Fui hacia la habitación a cambiar mi uniforme por el de entrenamiento, ¿Qué rayos haría? Jamás había peleado con nadie en mi vida, a excepción de detener los golpes de la rubia teñida que no le quita los ojos de encima a mi hermano. Frustrada, abrí la puerta de lo que era un coliseo, entré y me quedé con la boca abierta. Ese lugar era extremadamente gigante. Habían muchos chicos entrenando, otros peleando entre ellos, algunos haciendo carreras, esto me recordaba un poco a las clases de educación física de mi antiguo colegio, nada bonito. Siempre me negué rotundamente a practicar deporte, de hecho, yo siempre he estado en el último lugar cuando elegían equipos para jugar.Mi vista viajó por todo el lugar hasta que se topó con una mano alzada, era Christian. Caminé hasta donde se encontraba él y lo saludé, vi que estaba con un uniforme diferente.
—Bueno, para ser tu primera clase, llegas tarde —señaló su reloj —Veinticinco sentadillas seguidas de veinticinco abdominales —me ordenó.
Me quedé parada pensando en si era verdad.
—¿Qué esperas? —Mis sobresalté un poco antes de comenzar a hacer sentadillas, recién iba por la tercera cuando mis piernas comenzaron a temblar. Bajé en busca de una cuarta, pero ya no daba más. —Pensé que tenías algo más —sonrió y me ayudó a levantarme.
—Como verás, nunca fui buena en deportes ni nada que tenga que ver con actividad física —dije jadeando.
—Vale, tendremos que arreglar eso.
Me tumbé en la cama soltando el suspiro más largo de toda mi vida.
—No te fue nada bien, ¿Verdad? —Thomas entró segundos después de mí y tiró sus cosas al suelo.
—Apenas logré hacer 6 sentadillas y ya sentía que se me iba el alma —reímos juntos, me levanté y me aseguré que mis piernas funcionen correctamente, caminé como pude hasta coger algo de ropa y me metí al baño, me merecía una larga y gran ducha relajante.
Los demás días fueron iguales, ya había pasado, casi una semana y los entrenamientos me dejaban muerta, pero ahora ya podía hacer quince sentadillas y cinco abdominales, nada mal para mí.
Era domingo, mi día libre, al fin podría pasar todo el día descansando e ir a algún lado a comer, me gustaría ir a un lugar donde me llamara la atención, pero eran las cinco de la tarde y casi no había lugares abiertos.
—Hola —me giré para ver de quién provenía esa voz.
—Christian —sonreí —Hola.
— ¿Qué tienes planeado para hoy? —dijo mientras me seguía.
—Pues, aparte de comer y dormir, nada más —sonrió — ¿Qué? Es la pura verdad, tus entrenamientos me tienen exhausta —suspiré.
—Vamos, no es para tanto, apenas y haces diez abdominales —reímos.
—Te dije que no tengo nada de físico —le pegué en el hombro —Apenas y troto cuando hay comida gratis.
— Bueno, hoy es tu día de suerte, ¿Qué te parece si te invito a comer? —abrí mis ojos sorprendida ¿Esto era un cita?
—Si hablamos de comida me apunto donde sea —reí nerviosa.
—Hoy a las 9 en el cine pondrán Transformers, según escuché está buenísima.
— ¿Transformers? Oh por Dios, muero por ver esa película, hace semanas que había visto el tráiler y estaba... —me detuve al ver la escena que tenía en frente —Oh por Dios, ¿Ese es mi hermano? —vi a Thomas a lo lejos hablando con la rubia esa, gruñí un poco y me paré en un café.
—Aunque si no quieres no hay problema.
—No, no es eso, es que no soporto a la rubia teñida esa —soplé una bolsa de plástico y la aplasté haciendo que sonara como una bomba.
— ¿Te cae mal Amelia?
—Si esa rubia que está cerca de mi hermano, sí.
—Mmm, tiene sus altas y sus bajas —dijo mientras la miraba y giraba su cabeza achinando los ojos —Más sus bajas.
— ¿Qué rayos tiene con mi hermano? —repetí la acción de antes y el chico que atendía la cafetería me pidió que lo dejara de hacer.
—Con ella nunca se sabe —se encogió de hombros —Es una Bornetti, y esa familia se caracteriza por ser noble aunque sean de la realeza — ¿Realeza? ¿Ella? Por favor no me hagas reír.
—Ya, y yo soy Selena Gómez en cubierto —me burlé y él rio sin saber de lo que hablaba —Pero la vez que me encontré con ella, era de mañana, se supone que los vampiros...
—No pueden salir a la luz, pero la realeza puede hacerlo, te digo la verdad, es buena persona —movió la cabeza —A veces y cuando quiere con las personas que le agradan —solté un gruñido y me acerqué donde estaban mi hermano y ella.
— ¿Qué te cuentas teñis? —le sonreí y miré a mi hermano —Hola, hermano —hicimos nuestro saludo de siempre.
— ¿Teñis? ¿Acaso es de teñida? —parecía ofendida —Mi cabello es natural, idiota —farfulló.
—Como dije, soy Selena Gómez —nadie entendió mi chiste, pero a mí me dio risa.
—Sis, te levantaste tarde hoy, ¿Ya desayunaste? —al momento que dijo eso mi estómago comenzó a rugir.
Era verdad, me había levantado tarde por culpa de Christian, y no había comido nada por culpa de... ¡Christian!
—Ya veo que no, vamos a comer los cuatro —sugirió mi hermano.
Asentimos y nos pusimos en marcha hacia quién sabe dónde, yo solo le lanzaba miradas asesinas a la teñida que cada vez estaba más cerca de mi hermano.
—Cálmate —susurró —Como decía, es de la realeza y es muy poderosa.
— ¿Sabes su poder? —pregunté interesada.
—Domina el fuego, al igual que yo —me giré, jamás le había preguntado su poder.
—Según el maestro —dije —Aire es el mío.
—Luego descubrirás los demás —dijo, lo miré extrañada —Tus padres, tenían cuatro poderes, Aire, Fuego, Agua y Tierra.
—Ya me vas a decir que eran Avatares —reí.
— ¿Y eso es?... —me miró esperando una respuesta.
—Olvídalo —hice una mueca, escuché una risa por parte de mi hermano, vi hacia delante y los dos estaban muy abrasados, gruñí y me puse en medio de los dos — ¡Muero de hambre! ¿Ustedes no?, Porque yo ya me desmayo —decía como loca tratando de separarlos, llegamos a una tienda y como era casi almuerzo, pedí una hamburguesa con extra de todo, una porción de papas fritas y soda extra grande, cogí mi orden y mi hermano la pagó por mí. Me senté en una de las mesas más cercanas y comencé a comer mi hamburguesa.
—Se ve que tienes hambre —la teñida se sentó a mi lado, la ignoré —Oye, quiero hablar contigo antes de que lleguen los chicos.
Sonreí —Suéltalo, aunque ya sé que eres teñida —puse los ojos en blanco.
- ¡Ya te dije que mi cabello es natural! Y de eso no es, es sobre tu hermano —sonrió al verlo — La verdad es que me gusta y mucho.
—Ni lo pienses, de mí no tendrá ninguna bendición —negué con la cabeza.
—Y también te quiero, estoy solo, quiero que sepas la verdad y que me dejes en paz.
—Así que te voy a estar difícil, tienes que hacer frente.
—Ya hablando serio —vi a los chicos que se acercaban —Déjame en paz —la miré y estaba muy cerca de mí, con los colmillos más largos de lo normal y los ojos de un color amarillo brillante —O verás las consecuencias.
No tengo miedo teñida.
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Vampire Academy (Una decisión podrá salvarlos) ©
VampirosLuego de un accidente automovilístico, Charlie junto a su hermano, llegan a St. Gulliver, una academia conformada por criaturas sobrenaturales. Será en este lugar donde ambos hermanos descubrirán su verdadera identidad. Portada hecha por: gabs NO SE...