Es Lindo Verte Llorar

HASTA LOS MÁS DUROS AMAN

Los días transcurrían; pasaban las horas, semanas, meses. Los Bastidas y Rosales se iban convirtiendo en los mejores amigos, las cenas cambiaron por almuerzos, salidas, reuniones, hasta viajes a la playa, por supuesto todos iban de una manera calmada; ya se consideraban familia, en las partes duras de la vida siempre estaban los unos para los otros, siempre con la firmeza de aquella cena que todo cambió. La confianza crecía para ambos lados, ya los problemas de uno eran los problemas de todos, sus encuentros eran increíbles cada vez más buenos y divertidos.

La realidad no se puede escapar de la vida, los años empezaron a pasar; era 2007, 2008, 2009,2010, la madurez se presenciaba en ambas familias, ya los nintendos eran aburridos para los más grandes y divertidos para los pequeños, las conversaciones eran de la vida presente, no del exterior, se preparaban comidas diferentes, los ambientes cambiaban, los carros se volvían anticuados, ya nadie usaba los increíbles trajes del 2000, todo cambiaba, pero las familias permanecían. Anthony y Mariana se habían vueltos buenos amigos, ella siempre le contaba cosas de su vida; él solo escuchaba. Él le decía lo importante que era ella en esa casa, ella no entendía.

Era el 2010, los encuentros continuaban, pero Mariana tenía otros intereses, que quizás Anthony no comprendía, se empezaron a distanciar, todo se estaba volviendo monótono, tal vez solo había sido algo de niños, tal vez era el final de su historia, tal vez ya se habían cansado de sí mismos. Un accidente ocurrió, el doctor Rafael y su esposa venían de viaje de El Vigía cuando una gandola de PDVSA colisionó y volteo en la carretera; por cuestiones de la vida el carro es que se movilizaban estaba fallando, y al encontrase de frente con la gandola de PDVSA intentaron frenar de emergencia pero el carro no se contuvo, produciendo que se estrellaran de frente contra la gandola. Mariana y Manuel estaban en clases de tenis cuando esto ocurrió, los primeros en enterarse fueron los Bastidas, los cuales gracias a Dios, se encontraban en la cuidad, de manera inmediata tomaron las riendas de la situación, Pablo se dirigía al hospital de El Vigía, la doctora Lisett buscaba a los jovencitos. Dicho accidente trajo consigo algunos problemas financieros, además de algunos huesos rotos, afortunadamente Marta solo tuvo algunos hematomas y pequeños cortes por los cristales al colisionar, el Dr. Rafael tenía la clavícula fisurada, y había recibido un golpe muy fuerte en su tórax, lo que ocasionó que tuviera que estar bajo observación un par de días, durante todo este tiempo los Bastidas les brindaban apoyo. Uno de esos días Anthony intentando levantar el ánimo a Mariana se puso a charlar con ella; tenía un montón de emociones en su mente, él las dreno todas, sin saber que eso le fisuraría el corazón, ella le confesó que había un joven de su colegio que le parecía lindo y que no sabía cómo hablarle, esto destrozo a Anthony, pero no podía demostrarlo, eran amigos, solo eso, y no tuvo más opción que tratar de ayudarla a eso, lo cual era para el cómo hacerse una herida en el pecho y lastimarla intencionalmente.

El tiempo pasaba, Anthony sabía que Mariana tenia a otra persona, que era solo una ilusión, intentaba ahorrar su energía y no pensar en eso, él solo era un joven de pueblo, delgado, algo amargado y aburrido; ella era una chica hermosa, atlética, llena de lujos y todo lo que deseara; era como competir con el mar en tiempo de tormenta. El doctor Rafael estaba mejor, su situación había mejorado, su economía era más estable, no cambiaba su manera de tratar a sus amigos, los encuentros seguían, ya eran rutina. Anthony prefería no ir, era muy doloroso para él saber que su mitad estaba en otro lado...

Era el 2012, llego el día del cumpleaños de Marta, debían ir todos, era parte de nobleza y firmeza, al llegar se encontraron después de casi 4 meses sin verse, ella lo miro y dijo:

-Hola, podemos hablar un rato, necesito contarte algo.

Él acepto de manera inmediata; se fueron al estudio de la casa y allí ella le iba a decir que todo con aquel joven no había durado más de 10 días, que ella no quería a ese joven, que lo quería a él, pero al llegar algo pasó...

-¿Recuerdas el chico que te comenté la última vez? Bueno él y yo... ¡BASTA! Exclamó Anthony. No quería saber más sobre ese chico, todo se había roto. Solo dijo:

No, no me digas nada.

Esto molestó a ambos, no se aclaró nada. A pesar de tener 11 y 13 años, su orgullo era muy grande, ninguno de los dos se hablaron durante ese día, aunque ambos querían salir corriendo y abrazarse. Los días seguían pasando, ellos seguían igual, no se decían más que un simple "Hola" de compromiso, era irónico como un "Hola" unió a sus padres, y a ellos parecía separarlos más.