★Recuerdo★

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Un castaño entraba a su cuarto azotando la puerta de paso, estaba con mal humor. Claro quién no lo tendría después de un mal día.

Aventó su mochila a uno de los rincones estaba que hervía, esos malditos mocosos lo volvieron a molestar, estaba ya tan harto de todo.

Su psicóloga, sus compañeros de aula, su vida. Todo. Entro a su baño y se encerró, tomo sus cabellos jalando los para quitar aquel coraje pero este no cesaba, golpeó una y otra ves la pared.

Se detuvo al sentir un líquido brotar de sus nudillos, su mirada se posó en el suelo, pensando que estaba mal. Se miro al espejo de cuerpo completo.

¿Acaso todo en el se encontraba tan mal? ¿Qué necesitaba? Necesitaba de una fuerza sobrenatural para volver a tomar confianza de si mismo, ya no bastaba la ayuda de sus amigos animando lo ¿Por qué él tenía que ser tan vulnerable? A sus 12 años ya estaba siendo una perdida de tiempo el esforzarse por querer pertenecer a un grupo.

Pero... ¿Qué era? Ya había pasado bastante tiempo y ningún momento no había cambiado nada. No sabía cuál era su desperfecto, no le daba, el era bastante bueno como para merecer aquello, ¿Por qué lo molestaban?.

Su actitud no era, ni mucho menos el ser callado. Estaba teniendo una vida completamente de muerte y aún así se seguía comportando con respeto.

Tu físico.

Se miro más detenidamente, esa voz había sonado perfectamente en su cabeza, su propia voz.

Su cuerpo estaba completamente bien aunque él lo veía de otra manera, Sus mejillas regordetas y su estómago no lo satisfacía físicamente.

Una lágrima bajo por su mejilla, ¿Por qué tenía que llegar a ese punto? En el que no lo satisfacía su propio ser.

Su padre lo animaba demasiado y ahora no estaba, habían sido dos años difíciles y la secundaria era un problema para él.

Sus manos se dirigieron a su camisa retirandola quedando descubierto su cuerpo. ¿Qué pasaba? Su cabeza daba vueltas al tratar de no querer dañarse, pero el coraje y sus ganas de que todo acabará era mayor. Quería paz en su vida y no podía contener esas ganas tremendas de llorar por no conseguir lo quería.

Su enojo provocó que sus uñas se clavaran en su piel dejando marcas y rasguños notorios.

Cada parte de su dolor representaba los recuerdos de personas malas en su vida, cada ves que lo golpearon.

Su puta sexualidad que no lo dejaba en paz, estaba tan harto de aquello, no se aceptaba así mismo ¿Por qué le tenía que gustar un hombre? La sociedad lo Juzgaba solo por ser lo que era.

Un simple ser humano.

Nadie podía ayudarlo y lo sabía muy bien desde sus 10 años. Ya ni estaba su padre al cual contarle sus cosas personales.

Las lágrimas se hicieron cada ves más frecuentes y su nudo en la garganta no quería dejarlo respirar.

Tenia miedo y rabia a la ves, ya era un punto desagradable para él. Estar en el punto donde ya no se sentía satisfecho con su cuerpo, era completamente común y lo único que destacaba en él eran sus ojos azules. ¿Como alguien moreno y cabello castaño podía tener ojos azules? No todos los cuentos son como lo pintan.

Había sacado los ojos de su padre y era lo único que le gustaba, eso le recordaba su padre.

Sus manos pararon y se abrazó a si mismo intentando consolarse.

Chocolate Amargo [frededdy] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora