Capítulo 16

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Joaquín ha estado evitando a Emilio como a la mismísima peste desde la semana pasada. Bueno, realmente no lo evita (no se cruzan desde miércoles), pero aun así le gusta pensar que es eso.

Desde que se dio cuenta de que está enamorado de Emilio hace varios días, ha estado volviéndose loco porque no esperaba enamorarse de alguien (especialmente cuando tiene una novia con la cual se supone se va a casar), y mucho menos de un chico.

Realmente necesita alguien con quien hablar, pero no tiene ni idea de a quién dirigirse. Niko está demasiado ocupado en su relación con Eduardo (están básicamente casados ​ya, es asqueroso), Luciana no ha asistido a clases en lo que va de la semana, Rose tiene problemas en su 'relación'. Danna está cancelada y Azul...es Azul.

Joaquín sabe que no puede acercarse a ella en la escuela (por temor de que alguien los escuche), por lo que está pensando en hablar con ella después de esta.

Otra cosa de la que se ha dado cuenta durante una clase de matemáticas, es que realmente quiere romper con Danna. Su relación es como un peso muerto sobre sus hombros, sosteniéndolo por debajo de lo que realmente anhela. No espera una relación con Emilio (sabe que Emilio nunca querría eso); pero si de algo no tiene dudas es que quiere a Emilio. Solo eso.

Las horas de clases ese día no pudieron haber pasado más lento, Joaquín está seguro de ello. Así que después de que beso a Danna diciéndole adiós y se asegurara de que ella se fue en su Bentley, se gira para mirar a Azul.

Joaquín la ve a su derecha en el paso de peatones, por lo que rápidamente empieza a caminar hacia ella.

—¡Hey! —saluda, llegando donde ella.

—Hey Joaquín, ¿qué pasa?

—Tengo que hablar contigo acerca de algo. Algo grave.

—Vale, espérame un momento, estoy a punto de decirle adiós a Diego.

—¿Él no va a venir contigo?

—Tienen otra clase más.

—Oh, bien.

Camina con ella al lado del edificio de la escuela, donde un par de personas fuman como si nadie estuviese mirando.

Eduardo y Diego están allí, en lo que parece ser una discusión profunda. Azul le da un beso en la mejilla como forma de saludo y deja de hablar, girando la cabeza a Joaquín.

—¿Qué está pasando? ¿De que estaban hablando? —pregunta Azul.

—Algo sorprendente, la octava maravilla del mundo si me lo preguntas.

—¿Qué ocurrió?

—Emilio viene a la escuela —Diego lo dice de una forma tan teatral que resulta gracioso—, lo más increíble de eso, es que se bañó.

—Sí, y no tiene bolsas bajo los ojos, como de costumbre. Es extraño —Eduardo dice y lleva el cigarrillo de nuevo a sus labios.

Joaquín sonríe para sus adentros. Le gusta pensar que él es en parte la razón por la que Emilio está empezando a mejorar.

—Diego, a veces eres ridículo —el mencionado sonríe—. Bueno, vinimos sólo a decir adiós. Seguimos yendo a Ciudad de México, ¿verdad?

—¿CDMX?

—Sí, estamos pensando en hacer que vengan con nosotros el mes de marzo.

—¿Marzo? ¿No era abril?

—El comité decidió que era mejor en marzo.

—¿Eso se permite en los viajes escolares?

—No, pero pueden conseguir habitaciones en nuestro hotel.

El cielo en tu mirada [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora