Capítulo 5

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Cuando Joaquín despierta la mañana del viernes, no está seguro si lo que pasó la noche anterior fue real o no. Sin embargo, de una cosa esta absolutamente seguro, su pijama de algodón se encuentra pegajosa e incómoda.

Se queda sin aliento cuando al bajarse los pantalones en el cuarto de baño ve su pene erecto en el pantalón del pijama. Quiere gritar de rabia y frustración.

El hecho de que había soñado con Emilio besándolo no tiene nada que ver con eso, ¿verdad? Se está volviendo loco, pero debe ignorarlo pues debe estar abajo para el desayuno en quince minutos.

Ahora no es el momento para un ataque de pánico por ser gay.

¿Quién dijo algo acerca de ser gay?

Oh, Dios mío me iré al infierno.

Y todo por culpa de Emilio.

Chale.

¿Y desde cuando digo chale? Doble chale.

Todo es culpa de Emilio, estúpido Emilio.

Joaquín se hace una promesa a sí mismo de no hablar con Emilio Osorio nunca más; eso comenzara después de entregarle su chaqueta. Y para ser honestos, era un poco injusto que la chaqueta huela tan bien.

Se cuelga su mochila, antes de fijar su pelo en el espejo una última vez, para luego ir a la cocina.

Esta tan fuera de foco sobre lo que pasa a su alrededor, cuando su madre le hizo la misma pregunta dos veces.

—Perdón, ¿qué?

—Tú y Danna cumplen cinco años juntos el próximo viernes. ¿Estás planeando algo especial para ella?

—Uh... no lo sé. ¿Tienes alguna idea?

—Bueno el año pasado se fueron a París por el fin de semana, ¿así que tal vez podrías llevarla a Roma esta vez? ¿O a Berlín? 

Francamente, Joaquín no quiere ir a ninguna parte con Danna este año. Sólo desea quedarse en casa y tal vez invitar a algunos amigos, como lo hicieron para su tercer aniversario.

—Estoy pensando en una fiesta tal vez? Con amigos de la escuela.

—¿Una fiesta?

Joaquín se encoge de hombros y asiente, preguntándose si le permitirían invitar a Eduardo y Diego. Emilio no será invitado, prohibido y bloqueado todo paso a su casa. Dios sabe lo que iba a romper o robar si pone un pie en ella.

—Tengo una sorpresa para ti Joaquín. —Su padre dijo cuando estaban casi terminando el desayuno.

—¿Sí? ¿Qué es?

—He hablado con tu director y me dijo que te ha ido muy bien en la escuela, así que decidí darte tu regalo de cumpleaños adelantado.

Los ojos de Joaquín se abren a medida que conecta los hilos.

—¿Qué? Te refieres a...

—Sí, puedes tomar el Lamborghini mañana por la tarde para dar una vuelta. He tirado algunos hilos al gerente de la escuela de manejo y me dijo que te podría tomar la prueba hoy, después de la escuela.

—¡Sí! ¡Oh Dios mío! ¡Gracias papá! —dice Joaquín saltando de su asiento para ir a abrazar a su padre.

—No solo a mí, dale las gracias a tu madre también. Fue su idea.

Joaquín le da un beso en la mejilla a lo que ella sonríe. No puede esperar para decirle a Niko y a todos los demás en su escuela.

Niko estaba muy emocionado cuando oyó hablar del auto, y le dijo que también estaba esperando un Bugatti Veyron para la Navidad.

El cielo en tu mirada [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora