Mackenzie y el cáliz de fuego | [MEH #4]

Capítulo 34: No me dejes

- Cuando trataba de hablar de Voldemort parecía más cuerdo - repuso Harry, contándonos lo que había pasado con Crouch la noche anterior. - Repetía que tenía que ver a Dumbledore. Si el encuentro con Snape no me hubiera retrasado - dijo con amargura. - podríamos haber llegado a tiempo. «El director está ocupado, Potter. ¿Pero qué dice, Potter? ¿Qué tonterias son ésas, Potter?» ¿Por qué no se quitará de en medio?

- ¡A lo mejor no queria que llegaras a tiempo! - exclamó Ron. - Puede que... espera... ¿Cuánto podría haber tardado en llegar al bosque? ¿Crees que podría haberos adelantado?

- No a menos que se convirtiera en murciélago o algo asi - contestó Harry.

- ¿En serio piensan que Snape tuvo algo que ver con lo que le pasó a Crouch? - les pregunté cruzada de brazos. - ¿Todavía siguen dudando de él? Hasta Dumbledore confía...

- En él no me extrañaría - murmuró Ron.

- Tenemos que ver al profesor Moody - dijo Hermione. - Tenemos que saber si encontró al señor Crouch.

- Si llevaba con él el mapa del merodeador, no puedo serle difícil - opinó Harry

- A menos que Crouch hubiera salido ya de los terrenos - les dije alzando las cejas. - porque el mapa sólo muestra los terrenos del colegio, ¿no?

- ¡Chist! - nos dijo Hermione de repente.

Alguien subía hacia la lechucería. Oímos dos voces que discutian, acercándose cada vez más:

- Eso es chantaje, así de claro, y nos puede acarrear un montón de problemas.

- Lo hemos intentado por las buenas; ya es hora de jugar sucio como él. No le gustaría que el Ministerio de Magia supiera lo que hizo...

- Te repito que, si eso se pone por escrito, ¡es chantaje!

- Sí, y supongo que no te quejarás si te llega una buena cantidad, ¿no?

La puerta de la lechucería se abrió de golpe. Fred y George aparecieron en el umbral y se quedaron de piedra al vernos a Harry, Ron, Hermione y a mí.

- ¿Qué hacen aquí? - preguntaron al mismo tiempo Ron y Fred.

- Enviar una carta - contestaron Harry y George también a la vez.

- ¿A estas horas? - preguntaron Hermione y Fred.

- Es importante - dijimos George y yo al unísono. Me observó de reojo y desvié la mirada de él.

- Bueno, vamos...

Los gemelos Weasley entraron a la lechuceria y me golpeé con el hombro de George mientras bajaba las escaleras. Apreté los labios, nerviosa.

- ¿Crees que saben algo - susurró Hermione. - sobre Crouch y todo?

- No - contestó Harry

- Si fuera algo tan serio se lo dirían a alguien. Se lo dirían a Dumbledore - dije segura.

Pero Ron estaba preocupado.

- ¿Qué pasa? - le preguntó Hermione.

- Bueno... - dijo Ron pensativamente. - no sé si lo harían. Ultimamente están obsesionados con hacer dinero. Me di cuenta cuando andaba por ahí con ellos, cuando... ya sabes.

- Cuando no nos hablábamos - Harry terminó la frase por él. - Sí, pero el chantaje...

- Es por lo de la tienda de artículos de broma - explicó Ron. - Creí que sólo lo decían para incordiar a mi madre, pero es verdad que quieren abrir una. No les queda más que un curso en Hogwarts, así que opinan que ya es hora de pensar en el futuro. Mi padre no puede ayudarlos. Y necesitan dinero para empezar.