✨🧨 ⋯ ━━━ 𝗚𝗢𝗟𝗗 𝗧𝗥𝗔𝗜𝗟.
❛ En donde Charlotte Heller y
Tony Stark se encargan de ser
dúo más caótico antes visto. ❜
Creamos a nuestros propios demonios. Cuida tus pal...
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█▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀█ CAPÍTULO TRES 🗯️ ¡MIERDA! █▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄█
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▌ Tres meses después
Un trabajo tan aburrido como ser una técnico en una empresa tediosa como en la que se encontraba trabajando Charlotte, era lo peor de sus días. Después de que Tony Stark desapareció, o fue secuestrado como los noticieros se aferraban a decir, ella había perdido la oportunidad de su vida. Stark quería trabajar con ella, pero él ya no estaba, así que la mismísima Pepper Potts, con un llanto entre sus palabras, le informó que su puesto estaba en una pausa «temporalmente». Francamente, Heller creía que no lo encontrarían con vida. Era un creador de armas, un multimillonario y un mujeriego, claro que tenía enemigos, y de todo tipo.
Se resignó, y trataba de buscar otro empleo que estuviese a la altura de sus conocimientos, porque ella tenía muchísimo más potencial que el que estaba demostrando. Además de que, era la única mujer en su área de trabajo. Era la chica a la que le miraban el trasero cuando se levantaba por un poco se café, y ya estaba más que harta de aquello.
Acacia parecía que trabajaba en una cafetería los fines de semana por diversión, o sólo para tener dinero extra, porque ya se había graduado con honores, pero no había mencionado nada sobre buscar un empleo. La compañía Pym le encantaba, pero no podría trabajar ahí jamás sin una larga experiencia. Charlotte no se cansaba de decirle que buscara algo que la nutriera profesionalmente, pero Acacia respondia diciendo que tenía un plan. No era muy verdad.
Mientras tanto, la mayor de las Heller trataba de hallar algo mejor. Mucho mejor, lo cual resultaba increíblemente complicado. No estaba dispuesta a tirar la toalla todavía, la motivaba demasiado mirar los dibujos que comenzaban a tomar forma de la pequeña niña de cabellos dorados en su casa. Aunque la paga en su actual empleo no era tan mala, ella sabía perfectamente bien que merecía algo mejor, que su potencial daba para más, que todo el esfuerzo que había hecho desde que era una jovencita no tenía que ser en vano. Si Andrew Quill estuviera con ella, le estaría diciendo todas esas palabras con dureza, pero con un toque de calidez, como él sabía hacerlo.
