— ¿Escuche bien? ¿El ancianito Gowasu dijo me rindo?—preguntó Goku a nadie en particular.— Asi es— Le respondió secamente Vegeta viendo fijamente a la plataforma.
—¿Pero por qué?— se preguntó Goku rascándose la cabeza— Él iba ganando...
—¡Y yo que voy a saber, Kakaroto!— exclamóVegeta.
La verdad todos estaban igual de desconcertados que Gokú. En especial Rou quien miraba a su rival sin comprender el porqué de esa súbita rendición.
—¡He dicho que me rindo!— reiteró el Supremo Kaiosama del universo díez para silenciar el murmullo de los espectadores.
Daishinkan miró a Zen Oh Sama quien no entendían que pasaba y porqué Gowasu se rendía si él era quien tenía la ventaja. Shin superó rápido la sorpresa. Salió volando hacia Daishinkan y le solicitó ser él quien explicara a los Reyes De Todo que ocurría. El Gran Sacerdote lo miró fijamente y si bien Shin estaba nervioso ante él nunca perdió la compostura. Se le permitió hablar con los Zen Oh Samas que lo vieron acercarse con mucha curiosidad. De forma muy cuidada, Shin les explicó que Gowasu no quería seguir peleando. Rebuscó los argumentos para hacer sonar todo como una posibilidad de, más adelante, ver un combate divertido entre Rou y su próximo adversario, pues se desconocía por completo las posibilidades que este tenía, mientras que con Gowasu el resultado estaría más claro. Envolvió las palabras de forma hábil y procurando no extenderse demasiado, Shin consiguió que los reyes de todo aceptarán la rendición del Supremo Kaiosama del universo díez.
— El Supremo Kaiosama del universo díez se ha rendido. El ganador es el Supremo Kaiosama del universo nueve Rou— anuncio el Gran Sacerdote.
Rou apenas si podía sostenerse en pie, pero no le quitaba los ojos de encima a Gowasu que al oír aquello hizo una reverencia, le dio la espalda a su oponente y se dispuso a volver por donde subió a la plataforma.
— ¿Estas jugando conmigo?— inquirió Rou— Tenías la victoria en tus manos ¿Por qué te rendiste?
— ¿Acaso tengo motivo para preocuparme por el resultado de este torneo? No— manifestó el viejo shin-jin— Todo seguirá igual para mí y además...creo que si se esfuerza un poco entenderá mejor el motivo real por el que he tomado esta decisión, jovencito.
Las palabras se Gowasu removieron los recuerdos de Rou y tal como él se lo dijo obtuvo la respuesta.
—¡Eres un infeliz!— grito indignado, humillado.
Gowasu lo ignoró y se adentró en aquel túnel que lo sacaba de la arena. Un pasadizo oscuro del cual surgió Shin. Se le cruzó en el camino con actitud solemne y tranquila. Ambos se hicieron una reverencia para saludarse, siguió un pequeño silencioso entre ambos que rompió el más joven.
— ¿Por qué se rindió,señor Gowasu?— pregunto Shin.
El Supremo Kaiosama caminó unos pasos hasta quedar a solo un par de Shin que lo miraba serio, pero con menos hostilidad que a los otros.
— Imagino que usted tiene un muy buen motivo para haber organizado este evento— le dijo parándose frente a él— Asi mismo yo tengo mis motivos para haberme rendido, sin embargo, creo que nuestros argumentos pueden coincidir...
Shin parpadeo lentamente una vez, como afirmando aquellas palabras.
— Hay muchas formas de obtener una revancha, jovencito— continuó Gowasu mientras pasaba por el costado de Shin — Todo depende de que se quiere conseguir. Yo obtuve lo que quería. No hay más motivo para seguir es este juego.
— Entiendo...— murmuró el chico sonriendo y cerrando los ojos como si hubiera recibido una lección un poco dolorosa.
— Antes de irme me gustaría decirle algo Supremo Kaiosama. No permita que ellos ganen— le dijo Gowasu quedando de pie de espaldas a Shin.
— Por supuesto que no— exclamo el joven Shin-jin y se giró hacia el mayor.
— No me refiero al torneo, joven Shin— dijo Gowasu mirándolo por encima de su hombro.
El Supremo Kaiosama del universo siete se le quedó mirando algo confundido, pero pronto comprendió esa advertencia. Se sonrió con una leve resignación y volvió la vista al frente, justo para encontrarse con Rou que tenía una expresión de profunda indignación. Ver a Shin solo empeoró las cosas para él.
— Te ves muy mal, Rou— le dijo con una sonrisa burlona— Te comprendo. Esa derrota fue humillante. Oh, perdón...quise decir: esa victoria fue humillante.
— ¡Cállate!— le gritó Rou— Todo esto es culpa tuya. Sino fuera por tu desesperado intento de ser menos mediocre nada de esto estaría pasando ¿Qué pretendes? Así te adjudiques el mejor de los universos lo llevarías a la miseria. Reconoce que tú solo eres Supremo Kaiosama porque eras la única opción ¿Crees que alguno de los dioses de la destrucción querría tenerte de compañero? No eres más que un inepto.
Rou hablaba desde las entrañas y con la cabeza caliente. Pero se sentía tan indignado, tan disminuido: tan insignificante en ese momento. Hubiera sido mejor perder. Hubiera sido mejor ser derrotado. Haber caído ante al anciano que seguir en competencia de esa forma tan denigrante.
— ¿Por qué no le preguntamos al señor Sidra si estaría o no dispuesto a cambiar de Supremo Kaiosama?— le dijo Shin logrando enojar aún más a Rou.
El Supremo Kaiosama del universo nueve intentó darle un golpe, sin embargo, su enojo y su deplorable estado le jugaron una mala pasada. Shin solo se movió a la derecha para evadirlo y Rou, por poco cae de cara al suelo.
—¡Ya verás!— dijo entre dientes— ¡Cuando me enfrente a ti, te haré morder el polvo!
—Para eso debes ganar al menos una pelea más y la verdad...dudo muchísimo que seas capaz de algo como eso— le dijo Shin y le dió la espalda para alejarse.
Producto de la frustración Rou, trato de golpearlo desde atrás, mas su brazo fue atrapado por una mano de negras garras.
— Señor Bills— balbuceo nervioso Rou.
El dios no le dijo ni una palabra. En cambio lo miro de una forma fulminante que hizo a Rou, buscar alejarse tratando de mantenerse lo más compuesto posible.
— Deja de provocar a tus adversarios— le advirtió Bills al Supremo Kaiosama.
—¿Provocar? Yo no he hecho absolutamente nada— le dijo Shin con aire inocente.
El dios lo miro con disgusto, pero no hizo comentarios.
La siguiente pelea era entre Kuro e Iru. Ambos habían observado el combate desde sus respectivos palcos desde los cuales, dada la ubicación, podían verse perfectamente. Se miraron un momento hasta que sus dioses le hicieron voltear.
—Te vez muy tranquilo ¿Tienes algún plan?
— Yo siempre tengo un plan,señor Liquir— respondió Iru.
—Espero que ganes. Odiaria que mi universo cayera en desgracia por culpa de Bills. Trabaje duro para llevarlo a lo más alto y que un sujeto como ese venga a beneficiarse gratuitamente de mi esfuerzo ¡De nuestro esfuerzo! Me resulta injusto, por decir lo menos— declaró el díos.
—Descuide eso no pasará—le dijo el Supremo Kaiosama.
—¿Crees que puedes ganarle a Iru?—pregunto Quitela a su contraparte.
—Es posible— respondió Kuro y se teletransporto a su mundo.
Shin volvió a su planeta y allí fue a encuentrarse con Kibito que lo estaba esperando frente a una puerta pequeña en el fondo del templo.
—Lo hiciste bien, Kibito— le dijo y en respuesta su asistente le hizo una reverencia— No hace falta vigilar a Kuro o Iru. Ellos jugarán limpio.
—¿Esta usted seguro de eso Supremo Kaiosama?
— Sí, por lo menos en la arena. Lo que pase fuera no nos concierne, Kibito— le dijo Shin.
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Supremacía
FanfictionEl torneo de los Supremos Kaiosama ha comenzado y el destino de más de un universo puede cambiar dependiendo de quien salga victorioso.