La llegada de todos a Venezuela le daba alegría a todo, desde vecinos hasta esa señora del restaurante que se había vuelto costumbre asistir. Su retorno a Venezuela lo tomaban como unas vacaciones, solo querían divertirse y revivir momentos; todo esto comenzó recorrieron esos centros comerciales donde su mundo parecía cambiar de color, que no importaba la situación, ellos podían sobresalir estando juntos. Sus paseos por esos pasillos les hacía recordar cómo se sentían cuando solo eran unos niños y sus corazones hablaban, pero era difícil de entender, hasta que pasó el tiempo y sus ojos se abrieron demostrando lo maravilloso que era estar juntos, que ese caos apodado "vida" los había unido, que si podían vencer todo conflicto, podían conseguir sus sueños; y así fue...
Estas aventuras continuaron con viajes a ese sitio donde el atardecer te iluminaba, donde el arrebol era un plano espiritual que los hacia entrar en calma; sus días pasaban rápido, vivían cada segundo mientras se miraban a los ojos, miradas que comunicaban todo. Recorrieron lugares que solo existían en sus recuerdos; la situación del país era realmente caótica, aún más cuando vienes de un país desarrollado y ves que el tuyo en lugar de avanzar, retrocede; todos esos lugares tenían historias que contar, momentos que recordar, y un montón de experiencias por vivir; y ellos no desperdiciaban tiempo. El tiempo se les pasaba tan rápido que olvidaron los días del calendario, se pudieron dar cuenta al ver que era 06 de agosto; estaban a punto de cumplir otro mes juntos como pareja, era obvio que necesitaban hacer algo especial; el mejor lugar era revivir esa aventura del teleférico, uno de los días más felices de su vida. Ellos planeaban realizar esa aventura unos días después, pero Anthony insistió, y cuando era así, ella no ponía resistencia, pues sus planes eran los mejores, y este no sería la excepción.
Eran las 07 am del 07 de agosto; ambos despertaron con el sonido del despertador, se miraron y felicitaron; tenían 2 años sin hacer eso, cosa que los alegraba bastante. Se levantaron, cambiaron, desayunaron, y con una gran sonrisa salieron a emprender una nueva aventura; sacaron el auto del estacionamiento, Marta los despidió como era costumbre, con una linda sonrisa y agitando su mano. En el camino volvían a sentir ese ambiente de paz que tanto extrañaban; llegaron a la estación del teleférico, compraron sus boletos, y se dispusieron a esperar su turno mientras compartían un café. El vagón llegó, las personas empezaron a hacer la fila respectiva; todo iba normal. En el turno de pasar Mariana, la trabajadora que revisaba las cosas de los pasajeros le pidió que por favor llevase un sobre a la siguiente estación; ella miró a Anthony el cual con la expresión de su rostro dijo que estaba bien. Ella contestó:
| Claro...
La trabajadora le entregó un sobre tamaño oficio, este era un poco rígido y tenía un enorme "1" en su parte trasera. Ellos empezaron su aventura; la ciudad se veía hermosa, mostraba su total plenitud; los recuerdos venían a sus mentes y los hacían sentirse más llenos y felices...
Al llegar a la siguiente estación, y como es común, ellos pasaron directamente al siguiente vagón; Mariana se preguntaba a quién debía entregar el sobre, pero al ver al trabajador que estaba coordinando, este le entregó otro sobre, este con un "2", y agradeció su cooperación. Ella no entendía, ¿Qué era eso? ¿Por qué ella? No dejó que esto la afectara y continuaron su camino; a Anthony realmente parecía no importarle lo de los sobres, por ende, siguieron admirando la belleza del lugar, de las montañas, y sentir ese frio que poco a poco va aumentando. Ambos jóvenes eran felices, se tenían uno al otro, nada los perjudicaría.
En la tercera estación Mariana preguntó a quién debía entregar los sobres, y para su sorpresa, le entregaron otro sobre, este con el "3", y le notificaron que debía llevarlos hasta la estación "Pico Espejo" la última estación del sistema teleférico; esto la molestó un poco, pero continuó la travesía. En solo unos minutos estaban en la última estación, ella empezó a preguntar dónde debía dejar eso; Anthony la interrumpió e indico que eran para los trabajadores que estaban afuera, en la parte del pasillo hacia donde está la virgen. Ahí estaban un grupo de 4 trabajadores armando una especie de letrero, este se encontraba bocabajo, y le faltaban algunos pedazos. Mariana ya un poco molesta les entregó los sobres, pero los trabajadores le pidieron que esperara, que ayudara. Anthony la miró con un gesto de que estaba bien; ella misma abrió los sobres, dentro estaban los pedazos de este cartel; ella, con ayuda de los trabajadores, pegó esos pedazos restantes. Listo, todo estaba perfecto, ya podían pasar tiempo ellos dos solamente. Anthony se acercó a donde ella estaba; el sol era radiante, ella se veía hermosa, por ende, él exclamó:
ESTÁS LEYENDO
Es Lindo Verte Llorar
Romance"Es Lindo Verte Llorar" es una novela que cuenta la historia de dos jóvenes que sin pensarlo, sus vidas se cruzan, dando un nuevo comienzo a una aventura llena de amor, trama, y dolor; con un sentido diferente de "la vida", planteados en la peor si...