Capitulo 4: Aroma a Placer

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Al quedar inconciente, tape mi nariz y trate de tranquilizarme, puesto que si no probablemente lo destrozaría.

Holia demaciado bien, no podía controlarme, Dejándome llevar un poco, me acerque a su cuello hundiendo mi nariz en su cabello, pase mi lengua por ahi.

Ante el tacto, se arqueo Soltando un pequeño gemido.

Deslice mi lengua hasta su pezón, humedeciendolo y chupándolo, note como recobraba la consciencia mientras jadeaba y arqueaba la espalda.

Su aroma a placer me estaba cegando, y mi lobo exigía salir.

Pero aún no, aún quería hacerlo más irresistible para mí.

Baje mi mano hasta su pene, de nuevo acariciandolo, y aprovechando la humedad que ya tenía, pasando hasta su entrada y metiendo un poco el primer dedo.

El se arqueo Soltando un gemido y jalando las sábanas con sus manos.

Su aroma se volvía cada vez más fuerte, y me encantaba.

- Señor Peter - Susurro en un jadeo, haciendo que mi pene diera un Brinco.

Tómalo ya

Mi lobo interior pedía tomarlo, sin embargo hice caso omiso, y continúe acariciando su entrepierna, Con cada gota de sudor que dejaba caer, Era más el holor afrodisíaco.

- Entraré - informe, bajando mi pantalón hasta por debajo de mis glúteos dejando salir mi pene palpitante y húmedo.

Tomé sus piernas y las coloque en mis hombros, posisionando su entrada en la punta de mi pene.

Ambos estábamos húmedos, por lo que comence a introducirlo con lentitud, escuchando así sus sublimes gemidos, mientras se aferraba a las sábanas, y un hilo de saliva caía por sus comiditas al igual que el sudor de su frente.

Sus ojos tenían pequeñas lágrimas que expresaban el placer que sentía mientras mas profundo Hiba.

Hasta que por fin entro por completo.

Narra elian.

Cuando entro por completo no pude evitar soltar un fuerte gemido, y fue entonces cuando dejó de embestir lentamente, llendo mucho más rápido, haciendo que los sonidos obscenos de nuestros cuerpos chocando sonaba en toda la habitación.

Me sentía en completo placer, mis piernas temblaban de forma involuntaria.

El se detuvo por un momento haciendo que me moviera de manera inconsciente en busca de más.

Me tomo de las caderas y me giro para ponerme en cuatro y entrando de nuevo.

Entraba aún más profundo, y las embestidas eran más intensas.

Escuchaba sus suspiros en mi oído y eso me exitaba más, sintiendo que estaba al límite.

Mi vientre se calento, y me corri, soltando otro gemido pero lleno de más placer para luego dejarme caer en la cama, sin embargo el no se detuvo, seguía embistiendo, mientras tiraba un poco de mi cabello.

Mis gemidos y sus suspiros resonaban en la habitación.

Daba pequeñas mordidas en mi espalda, haciéndome sentir un cosquilleo, mientras mi erección volvía.

El se aparto para ponerme en otra pocicion, pero me adelante, empujándolo un poco, y haciéndolo caer en la cama, me posicione sobre el.

Me miraba con deseo y un poco de desesperación, posicione de nuevo su pene en mi entrada y lo introduje de una estoncada, el de inmediato tomo mis caderas ayudándome.

Así que comencé a cabalgar sobre el, nublado mi vista y razón de placer.

Con mis manos acariciaba su pecho rozando sus pezones, Sin parar el ritmo y sintiendo que estaba de nuevo al límite, y parecía que el también ya que apretaba más mis glúteos aumentando el ritmo.

Di unas cuantas estoncadas más, corriéndome en su estómago y el dentro de mí, haciéndome retorcer y gemir al sentir lo caliente de su semen en mi vientre.

Me deje caer en su pecho respirando con dificultad.

Caí en cuenta al sentir un pequeño dolor pulsante en mi ano.

Mis mejillas se encendieron cuando la temperatura del momento bajo.

¿Había Sido actitud activa en la cama?

Había perdido mi virginidad.

Me sentía avergonzado baje de el y corrí a taparme con las sábanas.

El se levantó y acomodó su ropa.

Ninguno dijo nada, el no parecía molesto, sin embargo, me sentía avergonzado.

El placer me había cegado.

Además, había mucha gente en la casa, y seguramente algo oyeron.

Me tape hasta la cabeza intentando dormir, sin embargo el dolor de mi cadera era cada vez más fuerte.

Después de varias horas, alguien tocó la puerta avisando que entrarían y la abrieron.

- Joven, buenas noches.

- Ho-la- Dije en voz baja y se acercó con un vaso de agua y una pastilla.

- tomé esto, se lo envío el joven amo, dijo que la necesitaría para el dolor y para poder dormir - Me lo extendió y yo con la mejillas ardiendo la tomé.

- ¿Le dijo algo?

Ella sonrió.

- Las paredes no son muy gruesas, pero descuide, en nuestra raza es normal el apareamiento.

Escupi la poca agua que quedaba en mi boca, la señora sin mucho más que decir tomo el vaso.

- Que descanse- Cerro la puerta dejándome solo de nuevo con mi vergüenza, definitivamente todos en esta casa escucharon.

Secretos de un alfa parte 2.

Elian era la única criatura en toda la galaxia que podía hacerme sentir avergonzado, siempre e Sido un alfa respetable y orgulloso, jamás podría permitir que me dijeran que me equivoqué.

Y lo peor, es que no dice nada, solo con ver sus ojos la conciencia me carcome, soy patético, realmente patético, suelo verlo durante las noches en la ventana, viendo las estrellas, me preguntaba si el quería sentir el pasto en sus pies, y al verlo con ese enorme abrigo, me di cuenta de que los humanos son frágiles, y el nunca me menciona si tiene hambre o frío, ese es uno de mis errores, el no es culpable de todo esto, es una víctima más. Lo sabía y me avergonzaba tener que admitir que me había equivocado con respecto a él, el era un humano distinto.

El humano y el alfa [yaoi/gay](omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora