Chocolate Amargo [frededdy]

★Capitulo 37★

Parecía que no hablar entre Freddy y Fred iba para largo ninguno se dignaba a decir alguna palabra y parecía ahora que el castaño estaba enojado por no entender la situación y no dejo que Felix le metiera otra idea.

Si no lo quería en su vida que su fuera por alguien más, aunque le doliera el hecho de que no le dirigiera la mirada no podía dejar que lo viera débil. Parecía más un instinto de protección, en el fondo quería que lo viera bien para no preocuparlo, si de alguna manera lo pareciera. Prefería mentirse así mismo que afrontar la realidad que alguna vez sintió algo por él.

-Freddy despierta- llamo la nueva integrante del grupo de sus amigos, Meg. Últimamente estaba más agotado de lo normal -¿Estas bien? Podemos llevarte a la enfermería si no te sientes bien- el castaño negó y después agradeció por la atención.

-Vamos a salir acabando clases por si quieres venir- asintió dejando su cabeza reposar sobre sus manos, le dolía la cabeza como si hubiera tomado.

Odiaba completamente su vida en ese momento.

-No estoy de humor Felix- levanto su mano parando completamente a su amigo que estaba a punto de regañarlo por sus fachadas.

-Regresaste con la misma estúpida sudadera-.

¿Eso era una señal?

-No tenía nada con que cubrirlas- se excuso tomando su cabeza intentando relajarse.

-Freddy- era el colmo que le siguiera hablando después de sus advertencias.

-No me reniegues nada ¡ok! ¡no estoy de humor como para aguantar tus comentarios!-  y todo a su alrededor guardo silencio, volteo de manera insegura esperando que la persona que menos quería que estuviera ahí pero vaya suerte tenía, se molesto al sentir las manos de sus amigos sobre sus brazos como si necesitara que alguien lo controlara. 

Apartó a todos y salio del salón en silencio mientras las miradas lo seguían. 

Parecía como si el Freddy de hace años regresara, el chico que tanto aborrecian. Pero nada quitaba la mirada fija de Fred sobre todas las cosas y en un momento sentirse culpable por el comportamiento del castaño, ¿Por que sentía la necesidad de correr detrás de él? 

Recordaba que la madre de su novio había ido a su casa para hablar con él, pero aun le dolía lo sucedido. Su madre llorando y suplicando que hablaran porque su hijo estaba tomando otras nuevas aptitudes y no quería que se fuera sin sentirse completo porque el azabache era parte de todo lo que conformaba. 

Y se acerco inconcientemente al pelirosa tomandolo de los hombros.

-Voy a hablar con él- no sabía como habían salido esas palabras de su boca, dio un paso al frente pero lo detuvo el contrario.

-Ya hiciste demasiado- lo dijo con veneno aguantando las ganas de darle un puñetazo en la cara por imbesil -Necesita su espacio-.

-Tiene razón- la voz de Eak se unió a la conversación -en vez de arreglar las cosas vas a terminar empeorandolas-

★★★

Las clases parecían terminar y con ello un pelirosa buscaba a su amigo por todos lados esperando que se encontrara aun ahí y vaya sorpresa que se llevo al ver a su amigo hecho bolita en una esquina justamente en el gimnasio. Estaba llorando ¿Cuanto había estado haciendolo? 

-Freddy- menciono y brinco al ver a su amigo limpiarse las lagrimas rápidamente pero sus ojos inchados lo delataban, se sento en donde estaba acariciando su espalda.

-Perdoname, soy un mal amigo no debí gritarte- siguio llorando, le dio ternura ver a su amigo disculparse, tal vez si solo estaba de mal humor y no había regresado a su yo de antes.