Capítulo 14: Emoción

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- ¡No me lo puedo creer! - exclamó Ron asombrado y comenzó a sacudirme desesperadamente. - ¡Krum, Mack! ¡Es Viktor Krum!

- ¡Lo sé! - chillé mientras George me bajaba y por unos segundos lo miré a los ojos. Le agradecí con la mirada y tragué nerviosa. - ¿Vamos a saludarlo, Ron?

- ¡Por Dios, no es más que un jugador de Quidditch! - dijo Hermione harta de nuestra emoción.

- ¿Nada más que un jugador de Quidditch? - repitió Ron, mirándola como si no pudiera dar crédito a sus oidos - ¡Es uno de los mejores buscadores del mundo, Hermione! ¡Nunca me hubiera imaginado que aún fuera al colegio!

- Debe ir al último año, ¡y va a participar del torneo!

Cuando volvemos a cruzar el vestíbulo con el resto de los estudiantes de Hogwarts, de camino al Gran Comedor, damos saltos para poder distinguir la nuca de Krum. Unas chicas de sexto revolvían en sus bolsillos mientras caminaban. Y estaba segura de que buscaban una pluma.

- ¿Tú también estás desesperada por ese chico? - me pregunta Hermione negando con desaprobación.

- No, ¡solo quiero conocerlo, Hermione! - le dije con los ojos bien abiertos. - Es el mejor jugador de Quidditch del mundo... Quiero jugar como él...

- ¡Pero bueno! - bufó Hermione muy altanera.

Ron y yo nos miramos entre sí para luego dejar a nuestros dos amigos atrás. Le gritábamos pero, la verdad, es que parecíamos unos estúpidos. Quisiera rebobinar eso. Como sea, los de Beauxbatons se van hacia la mesa de Ravenclaw y, desafortunadamente, los de Durmstrang a las mesas de Slytherin. Dumbledore aplaudió y el banquete por fin comenzó.

- ¿Qué es esto? - dijo Ron, señalando una larga sopa llena de una especie de guiso de marisco que había al lado  de un familiar pastel de carne y riñones.

- Bullabesa - repuso Hermione.

- Oh, es cierto - dije agarrando un bocadillo. - Es lo que comimos en Francia cuando fuimos el año anterior.

- Es un plato francés, - explicó Hermione. - y es muy rica.

- Te creo sin necesidad de probar - dijo Ron sirviéndose pastel.

El Gran Comedor parecía mucho más lento de lo usual, aunque había tan sólo unos veinte estudiantes más que de costumbre. Quizá era porque sus uniformes, que eran de colores diferentes, destacaban muy claramente contra el negro de las túnicas de Hogwarts. Una vez desprendidos de sus pieles, los alumnos de Durmstrang mostraban túnicas de color rojo sangre.

- ¿A quién miras Ron? - le pregunté una vez que le pedí que me pasara el jugo y no lo hizo. - ¡Ron!

- ¡Es una veela! - gritó con emoción.

- ¡Por supuesto que no lo es! - repuso Hermione ásperamente. - No veo que nadie más se haya quedado mirándola con la boca abierta como un idiota.

Pero no estaba totalmente en lo cierto. Cuando la chica cruzó el Gran Comedor muchos chicos voltearon la cabeza, y algunos se quedaban sin habla, igual que Ron.

- ¡Te digo que no es una chica normal! - exclamó Ron, haciéndose a un lado para ver mejor. - ¡Las de Hogwarts no son tan lindas!

- En Hogwarts sí que hay chicas lindas - contestó Harry mirándome y pasando un brazo por mi espalda.

- Bueno, solo para ti soy linda... - dije y me acurruqué en él. - Y con eso basta.

- No mientas - habló mi mejor amiga con las cejas alzadas. - Hay muchos, demasiados diría yo, que desean salir contigo y les pareces una hermosa chica.

Mackenzie y el cáliz de fuego | [MEH #4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora