Como pasaban esas horas a días, esos días se volvieron semanas, y estas, meses; el tiempo es el mejor aliado para olvidar y superar, y ellos por difícil que fuera, lo iban logrando. Manuel cada día iba recobrando su fuerza, pronto sus negocios volvieron a tomar su rumbo normal, sus viajes eran seguidos; con Valentina en su mente siempre, pero estaba aprendiendo a poner sus prioridades, y en lugar de lamentarse, se esforzaba más pensando en ella, pues sabía que ella lo quería feliz, y que lo protegía desde el cielo, pues él formaría la familia que siempre quisieron, costara lo que costara. Por otro lado, Anthony continuaba sus estudios, aunque con la situación del país era difícil, él luchaba sin parar, y esto lo hizo llegar hasta sus últimos años, esos que pasas en el hospital, donde toda esa teoría la pones en práctica, donde la vocación se hace presente, y aunque no era su carrera soñada, le había tomado mucho cariño; pero no olvidaba a Mariana, y es difícil de creer que después de tanto luchar, ellos se habían separado un poco, ya las conversaciones se volvían monótonas, Mariana parecía tomarle interés a otras cosas, e hipotéticamente, se ponían de lado, aunque su amor era el mismo, solo que ahora lo sabían controlar para que no les afectara tanto su distanciamiento. Solo que ellos no lo sabían, él se separó cada vez más de la casa de los Rosales, ya era raro que se quedara allá; pensaba que tal vez Mariana había conocido alguien más, alguien quizás de su clase, alguien mejor que él, y tenía lógica su argumento, pues parecía que se le olvidaba por instantes, que eran pareja, y se había vuelto algo insensible; no importaba lo que le dijera, o que le recordara momentos, ella reaccionaba como si no fuera con ella. Lo que él no sabía era que Mariana no dejaba de pensar en él, que lo extrañaba muchísimo, que cada mensaje le hacía sentir como si lo tuviera cerca; pero se quería ver dura, quería que él fuera feliz, y no quería que esto le afectara tanto, pero no lo lograba...
El tiempo no pasa en vano, para muchos su relación moría; pero ellos tenían en su corazón ese mínima esperanza que los hacia andar, que les decía que ese amor seguía vivo, pues esos años juntos no se podían olvidar tan fácilmente. Sin darse cuenta ya tenían 10 meses separados, y ese tiempo seguía creciendo; Anthony aún mantenía algunas cosas en esa habitación donde eran felices, continuaba conduciendo ese automóvil que se les había asignado; el servicio era la única persona que entraba ahí, a parte de él. Se acercaba diciembre, pero primero era el cumpleaños de Marta, él mantenía una esperanza de que tal vez ese día ella regresara, pero la realidad le decía que eso era imposible, su postgrado duraba 2 e incluso más tiempo, y pues no sabía si ella ya tendría una vida allá, y ni siquiera volviera. Los días pasaron rápidamente, solo faltaban un par de días para el cumpleaños de Marta, y como era costumbre, las familias se reunieron para planear qué hacer; al final solo quedaron en hacer una pequeña reunión, con algunos invitados muy especiales, un platillo sencillo, pollo horneado, y que el servicio se encargara del resto...
Llegó ese día, esta vez no había intercambio, no había mucho que celebrar; los Bastidas se arreglaban para asistir, Anthony se arreglaba muy bien, él sentía que tal vez estuviera ella ahí. Se dirigieron hasta allá; entraron, no había llegado ningún invitado, ellos se saludaron calurosamente, Manuel se veía renovado, Marta sonriente, y el Dr. Rafael estaba como siempre. Bastó solo de unos minutos para que ellos entraran en esa confianza de siempre; poco a poco llegaban los invitados, encabezados por Horacio, pues él no podía perderse una fecha así; pero Mariana no llegó, todos lo sabían, pero Anthony aun así lo esperaba. Comieron y después de unos minutos charlando, la señora del servicio les notificó que tenían una video llamada, era Mariana; Marta y los suyos se dirigieron a la sala de estar para hablar cómodamente, y entre estos iba Anthony...
Unos repiques, un "espere por favor" y estaba ahí, la podía observar; todos saludaron de manera desordenada, pero Anthony no pudo hablar, estaba en shock, todo su esfuerzo tratando de olvidarse un poco de ella, se había desvanecido, su corazón quería gritarle que la amaba, pero su mente le pedía control. Tras unos 15 minutos, Marta le informó que Anthony estaba ahí; ella quebró un poco su voz, pero dijo que quería hablar con él un momento; Anthony tomó el puesto de Marta y de manera dudosa, exclamó:
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Es Lindo Verte Llorar
Romance"Es Lindo Verte Llorar" es una novela que cuenta la historia de dos jóvenes que sin pensarlo, sus vidas se cruzan, dando un nuevo comienzo a una aventura llena de amor, trama, y dolor; con un sentido diferente de "la vida", planteados en la peor si...