Capítulo 21: La primera prueba (¡y a mí me va a dar algo!)

701 55 10
                                    

El lunes por la noche, Hermione y yo ayudamos a Harry con el encantamiento convocador. No estaba de humor para nada y Harry le prestaba más atención a mi mejor amiga. Durante toda la sesión, Harry me ignoró completamente. No tenía idea de qué le ocurría o qué pretendía que yo hiciera al respecto del torneo. Alguien lo había metido en esto y no era mi culpa que Ron pensara que Harry solo quería atención.

Y el martes llegó y yo me levanté ya de mala gana. Estaba nerviosa, asustada, sentía que me iba a dar una ataque al corazón, iba a vomitar... ¡Y todo por Harry! Maldita esa persona que puso su nombre en el cáliz. Me vestí tan rápido como pude y bajé las escaleras. Ron estaba sentado allí, junto al fuego y me dijo:

- Afuera hace frío, será mejor que te pongas un gorro también, y guantes.

Lo miré de forma divertida y sonreí.

- ¿Qué...? - largó una carcajada él también.

- Es que me encanta que seas mi mejor amigo y me cuides.

Bajamos hasta el Gran Salón y vimos la cantidad de gente que se hallaba allí en esos momentos. Tragué nerviosa cuando no encontré a Harry por ninguna parte. Debía estar ya en la tienda, tal vez. Cedric y Maddie tampoco estaban. Me di la vuelta hacia Ron, preguntándole:

- ¿Y Hermione?

- Debe estar con Harry - revoleó los ojos.

Cuando ya eran las once, nos juntamos todos en las gradas. El estadio era gigantesco, no tanto como el del mundial de Quidditch. Todos estaban tan emocionados... y yo quería que todo esto ya acabara. Cada uno de los colegios se encontraban con un cartel y gritando el nombre de su campeón para apoyarlos. Mi primo, como es habitual, prefería que ganara Durmstrang antes que Hogwarts. Los gemelos Weasley eran los únicos con un cartel de Harry y tenían pintado en la cara: 'POTTER GANA'. Les sonreí y les hice señas que ya iría.

- ¿Dónde vas? - me cuestionó mi mejor amigo. - Vamos a las gradas, ya está por empezar.

- Debo ir a desearle suerte a Harry - le expliqué. - Y buscar a Hermione. Guárdame un lugar, por favor.

- Está bien.

Caminé un poco más para la derecha y entré a la tienda de los campeones. Pero antes de gritar el nombre de Harry, un flash apareció justo en frente de mí. Pero delante mío estaban Harry y Hermione, abrazados pero atónitos al ver a... Rita Skeeter, la escritora del Profeta.

- ¡Oh, el amor de jóvenes! - chilla juntando sus manos. - ¡Y tú debes ser Hermione Granger!

Hermione se puso roja de ira y Harry se quedó inmóvil en el lugar.

- Esto es genial para el Profeta, perfecto - se acomoda su cabello, lleno de rulos rubios.

Ambos se dan la vuelta para ver que estaba parada detrás.

- No es lo que estás pensando, Mack...

- ¿De qué estas hablando, Hermione? - me río. Se miraron de reojo y me adelanté a decir: - Ya sé que no pasa nada entre ustedes, no tienes que darme explicaciones. Solo venía a desearte suerte, Harry.

Él me miró por unos segundos y mi mejor amiga nos da un poco de espacio.

- Acuérdate de pronunciar bien claro el encantamiento y... de llamar a la escoba... - le dije y sentí los nervios en mi estómago. - Y, por favor, cuídate mucho.

- Da igual, Ron sigue odiándome y todo Hogwarts piensa que soy un creído. 

- Me tienes a mí, Harry, creo en ti - me adelanté a él, pero dio un paso hacia atrás.

Mackenzie y el cáliz de fuego | [MEH #4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora