Capítulo 7: De viaje a Hogwarts

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Luego de llegar a la Madriguera, la señora Weasley me ayudó a curar un poco la herida que tenía hecha en mi cabeza bajo todo mi cabello. El señor Weasley fue cuestionado por todos sus hijos para saber qué había pasado en realidad.

Tuvo un alboroto en el ministerio y Alastor Moody, un auror muy profesional a quien admiro desde hace mucho tiempo ya que quería trabajar como él cuando fuera grande, estuvo involucrado.

Yo tenía mi mente en otro lado. Quería ir a Hogwarts ya mismo. Necesitaba volver y ver a todos mis compañeros. También extrañaba mucho a Hagrid. Pero...

Severus Snape, mi padrino.

Sería la primera vez que lo vería y fuera consciente de ello. ¿Debía decírselo? ¿Que lo sabía? Él sabía que yo era su ahijada, y nunca me lo dijo; tal vez porque mi madre le había pedido que no lo nombrara. 

Teníamos que preparar nuestros baúles y Hermione fue la encargada de ayudarme. Cuando estábamos en la habitación, observé que guardaba algo con la intención de que no lo viera. Empecé a adelantarme lentamente sin que me viera. Pero no lo logré y ella giró cerrando el baúl.

- ¡Mack, no quiero que lo veas!

- ¿Qué tienes ahí, Hermione? - le pregunté alzando las cejas. - ¡Vamos!

- Quiero que sea una sorpresa...

- Pero...

- Te va a encantar, Mack, lo prometo.

Levantó el dedo meñique y lo estiró para que hagamos una promesa al estilo muggle. Aquí, en el mundo mágico, existían los juramentos inquebrantables. Dos personas se tomaban los brazos y se hacía una promesa. El testigo relataba tal juramento y, si alguno no lo cumple, moría.

- Está bien - dije tomando su meñique.

La hora de irnos ya había llegado y en un abrir y cerrar de ojos, ya estábamos en King Cross. Maddie sonrió con felicidad. De repente, alguien me tocó la espalda y me volteé para ver a Neville frente de mí.

- ¡Neville! - lo abracé y apreté sus cachetes, algo que a él le molestaba, pero siempre lo hacía. - ¿Qué tal tus vacaciones?

- La abuela no me ha dejado ir al campeonato mundial de Quidditch... - dijo, un poco triste, pero luego trata de sonreír. - Ha estado bueno, ¿verdad?

- ¡Fue grandioso! - aparecieron Seamus y Dean por detrás y nos abrazaron por alrededor. - ¿Cómo estás, Mack?

- Muy bien, chicos. ¿Saben algo de la sorpresa de este año?

- ¿Sorpresa? - preguntaron los tres al unísono.

- Yo no dije nada - dije levantando los brazos en forma de inocencia.

- ¡Vamos, Mack!

Pero salí corriendo saludando a la señora Weasley a las apuradas y entré por la barrera 9 3/4. El tren escarlata brillaba como siempre y sonreí satisfecha. Dejé mi baúl y me fui adentro para buscar a Hermione, Harry y Ron. Estaban sentados en un compartimento, muy atrás y entendí la razón cuando abrí la puerta. Estaban susurrando y me dijeron que entrara rápido.

- ¿Qué ocurre?

- A Harry le estuvo doliendo la cicatriz - dijo Hermione con enojo. - ¿Cómo no los contaste? ¡Esto es importante, Harry!

- Pensaba que solo era cuestión de tiempo...

- ¡Pero, Harry, además Sirius tiene que saberlo!

- Hermione, - habló él manteniendo la calma - ya se lo he contado, solo que me arrepentí en el momento. No sé dónde está Hedwig y me angustia preocuparme por si le pasó algo...

Mackenzie y el cáliz de fuego | [MEH #4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora