Capítulo XVII

2M 121K 607K
                                    

 Mini-maratón 1/2


XVII - TONTERÍA

El día después de la fiesta, estoy abrazándome a mi abrigo en la habitación. Por alguna razón, el destino ha decidido cargarse la calefacción justo cuando ha bajado la temperatura radicalmente. Y me estoy congelando. Oh, y claro, me he resfriado. Qué asco.

Me meto bajo el edredón, pasando las fotos que quiero editar. Estiro el brazo para agarrar el pañuelo y froto la nariz pasando más fotos. Lo que me faltaba ya en la vida, estar enferma. Si es que soy taaaan afortunada.

De pronto, me paro en una en seco, dejando de sacarme los mocos.

Es una de las dos que le hice a Jared en su habitación. Me quedo mirándola un momento. El encuadre es perfecto. Y la luz. Lo dejó sumido en la oscuridad a excepción de la guitarra, sus manos, y su cabeza girada hacia la ventana, de donde provenía la poca luz filtrada. Me muerdo el labio inferior y hago una copia para poder editarla un poco. No pasa nada por jugar un poco con ella, ¿no? No es como si fuera a publicarla en ningún lado. No tiene por qué enterarse nadie.

Me pongo de fondo Welcome to love, de Young Ejecta. Va perfecta con mi estado de ánimo.

Pruebo filtros, iluminación, contraste... todo. Mientras toso contra mi mano. Ugh. Me duele la garganta. 

Tell me if it is...

Happy now with dinner...

You just microwave it.

Qué buenas metáforas tiene esto. Jared es el señor microwave it.

Por otro lado, me da la sensación de que la foto no empeora por mucho que la edito. Al contrario: mejora. 

Once was enough...

Yo no tuve ni una vez. Es así de triste.

I'm such an idiot.

Eso es verdad.

Por cierto, tengo más de cincuenta títulos en la cabeza solo para esa foto. Es muy buena. Las cosas como son.

Feel too much...

Sí, joder, demasiado.

You don't love anyone.

Estúpido Jared.

En realidad, es un buen modelo... aunque es algo que no tengo planeado decirle jamás.

Once was enough...

I'm a goddamn idiot.

Vale, tengo que quitar esto. Me está deprimiendo. 

Me quito los auriculares cuando me parece oír algo. Vale, sí, están llamando a la puerta. Me pongo de pie, envolviéndome en mi jersey grueso, y me quedo mirando un momento al espejo antes de abrir. Tengo la nariz roja y los labios pálidos del resfriado. Genial. Ideal para impresionar.

Me estoy abrazando a mí misma cuando me quedo mirando un pecho demasiado conocido. Levanto los ojos a los suyos al instante, que están entre un verde y azul estúpidamente precioso.

Y yo estoy estúpidamente resfriada y fea.

Estúpido Jared. ¿No tenía otro momento de mi vida para aparecer que cuando estoy resfriada?

—Hola —sonríe él de lado.

Oh, no, ya empezamos de nuevo con las sonrisas. ¿Por qué sigue afectándome tanto?

La última notaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora