Capítulo 4

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—Así que... creo que me gusta Eduardo.

Joaquín mira a Niko desde el otro lado de la mesa, no está sorprendido. Es martes y se encuentran esperando en la cafetería a las chicas para poder almorzar. Azul y Danna fueron al baño, porque al parecer a Danna le había llegado su período.

Han pasado exactamente diez días de la fiesta, y Joaquín no había visto a Eduardo, Emilio o Diego desde entonces. Bueno, a menos que contara las veces que los había visto apoyados en la pared de su escuela, fumando y riendo mientras Joaquín esperaba ser recogido por su chofer.

—¿Has... has hablado con él recientemente? —pregunta Joaquín.

—Uh, no realmente. Quiero decir, se me acercó el jueves pasado cuando estaba esperando a mi chófer y me preguntó si quería ir a algún lugar.

—¿Dónde?

—Él simplemente dijo 'algún lugar'. Por supuesto que no fui, porque tenía que estar en casa y realmente no tengo nada de qué hablar con él.

—¿Tienes su número?

—No. No preguntó por él y no se lo ofrecí.

—¿Así que no han hecho otra cosa aparte de...?

Niko niega con la cabeza, para alivio de Joaquín. Él no está aliviado porque Niko no había hecho cosas sucias con un chico sino porque si Niko hubiera hecho otras cosas con Eduardo, tendría oficialmente más experiencia que él. Y Joaquín siempre quiere ser el mejor en todo.

—Pero eh, no se lo digas a Danna ¿sí? No quiero que mis padres, o cualquier otra persona se entere de esto.

—Por supuesto, no voy a decirle.

La conversación se vio interrumpida cuando las chicas volvieron a la mesa, sonriendo. Cambiaron los tickets del juego de cricket del sábado. A él personalmente no le gustan los deportes, menos hacerlos, ya que hacer deportes significaba sudar y apestar y él no puede estar así.

Tal vez es por eso que tengo una imagen de mierda.

Cuando terminó la escuela ese día, Niko, Azul y Joaquín van a comprar las entradas para el baile que organizara su prepa, el cual tendrá lugar en un mes en el Hotel Dorchester, no solo el hotel más caro de Guadalajara, también es uno de los más caros de todo México. Cada estudiante recibiría una suite para ellos y su pareja para pasar la noche. Por lo general, los chicos compran los tickets y las chicas hacen su esfuerzo en ponerse bonitas.

—¿Con quién irás? — Joaquín le pregunta a Niko, quien se encoge de hombros.

—No lo sé. Probablemente iré con alguna chica de nuestra clase.

—Puedes ir con Meily, termino con Roy la semana pasada.

—Probablemente lo haga.

—Iré con Diego —dice Azul y, normalmente, a Joaquín en otros tiempos le hubiera importado que fuera un chico de escuela pública, pero actualmente sólo se encoge de hombros.

Diego parece fresco y relajado, es genial, alguien que sabe cómo pasar un buen rato.

Esperando a sus choferes, cuando Joaquín ve a Eduardo acercarse. Le da un codazo a Niko discretamente que está a su lado, quien solo se sonroja y baja la mirada hacia sus zapatos, tratando de parecer ocupado.

—Hola, bebé —dice Diego, mirando a su alrededor, Azul asegura que su chofer no ha llegado aún. Él le dio un beso a la chica antes de poner un brazo alrededor de sus hombros.

—Vamos a salir esta noche, ¿sí? —le pregunta a lo que ella asiente.

—¿Quieren venir? —habla Eduardo, mirando a Joaquín y luego a Niko.

El cielo en tu mirada [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora