No todo es negro

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En un espeso bosque se escuchaba una suave melodía. Lance iba de regreso a casa después de comprar algunas provisiones en el pueblo. Al dejar atrás a los humanos pudo por fin librarse de la molesta capa, la cual ocultaba sus extensas alas negras.

Lance era un ángel caído. Fue castigado por no obedecer las normas del todopoderoso, siendo así despojado de sus hermosas alas blancas, cambiándolas por un negro profundo, y siendo desterrado al mundo terrenal. Sinceramente, él no se arrepentía por lo que había hecho, al contrario, ahora se sentía más libre.

—Ha sido pan comido robarles a esos cantineros.— se mofaba mientras sacaba una pequeña bolsa de piel con bastantes monedas en su interior.

Él continuaba su camino, pero un gutural gruñido hace que se detenga en seco. Rápidamente saca una daga que mantenía en el cinturón y se coloca en posición de ataque.

—¿Qué demonios ha sido eso?

Camina con cautela, observando todo a su alrededor, hasta que se percata de un movimiento brusco venir de detrás de un arbusto. Se acerca sigilosamente. Cuando ya está a un lado de la planta se asoma por encima de ella.

Al ver lo que había en el otro lado la sorpresa inunda todo su ser.

—¿Un... demonio?

Tendido en el suelo se encontraba un "joven" soltando suaves gruñidos de vez en cuando, se notaba que estaba en su límite y tardaría poco en caer inconsciente. Esta criatura tenía varias zonas de la piel con marcas negras, sobre su cabeza se hallaban dos extravagantes cuernos y en su espalda se alzaban dos enormes alas cubiertas de un peligroso metal, además de una preocupante herida.

Lance no sabía que hacer. Por una parte quería ayudar a ese "joven" debido a su primera naturaleza de ángel, pero, por otro lado, quería alejarse de todo eso debido a que sentía un ligero miedo a que esa criatura se alzara y le arrancara la cabeza con una de esas poderosas garras. No sabía que hacer, se acercó ligeramente a la cabeza golpeándola un poco con el mango de la daga. Debido a esa acción el demonio gruñó abriendo un ojo observando a su "agresor".
Lance en ese momento se quedó petrificado. Ese ojo le pareció una hermosa joya la cual reflejaba perfectamente todo el dolor que estaba sufriendo el azabache, por culpa de ello ya tomó una decisión.

~o~

El demonio abría lentamente sus dos ojos, viendo un techo blanco. Intentaba enfocar la vista observando una casa bastante cálida, hizo un amago de levantarse, pero el ardor y dolor que causó en su espalda hizo que se volviera a acostar soltando un leve gruñido.

—Ah, por fin despiertas.— vio entrar a un joven moreno el cual le sonreía enérgicamente. —Ya estaba empezando a preocuparme por si los medicamentos no te hacían efecto.

—¿Q-Quién eres?— su voz sonaba bastante rasposa.

—Me puedes llamar tu salvador.— respondió con una sonrisa traviesa, recibiendo a cambio una mirada amenazadora. —Bueno... Si lo prefieres me puedes llamar Lance, pero deja de mirarme así, me asustas.

Así que Lance, suponía que debería de pasar el tiempo en que tarde a sanar su herida con ese alas de pollo. Iba a ser un tiempo muuyy largo.

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[Nota de la autora:
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One Shots || KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora