Vampire Academy (Una decisión podrá salvarlos) ©

Capítulo 13

                  

Las clases de hoy sí que se me hicieron eternas. Mientras mi maestro de biología hablaba, hice la forma de una pistola con mi mano y me disparé cayendo a la mesa encima de mi cuaderno, alguien soltó una risita y me puse roja de la vergüenza, seguí con la mirada hasta topar con la de un chico con un cierto parecido a alguien, me sonrió y se volteó al instante, alcé la cabeza y la llamé a Sarah, que estaba a punto de dormirse.

— ¿Quién es él? —ella se asustó, pero luego se interesó en ver a quien señalaba.

— ¿El pelirrojo? —lo señaló —Ese es August.

— ¿El de TFIOS? —me burlé.

— ¿De qué?— preguntó, se me olvidaba que ellos no vivieron en el "maravilloso mundo de afuera", negué con la cabeza para restarle importancia—No lo conozco, solo sé su nombre porque va conmigo en algunas clases, ahora, déjame dormir —se estiró y se acomodó en la mesa. Imité su posición y me quedé dormida al instante.

—Ya te dije que no me di cuenta —dijo Sarah, la ignoré y me senté en una mesa para poder comer —Oli, perdóname —juntó sus manos como si estuviera rezando y me siguió pidiendo disculpas.

—No soy tan chiquita como para que no te hayas dado cuenta que seguía dormida al lado tuyo—me metí papas a la boca.

—Soy muy despistada, Mark ocupa el 97% de mis pensamientos en mi cabeza— ¿Y qué será el tres? Pensé.

—Detención, cámbiala conmigo y te disculpo— abrió los ojos, me había ganado una estúpida detención porque la tonta de Sarah fue incapaz de levantarme cuando el maestro pasó al lado mío.

—Bueno, igual Mark está ahí siempre—giró los ojos y suspiró —Ahí viene esa tipeja —seguí su mirada y me encontré con Alexa —Me voy, no quiero estar cerca de ella, ¡Nos vemos! —me despedí de ella y me quedé sola en la mesa, enseguida, como si Dios quisiera que no tenga ni un minuto de tranquilidad, llegó Alexa y se sentó al lado mío.

—Todos me odian —me tiró una uva en la frente, la miré mal — ¿Dónde están los puñeteros gusanos? —golpeó la mesa.

— ¿Y por eso me tiras una uva? —bufé.

—No la quería —se encogió de hombros, la miré mal, de nuevo —Perdón, es que ver a la enana me pone mal — me levanté de la mesa y ella me siguió.

— ¿Sarah?

—Sí, la patucha esa que solo vive para fastidiarme —se sacó su saco y lo guardó en su maleta —Cambiando de tema, ¿Cómo conociste a Christian? —preguntó, salimos por las puertas de la cafetería y hablé.

—El día que llegué aquí, estaba haciendo un tour y lo encontré tirado en el césped, en medio de la nada —sonrió.

—Siempre hace eso, según él, el sol es algo que aquí nadie aprecia aunque no es como que si lo pudieran hacer, por eso sale casi todas las mañanas al mismo lugar, lo que me pregunto es, en qué momento duerme—hizo una mueca y paró en frente de su salón de clases.

—Parece que lo conoces bien, ¿Eres algo de él?—yo y mi bocota. Tenía que saber si eran algo, dicen que la curiosidad mató al gato.

—Su amiga, pero quién no quisiera a alguien como él—suspiró, entonces fue cuando supe que a ella le gustaba —Pero siempre dice "busco a la chica indicada" —hizo una voz de niñita mientras hacía comillas con sus dedos, me reí tanto que comencé a toser, así que busca a la chica indicada... este chico parece sacado de un libro.

Me encontraba pegando unas figuras en mi cuaderno, realmente estas clases se me han hecho infinitas, mientras el maestro borraba el pizarrón, terminé de pegar las figuras y comencé a hacer bolitas de papel. Más abajo del salón estaba mi hermano, hecho el galán como siempre, cogí mi liga del cabello y la doblé entre mis dedos para hacerla como resortera, apunté a la cabeza de mi hermano con las bolitas de papel y le dio en el blanco, me giré y le hablé a una chica desconocida para disimular, por el rabillo del ojo me fijé si seguía mirando y no, no lo hacía. Cogí otra bolita de papel y se la volví a tirar.

—Bueno clase, para finalizar, formarán grupos de dos para que hagan su proyecto —casi me caigo de mi silla al escuchar eso —Y no, no los dejaré que escojan—sacó como una especie de caja y la abrió — He puesto en papeles los nombres de las señoritas, y cada chico escogerá uno —se acercó al primero y luego a los demás chicos, luego regresó a su escritorio y comenzó a nombrar por lista a las chicas — Diana Abalti —un chico alzó la mano y él anotó su nombre— Caroline Archibald —alcé la vista para ver a la misma chica de la otra vez, un chico alzó la mano y así siguió hasta mi nombre —Olivia BlackWhistle —rebusqué quién tenía mi nombre, luego de unos segundos alguien alzó la mano, los de adelante no me dejaban ver así que me paré haciendo un sonido horrible con mi silla, todos voltearon a verme, me quedé helada y sonreí nerviosa, el chico que tenía alzada la mano era el mismo de la clase de Biología, este... ¿Aaron?, ¿Ashton? Segura que era ese, me senté y volví a hacer las bolitas de papel. El timbre sonó y de no ser por alguien que se puso en mi camino, ya hubiera salido volando al segundo receso.

— ¡¿Qué?!—pregunté fastidiada sin verle la cara, mi estómago necesitaba comida ahora.

—Tranquila, solo quiero hablar sobre el proyecto de Sociales —levanté mi cabeza para encontrarme con unos ojos grises, era el chico este.

—Mira, ¿Austin?

—August —espetó.

—Da igual, ahora no puedo pensar porque mi estómago necesita una buena sobredosis de comida, así que hablamos luego —lo esquivé.

—Pero no es... —no lo dejé terminar.

— ¡Adiós!

Al llegar al comedor no había ni un alma adentro, incluso hasta las luces estaban apagadas, llegué a la barra de comida pero no había absolutamente nada, comencé a preguntar si había alguien, pero no recibía respuesta. Comencé a caminar más al fondo y me llegó un olor horrible, como di algo estuviera pudriéndose, seguí el olor hasta que vi en el suelo los pies de alguien, seguí avanzado con miedo, lento y más lento hasta llegar a ver la cara del cuerpo. Al reconocer de quién era el cuerpo, sentí que mi corazón se detuvo.

Se me formó un nudo en la garganta que no me dejaba respirar, lágrimas caían de mis ojos mientras retrocedía sin poder creer lo que estaba viendo. Era Christian, estaba boca abajo, pero con la cabeza hacia un lado, sus ojos estaban inexpresivos viendo hacia arriba y cada vez olía peor, me acerqué tapándome la nariz, volteé a Christian para encontrarme con su torso, tenía un hueco en la piel que dejaba ver todos sus órganos cubiertos por insectos.

Me alejé lo más rápido que pude y grité, grité con todas mis fuerzas, cerré mis ojos para dejar de verlo, no soportaba más esto, alguien tocó mi brazo y llamó mi nombre, sollozaba tan alto que casi ni escuchaba que me seguían llamando, mi cara se mojó de una manera inexplicable y abrí los ojos saltando y cayendo al piso.

Observé todo muy bien, los estudiantes me veían como bicho raro, sillas, mesas, comida, seguía en clases. ¿Me había quedado dormida en el comedor?. Me giré para ver a Austin que estaba con una cara peor que la mía, me levanté y volví a sentarme en la silla, miré la mano derecha de Austin, tenía un vaso vacío, me toqué la cara y la seguía teniendo mojada.

— ¿Qué te pasó? —soltó asustado el chico, reaccioné y descubrí que todo había sido una maldita pesadilla.

—Tuve una pesadilla— dije mientras me entregaba una toalla para que me secara.

— ¿Qué soñaste?

—Nada que te importe, Austin —recordé que después de salir corriendo al comedor, él me había seguido y tuve que comer rápido para comenzar a hacer nuestro proyecto, ese era el motivo de mi pesadilla, comer rápido me causa sueño, no pregunten por qué, en general son pesadillas, pero jamás habían sido tan horribles como esta.

—Es la última vez que te digo, me llamo August, no Ashton, no Aaron, no Austin, A.U.G.U.S.T —me miró mal y siguió escribiendo en su libro —Ahora, necesito hablar con la estúpida de mi hermana, nos vemos luego para comenzar a hacer la maqueta —cogió sus cosas y las guardó en su maleta.

— ¿Maqueta?

—Va a ser más difícil de lo que pensé, te veo luego —salió casi corriendo.

—Como tú digas —achiqué los ojos mientras trataba de recordar a quién se me parecía, luego de unos segundos me aburrí y salí de ahí hasta mi habitación.