SEDUCIENDO A LA VIDA

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Después de esa cena todo continuó normal, Mariana y Anthony se amaban, Manuel continuaba con sus negocios, su hacienda, y por supuesto, con Valentina; Maria ya estaba en las últimas etapas de su carrera, donde debes ir al hospital y ver clases ahí, y pues en esto siempre la apoyaba Guillermo, el cual al igual que ella, vivía esa experiencia, pero siempre compartían el poco tiempo libre que tenían. El tiempo seguía su curso, el país se hundía cada vez más, las personas intentaban alzar su voz, pero cada vez eran más muertos y menos índice de vida, era como que la esperanza se había tirado del último piso de un rascacielos; pero lo único que crecía era el espíritu de los venezolanos para superarse...

Mariana y Anthony planeaban una salida juntos, ya se acercaba su fecha especial, eran los primeros días de Mayo, querían hacer algo diferente, por ende, quedaron verse el fin de semana, planearían qué hacer, y así acompañaría a Mariana a comprar algunas cosas; y así fue, era sábado en la mañana, Anthony ya estaba listo, un atuendo común, se montó en su vehículo, e iba en busca de su amada con el mismo amor que lo hizo la primera vez. Ella planeaba hacer algo especial ese día, pero no lo sabía nadie. En unos minutos llegó Anthony, Mariana como siempre lo esperaba en la entrada, él se bajó, ella corrió hacia a él, un beso como si hubieran pasado años separados, y un inmenso "HOLA" que retumbaba; subieron a su carro, y empezaron otra aventura juntos. Recorrieron un par de tiendas, la mañana pasó de prisa, ellos reían, era increíble como un momento juntos los hacía sentir tan bien, era como olvidar todo en un momento, para ellos era el mejor momento de sus vidas; decidieron volver a ese sitio donde habían asistido, comerían otro rico combo de pollo frito, y al mismo tiempo recordarían momentos, después de eso irían a otra tienda donde Mariana compraría una blusa nueva; y así lo hicieron, se dirigieron al restaurante, llegaron y entraron, de manera inmediata observaron esa tan adorable señora, la cual los reconoció y los atendió, pidieron lo mismo, ella con mucho amor anoto su orden, ocurría lo de siempre, tomando sus manos parecían conectarse, no decían ninguna palabra, pero con la mirada lo comunicaban todo, se amaban, eso era seguro. En unos minutos la señora les trajo su orden, y también traía 2 vasos con jugo de guanábana, los cuales colocaron en la mesa y dijo:

| Esto va de mi parte, la última vez se los quedé debiendo. Y con una hermosa sonrisa les deseó buen provecho.

Ellos estaban impactados, nunca lo esperaron, pero era otra prueba de la buena persona que esa señora era; comieron, pidieron la cuenta, y agradecieron su buen servicio, rica comida y cortesía, dejando una notable propina. Tenían seguro que esa señora se había ganado 2 buenos clientes desde aquel día.

Se dirigieron a la tienda donde Mariana compraría su blusa, a Anthony le hubiera encantado comprarla él, pero la situación no se lo permitía. Camino a la tienda comenzó a llover, no tan fuerte, pero tampoco pasaba desapercibido; llegaron, la tienda se encontraba en una calle donde habían casas alrededor, y debido a la lluvia, se estacionaron frente a un portón, cosa que ambos sabían que no era correcto, pero sería rápido, o eso creían; cuando vas a comprar ropa con una dama, debes tener libre toda la tarde, pues posiblemente la necesitaras. La lluvia iba disminuyendo, ellos entraron, Mariana seleccionó unas 5 blusas para probarlas, él como es costumbre esperaba sentado, mirando todo tipo de precio, los cuales eran bastante elevados; en minutos Mariana le mostró la primera, era color violeta clara, con mangas caídas y ceñida, realmente se veía hermosa, ella lo era, todo lo que se probara le quedaba estupendo; así continuó con las otras 4, pero cuando ella entró para probarse la numero 5, una joven de unos 19 años, entró a la tienda y preguntó que si alguien ahí era el dueño de un Optra que estaba bloqueando su entrada, Anthony inmediatamente se levantó, pidió disculpas, y fue a moverlo, pues era obvio que se trataba del suyo; pero algo no se esperaba, él fue y lo movió a otro sitio, aún caían algunas gotas, la joven le agradeció, a lo que él se disculpó nuevamente, y la joven le explicó que siempre sucedía eso, pero justamente en ese momento, Mariana salió, y para su desagrado, su novio no estaba, por lo que la asistente le notificó donde estaba, y ella al mirar, él estaba charlando con la joven, lo que hizo que ella no se controlara, y saliera hasta allá y llegando rápidamente y exclamando:

Es Lindo Verte LlorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora