Capítulo 24

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Es el día de la graduación y está sentado en la mesa con su desayuno, apenas comiendo porque su corazón está amenazando con romper su caja torácica gracias al discurso que dará en unas pocas horas junto a su plan de salir del clóset.

Sus padres le habían dado su teléfono de nuevo después de la fiesta de graduación (intervención de su madre) a lo que prometió centrarse en los exámenes. Prometió, pero tan pronto como estuvo solo en su habitación, comenzó a mandarle mensajes a Emilio, olvidando por completo estudiar durante horas.

Fue agradable, porque Emilio le hace olvidarse de cosas estresantes cuando lo necesita. Emilio es su escape y a Joaquín le encanta. Joaquín lo ama y Emilio lo ama de vuelta.

Hace un par de semanas presento el examen de admisión a dos universidades, la UVM y la Iberoamericana a escondidas de sus padres porque puede que la segunda le gustase un poco más.

—Hey —dijo Emilio y Joaquín entrecierra los ojos en la pantalla.

—¿Eso es un traje en la puerta del armario?

Emilio asiente con la cabeza, riendo. —Me estoy preparando para la graduación de mi novio.

—Oh, Dios.

—¿Estás nervioso?

—Un poco. Mucho, en realidad —Joaquín admite y se sienta en su escritorio—. ¿Estás nervioso?

Ambas graduaciones son hoy, pero la de Emilio es dos horas después de Joaquín.

—¿Ya te llegaron los resultados?

—No, se supone que deben llegar el viernes, ¿y a ti?

—También el viernes.

Y bien, puede que la iberoamericana también sonara mejor cuando supo que les quedaba más cerca a ambos ya que Emilio aplico para derecho en el CIDE.

—Jamás llegue a pensar que esto podría pasarme.

—¿El aplicar para una universidad?

Emilio negó. —El tener un futuro.

No dice más, pero no lo necesita, Joaquín sonríe entusiasta, sonrisa que le corresponde Emilio y no hablan a pesar de que deben parecer dos maniacos sonriéndole a las pantallas de sus computadores.

—Si en ambas te aceptan, ¿a cuál vas a entrar?

—Todavía no estoy seguro.

—¿Debes responder el mismo día?

Asiente.

Emilio suspira. —Tienes que seguir a tu corazón, recuerda que el corazón nunca se equivoca, ¿sí? Solo, no me tengas en cuenta a la hora de tomar una decisión, ¿de acuerdo?

—Bien.

Emilio está en lo cierto. Joaquín tiene que tomar la decisión correcta y pensar en su futuro. Eso es lo que está planeando hacer, así que el resto de la mañana se dispone a hacer una lista poniendo los pros y contras de cada opción.

•••

—¡Joaquín! ¡Tenemos que salir! —su madre grita desde abajo, y Joaquín se abrocha la chaqueta. Tiene el discurso en una mano, la bata y gorra en la otra. Él va a ponerlas en el coche porque no quiere que su familia tome fotografías antes de llegar a la escuela.

—¿Listo? —pregunta Ren y Joaquín rueda los ojos, dando un paso entre sus padres para tomar una foto. No estaba seguro de si sus padres quieran recordar ese día en unas pocas horas.

El cielo en tu mirada [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora