PERDIDOS EN SUS GALAXIAS

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Octubre pasaba volando, tenía unos hermosos y soleados días, el verano se empezaba a manifestar, ambos sabían que se acercaba ese día donde cumplirían 1 año juntos, querían hacer algo especial, no tenían ni idea de que hacer, quizás la tradicional cena, quizás era aburrido, en realidad, a pesar de estar juntos y ser lo importante, querían hacer algo distinto; decidieron ir un sábado al jardín botánico de la ciudad y ahí planear todo lo que iban a hacer. Después de unas horas de risas, bromas, y miradas que expulsaban amor, decidieron que el clima era ideal; para esos días debería estar comenzando los calurosos días de verano, cada destacar que al ser una zona fría era ideal para salir al campo, encontrarse con la naturaleza, y así olvidar un poco el estrés traumático de la ciudad; la celebración perfecta sería una caminata a la montaña, donde la naturaleza está presente, donde el aire puro se confunde con el olor de las plantas; planeaban que fuera algo familiar, pero primero debían confirmar unos días antes que pudieran asistir, de igual manera, aún tenían algunas semanas para planear todo, mientras tanto disfrutaban del lindo ambiente que formaban al estar juntos, acostarse a mirar el cielo, las nubes, tratar de adivinar que veía el otro, hablar de sus intereses, leer un poco, y decirse otro poco lo mucho que se querían y admiraban...

Mientras estaban ahí contemplando la naturaleza, Anthony notó que había un grupo de personas tomando fotos, por lo que se le ocurrió pedirles por favor, que les tomaran algunas fotos, por supuestos ellos dijeron que sí, les parecía muy hermoso retratar lo intrigante y lindo que es el amor, que te hace sentir tan especial, tan grande y pequeño, tan fuerte y débil, mostrando como con un simple sentimiento se pueden unir dos mentes y hacer una sola. Las fotos quedaron fascinantes, el trato era que ellos podían tomar una foto y ponerla en su blog, y a cambio les pasarían las fotos a Mariana en modo profesional digitalizadas de manera gratuita, era perfecto. Compartieron su almuerzo, generalmente cada quien llevaba su comida y la compartían, ese día se trataba de una ensalada de frutas y batido de avena, de parte de Mariana, y un par de sándwiches de huevo, por parte de Anthony; hasta sus comidas eran muy diferentes, pero era hermoso compartirla, era toda una aventura. Hablaron sobre sus libros favoritos, sus mejores partes, sus críticas y halagos; ella prefería las novelas, cuentos, historias, tramas y todo lo que se relacionara con amor, lo que sería casi todo; él prefería libros científicos, cuestionables, motivadores, historias reales y mundos imaginarios, escasamente estas no nombran el amor, ese sentimiento que no importa la serie, libro, película o trama, siempre estará ahí, ya sea como el amor de un padre a su hija o el de un soldado a su amada, mientras se encuentra en plena guerra mundial; siempre es mencionado, debe estar ahí, porque eso tan simple y complejo, es lo que mueve el planeta. Estuvieron ahí hasta que el frio del atardecer se empezó a ser presente, como era costumbre entraban tomados de la mano y salían de igual manera; tomaron la vía en dirección a sus casas, en el camino las canciones eran variadas, todas cantadas con sentimiento y gracia que hacía que el camino se hiciera corto; su primera parada era la casa de Mariana, ahí entraban y estaban unos minutos, hasta que una calurosa despedida de toda la familia se hacía presente, salían hasta el carro a despedir a Anthony, era muy evidente la mirada directa al vehículo para ver su estado, el cual se mantenía impecable, ese auto era como su bebé; al final del día Anthony llegaba a su casa.

En la cena de ese día ambos comentaron su propuesta a sus familias, las cuales les parecía muy buena idea, pero dudaban que pudieran asistir, motivos como parciales, trabajo, viajes, reuniones y muchos otros, se interponían; lo importante era que su idea era acertada. Llegó la hora de dormir, y como es costumbre debemos pensar en algo importante antes de dormir mientras nuestro cuerpo libera estrés y tensión hasta caer en un sueño profundo, en los ambientes eran muy parecidos, Anthony pensaba en qué podía darle a Mariana de aniversario, en lo hermosa que era, en lo bendecido que era al tenerla como novia; Mariana pensaba en Anthony, tenía en mente un regalo algo simple, le prepararía una comida nutritiva y deliciosa que estaba segura que le iba a encantar; Manuel pensaba en cuando sería capaz de mostrar sus sentimientos a su amada; Maria en cómo podía hablar con su amor platónico que se le hacía tan difícil ver debido a la diferencia de horarios. Al final, distintas mentes, un solo sentimiento, "el amor". Es inevitable no sentirlo, este se mete en tu mente, y aunque puedas controlarlo, no puedes ignorarlo, debes dejarlo fluir o él se apoderará de ti, esto es fácil, un mensaje, una carta, una llamada o un pensamiento completo, es suficiente para que se produzca esa sustancia que te hace sentir vivo, con energía, que te inspira a seguir adelante, a luchar por esa persona...

Es Lindo Verte LlorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora