Capítulo 20

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Así que , Joaquín está enamorado de Emilio y , puede querer tener algo oficial. Y también puede que este el hecho de que se está cagando internamente por hablar ese asunto con Emilio.

Es viernes y Joaquín no ha regresado a su casa todavía, pero tiene la intención de hacerlo el domingo. Todavía tiene un poco de ropa limpia, pero está pensando en ir a su casa hoy para conseguir el auto. Él quiere llevar a Emilio a San Luis Potosí porque en parte quiere ver donde Emilio pasó su infancia, y también está el hecho de que Emilio debe tener una conversación con su papá para poder sanar.

Decide decirle después de la escuela, ya que ambos salen ese día a la misma hora.

Joaquín encuentra a Emilio detrás de su escuela en donde a veces fuma con Eduardo después de las clases (gracias a Dios, poco a poco se está yendo ese habito). Ellos están apoyados contra la pared, como de costumbre, fumando y hablando de algo.

—Hola —Joaquín saluda y mira a Emilio, esperando un beso. Emilio sonríe y se inclina a picotear sus labios antes de que acercarlo por los hombros.

Eduardo los mira con curiosidad.

—¿Así que finalmente están juntos? Porque estoy harto de estar oyendo a Emilio lloriquear porque-

—¿No tienes un sitio donde estar? —Emilio se apresura y Eduardo enarca las cejas.

Joaquín se muerde el labio mientras mira a Eduardo, quien se ve confundido por un momento, entendiendo después lo que Emilio está tratando de decir.

—Oh, sí, tengo que- um. Sí. Nos vemos esta noche con Diego.

Joaquín le dice adiós y espera a que desaparezca por completo de su campo de visión antes de mirar a Emilio.

—¿Qué fue eso?

—Eduardo cagandola como siempre.

Joaquín ignora el ceño fruncido de Emilio, más concentrado en lo que hará y asustado por la idea de que todo se podría echar a perder si las cosas no salen como las planea.

¿Tal vez debí planear algo diferente? Oh mierda.

—Así que... sobre lo que preguntó —empieza lento, mirando fijamente a Emilio para observar cada reacción.

—¿Qué pasa con eso?

—Me preguntaba, bueno, nos conocemos desde hace, como, mucho tiempo, ahora-

—Seis meses.

—Y hemos estado como ¿juntos? de alrededor de tres de ellos... ya sabes, tú jodiendome la vida y así, es que... —tartamudea, rascándose la parte posterior de la cabeza porque su corazón amenaza con salirse de su pecho.

—¿Tú qué? —pregunta Emilio, pero la sonrisa en su rostro dice que ya sabe lo que Joaquín va a preguntar.

—Oh Dios, deja de mirarme con esa cara de pendejo, pendejo.

—¿Preguntarme qué? —bromea Emilio y Joaquín rueda los ojos, dándose la vuelta.

Joaquín toma su mochila, buscando con manos torpes aquello que estuvo guardando todo el día entre su casillero y la mochila. Gime de frustración cuando ve el estado en que estas están.

Tira el morral al suelo, sus manos tiemblan sosteniendo el ramo maltratado cuando empieza a hablar.

—Anoche estaba escuchando algo y como que tuve una epifanía.

—No entiendo...

Joaquín traga saliva, nervioso, siente su cuerpo temblar y es que, maldita sea, ni siquiera en su primera vez con Emilio se sintió de esta forma.

El cielo en tu mirada [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora