Capítulo 10

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Pasaron las semanas y ahora Joaquín está teniendo enormes dudas sobre la fiesta que esta pronto a dar, fue de compras trayendo consigo todo tipo de alcohol que recuerda, da Diego en sus fiestas, junto a otros aperitivos (aunque en el fondo sabe que nadie los tocara)

El salón está despejado y listo, vasos sobre una gran mesa en una esquina junto a los snacks. No se preocupa por la música pues Diego le dijo que se encargaría de eso, ya que no se arriesgara a que Joaquín ponga a Paganini en vez de a Maluma, claro que no.

Joaquín por su parte se sintió seriamente ofendido por ello.

Está nervioso por la fiesta a la par de emocionado, agradece que los chicos vendrían una hora antes a supervisar que todo estuviera bien antes de iniciar.

—Joaco, necesitas relajarte, a la gente le va a gustar tu peda. —Diego le aseguró y le dio palmadas a Joaquín en su espalda.

—¿Me llamaste pedorro? —Su voz sale tan indignada que Diego suelta una carcajada.

—Todavía te falta mucho barrio, wey.

—Vete a la verga.

—Pero vas por buen camino.

Joaquín mira a Emilio quien está a un par de metros de ellos, abriendo una lata de cerveza y Joaquín le quiere pegar porque, bueno, es Emilio, siempre le quiere pegar.

—¿Quieres un poco? —Pregunta Emilio cuando llega junto a Joaquín, poniendo un brazo alrededor de sus hombros.

Joaquín se tensa y mira alrededor de la habitación, pero nadie parece prestarles realmente atención. Diego y Azul están ocupados con la música; Niko y Eduardo estaban hablando con Luciana y Rose.

—No, gracias. Mi plan es estar consiente esta noche.

—Prometo cuidarte

Joaquín no responde, solo le lanza una mala mirada que Emilio le responde con una sonrisa.

—Bueno, si no quieres empedarte podríamos ir a tu habitación...

—Eso definitivamente no va a pasar y menos si por tu mala influencia termino ebrio, no me quiero hinchar y que me veas la barriga.

Emilio rueda los ojos. —Solo yo te vería y sabes perfectamente que me encanta tu cuerpo, quien te ha estado metiendo mierda en la cabeza todos estos años es un completo imbécil.

A pesar de que nunca lo admitiría, en realidad le gusta la sensación de ser apreciado, por Emilio, para ser más específico.

—¿Cuándo van a estar tus padres de vuelta? —pregunta el mayor cambiando de tema.

—El Viernes. ¿Por qué?

—Sólo preguntaba.

—No estás pensando en quedarte más tiempo, ¿verdad? —Inquiere, en el fondo emocionado ante la idea de que el rizado se quede.

—Al igual que tú no quieres eso. —Emilio susurra al oído y Joaquín se estremece por su aliento caliente. Sera una noche interesante, Joaquín está seguro de eso.

Son las diez y media, la sala y la cocina están llenas de gente de la escuela pública. A Joaquín le gustaba que, literalmente, nadie tiene un problema con él (como los que él solía tener con ellos) y nadie juzga a nadie. Hay chicas besándose, chicas y chicos besándose, un chico vestido con una falda con un crop top. Y a nadie le importa una mierda y la fugaz idea de usar un crop top algún día viene tan rápido a su mente como se desvanece.

Niko y Eduardo están besándose en la esquina y Joaquín termina en la cocina, sirviéndose un trago de vodka. Se pregunta si debería buscar a Emilio y tal vez ... ¿tal vez podrían besarse también? ¿qué pasa si alguien los ve? ¿qué pasa si alguien lo publica?

El cielo en tu mirada [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora