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PRÓLOGO
🗯️ EL ÚLTIMO ADIÓS.
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◤◢◤◢◤◢◤◢◤◢◤◢◤ ◢◤◢◤◢▌ 2004
Charlotte creía que se era una buena madre, o simplemente no.
No era la clase de persona que intensificaba su atención en escalas de grises, o que veía más allá de cada situación de la vida. No era tan profunda, era bastante centrada, en realidad. Por lo que, cuando tuvo a la pequeña Andrea en sus brazos por primera vez, se dijo a sí misma una vez más que la escala de grises no era una opción para su método de crianza, ella tenía que ser una buena madre, y si no era una buena madre, entonces sería mala, y aquella pequeña bebé de enormes ojos verdes no merecía ninguna clase de sufrimiento posterior.
Por suerte para Charlie, en todo este proceso de transformación de estudiante estrella del MIT a madre primeriza sin una sola pizca de experiencia, Andrew Quill la tomaba de la mano fuertemente, sin necesidad alguna de soltarla en ningún momento. Siendo un cursi padre desde el momento en el que casi se ahoga en llanto cuando conoció a su pequeña hijita, y un excelente novio que trataba día con día hacer feliz a Charlotte, quien solía complicarlo un poco, sin querer.
Pero ella no podía estar más agradecida con el universo por tener a Andrew consigo, y no era una mujer que le agradecía al universo jamás, por múltiples razones. No podría sobrevivir ella sola con la bebé Andy, y Acacia no era el mejor ejemplo de tía. No la culpaba, no tenían más familia y era apenas una adolescente, bastante inmadura y rebelde, en realidad.
El despertar en la mañana era rutinariamente molesto para Charlotte. Su alarma sonaba después de horas interrumpidas de sueño que compartía y empatizaba con Andrew, quien se levantaba casi brincando de la cama para atender a la pequeña Andy cada que lo requería. Era un alivio para la mujer saber que tenía un hombre que amaba la aburrida vida de los suburbios, y le dio miedo compartirla con él, hasta que nació su bebé. Desde que se enteró de que estaba embarazada, tuvo todos los tipos de terror que podía llegar a tener, incluso un nivel más alto que cuando estuvo a punto de vivir en la calle con Acacia. Una vez más, su novio y mejor amigo la calmaban, diciéndole siempre que todo iba a estar bien. ¿Cómo no? Él siempre mostraba una sonrisa, le daba un beso en la frente a Charlotte y decía que se encargaría de todo. Eso a veces frustraba a la mujer, pero no podía negar que siempre que decía aquella frase, cumplía su promesa.
—¡Despierta, Charlie! —la sacude en la cama, logrando un bufido de su parte. Se aproxima rápidamente a abrir la ventana—. ¡Mira eso! Es un día hermoso, está soleado.
—Quill, es Malibú, todos los días está soleado —asegura, entre dientes.
—Sí, pero es un día más —aclara, con un tono relajado.
Ese era otro aspecto de la personalidad de Andrew Quill. Estaba feliz y agradecido con la vida. Después de todo por lo que había pasado, sabía que tenía suerte de continuar con vida y haber encontrado a su otra mitad siendo tan joven, así como empezar a criar a una pequeña junto a ella.
Y básicamente así eran todas las mañanas de la familia Quill-Heller. Él era entusiasta, ella desesperada. Lo encontraban bastante curioso, pues eran completamente diferentes, pero al mismo tiempo, creían que eran almas gemelas.
La alegría de Andrew disminuía más cada vez, día con día, cuando Charlotte estaba segura de que eso era al revés. De vez en cuando le molestaba lo muy encantador que era, pues ella era cero carismática, y tenía cierta parte de celos por ello, pero, aunque seguía siendo un excelente y amoroso padre, había dejado de hacer panqueques en forma de corazón y dibujos en los vasos de café que le compra a Charlotte. En definitiva, no le molestaba este aspecto, pero claro que le parecía extraño.
No fue hasta la mañana del veintiuno de marzo, que Charlotte no miró a su pareja a su lado al despertar. Cuando lo vio, él se acercaba a ella con una bandeja en donde se apreciaba un delicioso desayuno hecho por él, con panqueques en forma de corazón, su jugo favorito y frutas, además del vaso de café que compraba a tres calles de su hogar, con dibujos hechos por el mismo And. Ella se tranquilizó, pues nuevamente se mostraba contento.
Justo ese sábado, con la rubia aún en la cama, Andrew se adentra a la habitación, con un rostro bastante nostálgico, con una muy diminuta sonrisa que apenas ella podía mirar detrás de sus labios. Lo miró curiosa.
—¿Te gustó? —le pregunta.
—Sabes que sí —le responde. Él por fin sonríe, como si hubiera sido la mejor cosa que le haya dicho—. Oye, ¿estás bien?
—Excelente —aclara en seguida—. Charlie, eres una gran madre, o por lo menos lo serás algún día, lo sé —la mujer se ríe—. Andy es lo mejor que me ha pasado, ustedes son lo mejor.
Charlotte frunció el ceño. Él era romántico, y tal vez estaba así porque tenía que ir de viaje por algo relacionado a una investigación, pero continuaba pareciéndole raro.
—Bien... ¿qué sucede? Sé que eres cursi, pero creo que quieres llegar a algo —frunce el ceño. Después abre bien los ojos—. Espero que no sea una sortija, Quill, tú sabes que...
—No, no —el rubio se ríe—. Sin sortija hasta Stark Industries —completa lo que ella unas decir—. Lo sé. Sólo quería recordarte lo que eres, y que jamás olvides quién eres. Así fue como me enamoré de ti.
—Está bien: no olvidaré nunca lo que soy y me amas —recapitula, logrando una nueva sonrisa en él, por no tomar nada cursi con seriedad—. Lo tendré en mente, siempre.
—¿Siempre? —cuestiona, mirándola a los ojos.
—Siempre —confirma, dándole un cálido apretón de manos.
—Te amo, Charlie —le recuerda, para después suspirar.
Ella sonríe, pues aunque él sabía perfectamente bien que ella no iba a responder aquello mismo (pero lo sentía incluso dos veces más que él), tenía la respuesta perfecta.
—Lo sé —muestra un porte serio, bastante—, princesa Leia.
Y Andrew sonrió, por última vez ante ella.
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GOLD TRAIL ⎊ TONY STARK
Fanfic✨🧨 ⋯ ━━━ 𝗚𝗢𝗟𝗗 𝗧𝗥𝗔𝗜𝗟. ❛ En donde Charlotte Heller y Tony Stark se encargan de ser dúo más caótico antes visto. ❜ Creamos a nuestros propios demonios. Cuida tus pal...