el demonio no le dio, pero sigue siendo igual de peligroso, lo único que ha hecho esto es darnos tiempo, el veneno se expande rápido y llegará en cualquier momento al corazón — me quedé paralizado, eso significaba... —Hemos hecho todo lo posible para extraer todo el veneno, pero ya es muy tarde —se acercó a ella mientras revisaba la máquina que emitía los sonidos vitales —Es posible que sean sus últimos minutos de vida —paró, pestañeé varias veces y me sostuve de una mesa, esto no... Esto no puede estar pasando ¡QUIERO DESPERTAR AHORA! —Como cazadora —alcé la vista —La estaca no afecta a un vampiro, es posible que la parte vampiro de ella la salve, no puedo dar a ciencia cierta lo que pasará con ella, lo único que podemos hacer es esperar —se acercó a ambos y nos puso una mano en el hombro en señal de apoyo, salió de la habitación dejándonos solos con Olivia.

Olivia P.O.V

Negro, era todo lo que veía. Tenía bastante tiempo sumida en un profundo mar negro, ¿Esto era morir? Cerré los ojos cansada, va a ser demasiado aburrido.

—Olivia, pequeña —dijo la voz de una mujer, abrí mis ojos y ahora me encontraba en un lugar totalmente distinto. Era una habitación exageradamente grande y todo era blanco, absolutamente todo, las paredes, las sillas, y hasta mi ropa.

—Hija mía —esta vez la voz era la de un hombre, hizo eco por la habitación, volviéndome loca.

— ¿Quién está ahí? —pregunté mientras giraba a ver todos los lados, pero no hubo respuesta.

Seguí caminando un poco más, pero sentía que no había avanzado nada.

—Por acá —hablaron de nuevo ambos, me giré y vi a dos señores, un hombre un una mujer, algo mayores —Al fin te vemos hija mía —sonrió la señora mientras abría los brazos. Di un paso hacia atrás, la mujer extraña se asustó, pero el señor la calmó.

—No nos va a reconocer aunque queramos —le dijo, luego me miró —Mi nombre es Oliver y el de ella es Taylor, somos tus verdaderos padres —sonrió.
Esto me confirmaba que había muerto.

Me entraron ganas de abrazarlos, pero aún sentía que eran unos completos extraños para mí —Tranquila, te entendemos, ha pasado tanto tiempo, eras solo una bebé cuando te tuvimos que dejar —siguió hablando mi.... papá. —Todo fue por tu seguridad y por la de Thomas —a la señora le dio algo, se tocó el pecho y agachó la cabeza.

—Mi Thommy —soltó, solo podía pensar en que ellos eran mis padres, esto era increíble.

Ignoré el sentimiento que me impedía abrazarlos, me comenzaron a brotar lágrimas y salí corriendo a los brazos de ambos. Estaba a punto de llegar, tenía tantas ganas de llegar, pero me detuve, de un momento a otro me comenzó a doler el pecho, sentía como si el corazón se me iba a salir, me puse ambas manos en el pecho tratando de aliviar el dolor.

—Pensé que tendríamos más tiempo —escuché decir a mi mamá triste, caí de rodillas al suelo, el dolor era insoportable ¿Cómo es esto posible? ¿Ya no estaba muerta?

Vi que ambos se acercaron muy rápido y se arrodillaron frente a mí
—No permitiremos que tu parte de cazadora muera, no es el momento —los vi mientras achicaba mis ojos, el dolor se hacía más intenso cada segundo, unieron sus manos y se miraron como si se estuvieran despidiendo.

—Hasta luego mi pequeña —mi mamá quitó mis manos de mi pecho y puso las de ella, mi papá imitó el gesto —Te queremos —traté de decirles algo, pero mi pecho comenzó a brillar. —Sé fuerte— fue lo último que escuché antes de volver a ser consumida por el mar negro.

Chris P.O.V

Thom y yo teníamos casi dos días aquí, había ido a mi habitación para bañarme y ponerme ropa limpia, pero con la misma preocupación, me refregué los ojos y me acomodé más en el sillón del lado derecho de donde estaba Olivia. Estaba a punto de dormirme cuando la máquina de los sonidos vitales comenzó a sonar más rápido, abrí los ojos y miré a Olivia, estaba convulsionando.

Me levanté tropezando con mis propios pies, llegué hasta la camilla, no tenía ni idea de qué hacer, comencé a gritar el nombre de Sam, Thom se despertó y se preocupó igual que yo, salió de la habitación en busca de Sam, estaba realmente asustado, sus convulsiones eran fuertes. Sam entró apresurado y comenzó a revisarla, por sus ojos pasó una chispa de terror, quizás tampoco sabía qué hacer.

Después de unos segundos dejó de convulsionar, se quedó quieta como antes, pareciendo que dormía tranquilamente y sus signos vitales volvieron a la normalidad. Todos suspiramos tranquilos, me volví a sentar en el sillón al igual que Thom, cansado.

Olivia P.O.V

Abrí mis ojos pero los volví a cerrar para acostumbrarme a la luz, parpadeé varias veces hasta que estuve lista, miré hacia ambos lados, me encontraba en una camilla, con mi hermano durmiendo en un lado y Christian del otro, me toqué la cabeza tratando de recordar qué hacía aquí.

Solo me llegaban las voces de mis padres a la mente, diciendo que sea fuerte. Sonreí inconscientemente, los conocí.

Por lo visto seguía viva, pero muy adolorida, ahora tenía un yeso en mi brazo izquierdo, vaya suerte.

—Oigan —mi voz sonó demasiado baja y ronca, me aclaré la garganta y los volví a llamar

Mi hermano solo se movió un poco y siguió durmiendo, sonreí.

Debieron pasar todo el tiempo que estuve inconsciente aquí, la puerta se abrió y Sam entró, me miró y abrió los ojos sorprendido.

— ¿Olivia? —volví a sonreír, él se acercó y me abrazó —Pensé que no volverías —me soltó y se secó las lágrimas.

— ¿Por qué lloras?—reímos ambos y me cogió la mano.

—Eres realmente fuerte —me dijo, me volvió a sonreír y levantó a ambos, Christian cayó al piso asustado, hizo una mueca de dolor mientras se despeinaba un poco el cabello, abrió los ojos cansados, y me miró.