NO SOLO SE VIVE A BASE DE RECUERDOS

29 6 0
                                    


Después de pasar un día pesado, algo tenso, pero al final muy agradable para ambos, sus cuerpos se encontraban agotados, sus mentes estaban llenas de momentos que pasaban una y otra vez por su mirar; a pesar de todo, sabían que eso iba a pasar, debían ser fuertes, representar ese porqué el amor es más fuerte que los estereotipos y clase sociales, aclarar ese mundo en que se decía que existen millones de personas iguales, que solo son momentos vividos, donde los compromisos parecen ser nulos, no son tomados en cuenta, donde todo se volvía monótono, era normal querer a la ligera y por interés, y nadie valoraba el aprecio y ganas de luchar de las personas para llegar a ser alguien en la vida, ayudarse mutuamente, más allá de lo físico, a lo mental, donde son el apoyo del otro; ellos lo iban logrando, ya ese día habían conmovido las mentes de esos jóvenes que aunque encaprichados, aceptaron esa tan interesante e intensa relación, eso los hacía sentir bien, a pesar de su corto tiempo, que para ellos parecía que había nacido cuando eran niños, seguían escribiendo su propia historia, rompiendo todas las barreras...

Los días pasaban, su comunicación no se desaparecía, no faltaban los "buenos días", los cómo estaban, decirse cuanto se querían y admiraban, y finalmente, las "buenas noches"; aunque no se puede negar que en momentos las dudas se hacían presentes, el temor llegaba, se preguntaban si todos sus planes se podrían lograr, que si de verdad eran aceptados; generalmente el pensar en las fuerzas que les brindaba el otro, los hacía sentir mejor y así, salir de esas fases tan temibles que los invadían. Se acercaba noche buena, se debían separar, ya que a pesar de la unión entre familias, ambos tenían otras amistades las cuales era tradición celebrar estas fiestas juntos; por tal motivo decidieron salir una tarde, el día era hermoso, el cielo no tenía nubes, todo era despejado. Mariana se arreglaba con un atuendo algo formal y sencillo, un maquillaje simple, básico de una persona joven; por otra parte, Anthony se arreglaba de la manera más común conocida; sabía que debía salir temprano para poder llegar puntual debido a los problemas de transportes que se enfrentaban; él llevaba su comida en un pequeño bolso que siempre tenía a la mano, y como se había vuelto costumbre, salió de su casa, esperó el autobús, subió a un pequeño parque que se encontraba cerca de la urbanización donde Mariana residía, se sentó en una banca, sacó su almuerzo, lo comió de manera calmada, guardó todo nuevamente, se acercó a un bebedero, tomo una bocanada de agua, después de manera rápida se cepilló los dientes, no quería tener mal aliento; se analizó en su celular, y continuó su marcha. Llegó a la urbanización, tocó el timbre, de manera casi inmediata Mariana abrió con una alegría muy fugaz, como un niño esperando a santa, de manera predecible los saludos resonaron en el aire; un escandaloso "Hola" acompañado de un lindo cumplido, el cual traía como consecuencia ese beso que los hacía sentir vivos, en fin, ¿A quién no le gustaría besar a su amor platónico y ser correspondido?

Al entrar fue recibido por el caluroso abrazo de Marta, la cual siempre estaba sonriente al verlos juntos, podía sentir la felicidad que emanaba de este par; se dirigieron a la sala, empezaron a planear qué hacer esa tarde, la idea principal era ir a ver tiendas, tal vez comprar algunas cosas para navidad, todo era fugaz; de un momento a otro una duda entró a la mente del joven, ¿Cómo se trasladarían? No se imaginaba a Mariana en autobús, bueno, en realidad, a ella no le importaba eso, con tal de estar juntos, ella andaría caminando toda su vida; pero los padres de dicha joven no iban a estar de acuerdo. La duda no había terminado su recorrido por la mente de Anthony cuando Marta exclamó:

| ¿Cómo se van a movilizar? –un silencio tenso y dudoso nubló la sala- ambos sabían que habían omitido ese detalle...

Sonaron las escaleras, era el Dr. Rafael, el cual hizo un saludo algo abrumador, de manera directa se dirigió a la sala, donde agregó: -Eso no es problema, toma llévate ese carrito- le entregó unas llaves y un control a Anthony, el cual agradeció un poco confuso, él no sabía de qué carro hablaba, solo detalló que era un Chevrolet, quizás un Chevette, pensó; Mariana agarró su bolsa y se dirigieron al estacionamiento, Anthony solo había estado ahí unas 3 veces, hundió uno de los botones esperando que algún carro diera alguna señal, el ambiente se iluminó con las luces de un carro, era un Optra 1.8 color azul rey, estaba impecable, prácticamente nuevo, Mariana sugirió que tuviera cuidado, su padre era muy complicado con sus autos; Anthony se sentía como un gato en una pelea de perros, hacía años que no tocaba un carro, y aunque en casa había uno de esos, era muy tenso tener que manejar uno de los coches de su suegro, solo imaginar un rayón en tan flamante auto, le producía escalofríos...

Es Lindo Verte LlorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora