Es Lindo Verte Llorar

PERO, EL AMOR ES MÁS FUERTE

Desde ese día. 07 de diciembre las cosas cambiaron, ambos podían ser ellos mismos, la presión había desaparecido, las familias seguían más unidas que nunca, a nadie le molestaba dicha relación, al contrario, gracias a ella pudieron ir a un nivel más amplio de confianza. Los días pasaban, los encuentros eran muy notables, sus vidas habían cambiado; Mariana quería que todos sus amigos conocieran a su tan querida pareja, quería que ellos vieran que al fin de tanto, había logrado estar junto a su eterno amor, que había logrado encajar con su otra mitad; planeó una pequeña reunión donde solo estarían sus conocidos más allegados y amigos, pensó que una pequeña parrillada acompañada de un día de piscina sería ideal, todos estarían calmados, sin ninguna preocupación más que ser felices. Sería el viernes de esa semana, ahí todos podrían asistir, sería algo privado, de los Bastidas solo iría Anthony, y de su familia solo iba a estar su madre y su hermano algunos momentos debido a sus estudios y negocios; todos sabían cómo serían las cosas, excepto alguien, Anthony, él veía todo diferente...

El afamado día llegó, todos se preparaban para asistir, Mariana se sentía muy emocionada e impaciente, se colocó su clásico traje de baño color purpura, acompañado de un vestuario muy veraniego formado por un short y una blusa holgada, muy adecuados para la situación. Por otro lado, Anthony se vestía de manera elegante; un pantalón con corte fino, algo pegado, una camisa manga larga color azul marino, la cual dejo abierta, enseñando parte de su pecho; acompañados con unos zapatos de planta completa color marrón claro, todo esto juntos le daba un estilo auténticamente modesto y elegante, era el atuendo ideal para realizar finanzas en una grande y moderna oficina, pero para nada adecuado para una parrillada, y muchos menos para asistir a una piscina; él imaginaba la cara de todos al verlo entrar, todos los invitados vestidos de manera formal, quedando impresionados con su excelente atuendo, se sentía importante. Salió de manera calmada, espero el autobús, todos lo miraban raro, él no debía ir en esos medios, asemejaba un empresario que solo viaja en vuelos privados o en su impecable camioneta del año, de un tono negro; se quedó en la parada frente a la urbanización, sin pensarlo dos veces, empezó a caminar hacia la casa, la cual no estaba muy lejos de la entrada...

Al irse acercando las cosas cambiaban, frente a dicha mansión habían los más lindos y modernos autos que se podía imaginar; de manera rápida pudo observar un mustang color marfil con rines de lujo, una camioneta marca Toyota que ni él conocía y justo al frente, su mayor sueño, una Ford Raptor color azul marino, con unos enormes cauchos de campo, unos impactantes rines edición especial de un color negro brillante, todo esto acompañado de un sinfín de accesorios de autos rústicos, los cuales fascinaban al joven, pero al mismo tiempo lo hacía sentir mal, sabía que todos eran jóvenes adinerados, que tenían sus propios bienes, y él, pues él ni siquiera podía pagar un taxi. Sus pasos se volvieron algo lentos, intento verse en su celular, seguía igual de galante, además, ellos no tendrían por qué preguntarse cómo había venido, de igual manera tenía la mejor excusa, me trajo el chofer...

Tocó el timbre, todo estaba en silencio, después de unos segundos la puerta se abrió, era una joven de unos 22 años de edad, la cual traía puesto un vestido color verde manzana, Anthony pensaba: que falta de glamur o quizás exageré, ella no decía nada, él exclamó:

-Hola, ¿se encuentra Mariana? –De manera inmediata Mariana apareció- Hola mi vida, pasa, por cierto, una amiga –señaló a la joven- Anthony extendió su mano para presentarse, a lo que ella exclamó:

| ¿En serio? ¿Vienes a una piscina vestido así? Y se fue directo al jardín trasero. Esto creo una tensión en el ambiente, Anthony miro a Mariana, solo quería salir corriendo, si eso era el comienzo, no quería continuar ahí. –Mariana sonrió- ¿No lo sabias verdad? Él respondió: No.