UN ENIGMA QUE EL CORAZÓN TE ROBA

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Transcurrían los días, seguían juntos en todo sentido, sus almas se centraban en esos besos con sabor a fucsia y en darse el mayor apoyo mutuo; eran felices, no tenían que más desear que no fuera estar juntos. Sus días pasaban muy rápido, aunque no podían estar juntos todo el tiempo, ellos hacían el mayor esfuerzo para estarlo, las salidas eran comunes en dichos días, tenían todo para pasarlo juntos, o simplemente era poco, su carro, un par de panes rellenos con queso y un termo con agua; solo con eso podían recorrer el mundo, el resto era añadidura, todo en ellos giraba alrededor de su cariño y compresión. Se puede pensar que iban muy rápido, pero volveríamos al dilema de las reglas que nos marcamos; ellos tenían una vida juntos, que mas era necesario para dar todo de sí. Cada pequeño detalle, cada segundo que pasaban juntos era especial, estaban viviendo uno de los mejores momentos de sus vidas, en ocasiones pensaban que quizás no dudaría mucho, pero no como un acto de pensamiento negativo, sino porque su amor era tan grande que parecía ser irreal, temían despertar y que solo fuese un sueño; pero después de mirarse fijamente, de sentir lo que era estar junto al otro, sabían que no era un sueño, que era la realidad, tal vez la vida se había cansado de ver sufrir a las personas, porque al parecer todos eran felices...

No podemos olvidar que esta historia empezó gracias a un par de personas, que de manera muy sencilla y sincera se sentían súper especiales por haber ayudado a forjar tan linda historia; Los Rosales, Marta y Rafael eran felices, los años no pasaban en vano, ya las arrugas eran notables, ya no tenían la misma figura, Marta estaba más rellenita que cuando esto empezó, el Dr. Rafael perdía su frondoso y liso cabello, los años eran notables en ambos, que ya aunque cansados, no perdían el rumbo de su amor, no dejaban de ser esa hermosa pareja luchadora que siempre ha ofrecido todo de sí, sin esperar algo a cambio, que siempre le han sonreído a los problemas, criando a sus hijos de la manera más humilde y sencilla; porque sabían que su legado es eterno, pero ellos no, que lo más hermoso que podían dejarle al mundo era una familia unida, bondadosa y sobre todo llena de amor por lo que hacen. El tiempo los favorecía, aun con la crisis del país, ellos podían seguir siendo los mismos de siempre, su mayor deseo era no cohibirse de hacer lo que amaban, por eso luchaban fuertemente cada día, sin importar tan terrible que fuera, ellos siempre tenían la libertad de dar ese paso que cambiaba vidas; su bondad iba creciendo al igual que un fuerte roble, cada vez eran más las donaciones, las conferencias gratis, las ayudas. Por otro lado, el jovencito que siempre mantuvo una postura firme y decidida se había convertido en un hacendado, un emprendedor, un empresario en todo nivel, llevaba junto a su madre los negocios de la familia, era un luchador como sus padres, tan fuerte e inteligente que cualquier chica se fijaría en él, pero lamentablemente, a él solo le llamaba la atención una; y no, no era Maria, pero la vinculaba, era una amiga de ella, quizás su mejor amiga; se habían conocido de manera rara, una visita a casa de los Bastidas para plantear un negocio y ella estaba ahí, de inmediato algo en su ser se rompió, un simple:

|Hola.

Hizo que su vida cambiara para siempre, él desde hace tiempo llevaba siguiéndola de un modo discreto, e incluso la invitó a salir en repetitivas ocasiones, se estaban volviendo muy buenos amigos; pero cada uno de nosotros tenemos pros y contras, y este era su mayor defecto, había pasado toda su vida tratando de resaltar, siempre centrado en lo suyo, y no tenía la mínima idea de cómo decirle lo que sentía, era irónico, el máximo exponente de los negocios, el tipo rudo y fuerte, le temía a sus sentimientos, pero no perdía la esperanza de que pronto se lo diría y podría completar su vida...

No podemos dejar de lado a los Bastidas, ese grupo de personas luchadoras, incansables, que siempre tenían la fuerza para enfrentar los problemas, con muchísimas ganas en sus corazones de seguir creciendo, con esa llama viva que es la pasión a lo que haces. Aquí también el tiempo pasaba factura, los jefes estaban envejecidos, tal vez cansados, para ellos la situación del país si les ponía las cosas cuesta arriba, habían tenido que hacer prioridades, dejar algunos sueños de lado, y dedicarse a fortalecer lo que ya estaban cumpliendo; Lisset estaba más rellenita, sus curvas habían desaparecido un poco, su espíritu era el de siempre, sus ganas de ayudar a los más necesitados junto con su pasión a la medicina, la mantenían activa y llena de felicidad. Pablo, aunque ya un poco cansado, seguía teniendo sus finanzas, había decidido dejar de ejercer su trabajo directamente, ahora solo era el presidente de su propia constructora, eso la hacía muy feliz, su corazón era joven aun, seguía con esas ganas insaciables de seguir creciendo, de darle lo mejor a sus hijos, de ser alguien importante, la situación del país le dificultaba las cosas, pero él nunca se va a rendir. Este par crió a sus hijos con mucho esfuerzo y humildad, enseñándoles el valor de las cosas, a ganar sus recompensas, a siempre luchar por lo que se ama. Cabe destacar, a la hija de este matrimonio, ya no es la niña de pueblo tímida y sensible, con un gran sueño y futuro a sus pies, ahora era toda una mujer, que iba dejando un legado impecable, se había convertido en un ejemplo de superación, seguía cumpliendo sus sueños, la faltaba menos de la mitad de su carrera y ella ya era grande, luchadora, conocida por muchos como la persona que cambiaría al mundo, pero al igual que Manuel Candelario, tenía una debilidad, un joven de su facultad, este no era muy popular ni nada por el sentido, era tímido, algo disperso del resto, muy productivo sí, trabajaba y estudiaba, y aun así se lograba destacar en todo; habían tenido algunas charlas, se podían llamar amigos, pero no se conocían mucho, y aunque su brillo se podía ver a kilómetros, ninguno de los dos era capaz de dar ese paso tan lanzado y atrevido, pero esto pronto cambiaria...

Es Lindo Verte LlorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora