Capítulo 26: Rita Skeeter contra Hagrid

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Luego de entrar por el agujero del cuadro de la Dama Gorda, escuché cómo Hermione y Ron seguían peleando. Harry se encontraba al lado de su mejor amigo mientras yo me acercaba:

- ¿Pueden parar? ¿No se dan cuenta que están discutiendo por una situación sin sentido?

- Tiene una curiosa manera de demostrarlo - dijo Ron de forma despectiva.

- ¡Se supone que la finalidad del Torneo es conocer amigos extranjeros y hacer amistad con ellos! - repuso Hermione con voz chillona.

- ¡No, no lo es! - gritó Ron. - ¡La finalidad es ganar!

- Ron, - dijo Harry en voz baja. - a mí no me parece mal que Hermione haya venido con Krum...

Pero Ron tampoco le hizo caso a Harry.

- ¿Por qué no te vas a buscar a Vicky? Seguro que se pregunta dónde estás.

- ¡No lo llames Vicky! - Hermione se puso en pie de un salto y se adelantó a Ron: - Bueno, pues si no te gusta, ya sabes cuál es la solución, ¿no? - gritó Hermione; el pelo se le estaba desprendiendo de su elegante moño, y tenía la cara tensa de ira.

- ¿Ah, si? - le respondió Ron. - ¿Cuál es?

- La próxima vez que haya un baile, pídeme que sea tu pareja antes que ningún otro, ¡y no como último recurso!

Ron movió la boca sin articular ningún sonido. Se volvió hacia Harry y los dos subieron las escaleras a máxima velocidad.

- ¡Siempre estropeas todo, Ron Weasley!

Y se dejó caer en la escalera de la sala común sacándose un zapato. Me acerqué a ella para rodearla en un abrazo y ella lloró en mi hombro.

...

Todos se levantaron tarde el 26 de diciembre. La sala común de Gryffindor se encontraba más silenciosa de lo que había estado últimamente, y muchos bostezos salpicaban las desganadas conversaciones. El pelo de Hermione volvía a estar tan enmarañado como siempre, y ella confesó que había empleado grandes cantidades de poción alisadora; «pero es demasiado lío para hacerlo todos los días», añadió con sensatez mientras rasca detrás de las orejas a Crookshanks, que ronroneaba.

Ron y Hermione parecían haber llegado al acuerdo de no tocar más el tema de su disputa. Volvían a ser muy amables el uno con el otro, aunque algo formales, como Harry y yo. Ron y Harry nos pusieron al tanto de la conversación entre Madame Maxime y Hagrid sobre que nuestro amigo era un semi gigante.

- Esperen, ¿recién se enteran? - les pregunté algo confundida.

- ¿Tú ya lo sabías? ¿Te lo ha contado Hagrid?

- No, solo lo supuse.

- Bueno, ya me lo imaginaba - dijo encogiéndose de hombros Sabía que no podía ser un gigante puro, porque miden unos siete metros de altura. Pero, la verdad, esa histeria con los gigantes... No creo que todos sean tan horribles. Son los mismos prejuicios que tiene la gente contra los hombres lobo. No es más que intolerancia, ¿verdad?

Teníamos clase de Criaturas Mágicas ahora y salimos en camino a la cabaña  de Hagrid. Todavía había una gruesa capa de nieve alrededor del colegio, y las ventanas del invernadero estaban cubiertas de un vaho tan espeso que no se podía ver. Sin embargo, al llegar a la cabaña de nuestro amigo, encontramos ante la puerta a una bruja anciana de pelo gris muy corto y barbilla prominente.

- ¡Dense prisa, vamos, ya hace cinco minutos que sonó la campana!

- ¿Quién es ella? - le pregunté a Hermione en voz baja pero la señora me escuchó.

Mackenzie y el cáliz de fuego | [MEH #4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora