CAPÍTULO UNO: LA LUNA SE RIE DE NOSOTROS

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Miraba mi alrededor irritado, aún no tenía esa famosa sensación, ese impulso que te guía a la persona destinada a estar a mi lado hasta la muerte.

Tomé de mi copa, hace unos minutos Elena, mi mejor amiga y Omega.

Probablemente ella ya había Sido llamada.

Lo que más me irritaba era, que si no encontraba a mi mate, tendría que marcar a alguien a la fuerza, para aparearnos, y la verdad no era tan cruel para eso, ya que la mayoría estaba predestinado a estar con alguien.

Ya algo mareado, Llamé al mesero, para que me trajera otra copa.

Todos bailaban, mientras unos parecían poseídos, sus ojos mágicamente cambiaban a un tono azulado, y se juntaban, era como si supieran que debían estar juntos.

Los envidiaba, mire por la ventana, La luna estaba en su punto más alto.

Tal ves ella no quería que mi destino fuera ese, tal vez mi destino era ser severo.

de pronto, en ese instante mi corazón se aceleró, Y un holor dulce inundó mis fosas nasales, causando que un extraño cosquilleo subiera por mi espina dorsal, mi lobo interior quería salir, entonces me di cuenta de que mi mate estaba cerca.

Respire más del aroma, el cual me guiaba, Fuera del salón y de todos los demás, Los presentes se dieron cuenta de que era mi turno de conocer a mi mate, así que, me miraban esperanzados a que me acercara a ellos, sin embargo el aroma se alejaba más, llegando a una puerta blanca.

Al ver por el cristal me di cuenta de que era la cocina.

Un chico Pelirrojo, picaba con delicadeza varias zanahorias, Mientras seguía el ritmo de la música que venía del salón.

Al verlo, Mi corazón me impulsaba a ir tras el y morderlo, para marcarlo como mío.

Sin embargo, Era un humano ordinario, ni siquiera era un beta.

¿Esto es lo que la luna quería?

Trataba de controlarme y dejar esto, sin embargo, mi lobo interior exigía acercarse a él y olerlo de cerca.

Abrí la puerta llamando su atención, dejo de hacer lo que hacía, prestándole atención con una mirada algo alarmada.

─ ¿Algún problema señor? ─ al escuchar su voz me detuve de golpe, Al escucharlo por primera vez, mi corazón dió un salto enorme.

¿Esto era estar destinado?

No respondí a su pregunta, solo me acerque más a él, mientras el retrocedía, hasta que no tenía como retroceder, Llegando al refrigerador.

Ambos nos mirábamos a los ojos, aunque sus ojos reflejaban preocupación, Yo estaba muy excitado.

Su aroma me volvía loco con tanta cercanía, ni siquiera estando en celo sentía está extraña desesperación.

Puse mis manos a un lado de su rostro, baje mi vista viéndolo desde arriba, era bajo para mí, el levantó su vista dejando poca distancia en nuestros labios.

Baje mi cabeza hasta su cuello, recibiendo más de ese exquisito aroma.

─ ¿Señor? ─ titubeó poniendo su mano en mis hombros y tratando de apartarme.

─ Elian - la voz de un hombre nos interrumpió, chasque la lengua molesto y me aparte metiendo las manos en mi bolsillo viendo a mi mate, el cual estaba sonrojado.

Saliendo de su trance y viendo alarmado al hombre que acababa de entrar.

─ ¿Que le haces al señor Bell? ─ le reprendió acercándose a él y tomándolo del brazo de manera brusca.

El humano y el alfa [yaoi/gay](omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora