One Shots || Klance

Dulce aroma

Omegaverse AU:

El castillo se encontraba en un silencio sepulcral. Todos ya se habían ido a la cama, excepto aquel alfa con insomnio. El azabache deambulaba por los pasillos sin un rumbo en específico. Había terminado desde hace un rato en la sala de control, observando las miles de estrellas y nebulosas que aparecían delante de sus ojos.

Todo estaba bastante tranquilo, hasta que pudo notar un cierto aroma dulce. Ese olor no provenía de aquella habitación, por lo que, inconscientemente, decidió descubrir de dónde venía. Conforme más se acercaba, más podía notar la nitidez del olor llenar sus fosas nasales.

No fue consciente cuando quedó delante de la puerta de la habitación de Lance, pero sabía perfectamente que aquel extraño aroma provenía de dentro del cuarto. Llamó varias veces golpeando suavemente la puerta, pero lo que recibió no fue nada más que silencio.

—¿Lance?— preguntó el alfa, pero solo consiguió otro silencio como respuesta. Se estaba preocupando, el moreno llevaba varios días comportándose distante y la mayoría de las veces rehusaba la compañía de Keith o de Pidge. Y el hecho de que ahora no abriera la maldita puerta lo impacientaba.

—Ábrela.— exigió. —¿Hey? ¿Puedes oírme?— nada, ni un mísero ruido.

—¡Lance!— en ese momento, Keith decidió abrir la puerta el mismo. En un primer momento se quedó paralizado ante la escena que tenía delante de los ojos. —¡¿Lance?!

Keith rápidamente se acercó al cubano. Este se encontraba en una esquina de la habitación. Estaba sentado con las piernas dobladas hacia un lado, mientras se abrazaba a sí mismo. Temblaba bruscamente, gotas de sudor bajaban desde su frente y conservaba las mejillas rojas.

Cuando la mano de Keith se fue a acercar a Lance, éste la apartó de un manotazo.—¡¡No toques!!— exigió casi histérico. Luego apartó su mirada del azabache para volver a abrazarse.

—... ¿Lance?— el alfa empezó a sentir un sentimiento sediento. "¿Qué es este dulce olor?" se preguntaba una y otra vez... hasta que cayó en cuenta de algo. El moreno seguía sentado delante de él, con la cabeza baja.
—Lance... ¿Eres posiblemente, omega...?

El omega no se atrevía a mirar a los ojos del alfa, tenía miedo de cómo se comportarían alrededor de él después de saber lo que realmente era.
—¿Pero tú, no eras, beta?— Keith se encontraba bastante confundido.

—Siempre he utilizado supresores, no me gustaba el olor que desprendía.— por fin habló el cubano. Keith hacía grandes esfuerzos por mantenerse firme y no abalanzarse contra el moreno. 

—Pero aún así, ¿por qué nos ocultaste lo que eras en realidad?

—Yo... yo no estoy seguro.— contestó en un susurro.

Al final, el azabache formó una tierna sonrisa, aunque seguía sin entender el motivo de porque el moreno les había mentido sobre eso, y ayudó a Lance a poder acostarse en la cama, formando un nido con las ropas del omega. Keith tenía que irse rápido si no quería herir a Lance, por lo que antes de irse, le ofreció al moreno su chaqueta.

Cuando el alfa se marchó de la habitación, Lance abrazó con más fuerza la chaqueta que se le había dado, esta olía totalmente a Keith, eso hizo que formara una enorme sonrisa y cerrara los ojos con la sensación de tener cerca al alfa.

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[Nota de la autora:
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