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Después de dos días más llenos de tensión en el hogar de los Kim, Woojin despertó ―al fin― con la ausencia de sus dos progenitores; una sirvienta le informó de que habían vuelto a los Estados Unidos para seguir acordando la herencia y que más adelante recibiría noticias suyas.

―Ojalá no hacerlo nunca... ―suspiró cuando la sirvienta hubo abandonado su cuarto.

Tomó el desayuno solo y en su habitación como siempre. Cuando terminó se vistió rápidamente y se dirigió directamente al coche, donde su conductor ya lo esperaba, y puso rumbo a la universidad. Una vez ahí se encontró con sus amigos y también cruzó alguna mirada con Chan, lo saludó asintiendo con la cabeza aunque este lo miró y no le correspondió. Se veía cabizbajo y mantenía una expresión neutral. A Woojin le extrañó aunque suspuso que debía ser porque era a temprana hora y la gente no solía estar en su mejor estado por las mañanas.

Pasó el día observando a Chan en las pocas clases que compartían y en la cafetería. Parecía estar distraído y le habían dado un toque de atención en más de una clase. Quiso ir a preguntarle pero se acordó de lo incómodo que pareció el otro día cuando fue a hablarle por el trabajo en parejas así que decidió dejarlo hasta la tarde cuando se encontrasen, alomejor incluso estando solos Chan se abría más a él.

Llegó la hora de ir a casa de Chan para ponerse a trabajar y esta vez de verdad ya que estos días entre la ausencia de Woojin y más de un par de días perdidos en salir juntos y no trabajar los pedidos se habían retrasado levemente. Chan abrió la puerta y a pesar de la ancha sonrisa de Woojin el otro se veía un poco decaído, sin embargo hizo una mueca lo que supuso Woojin que era un intento de sonrisa. Lo condujo hasta el salón y en silencio le tendió una hoja con toda una lista de pedidos y los nombres de las respectivas personas.

―Ya sabes qué hacer ―dijo señalando a una serie de columnas hechas perfecta y minuciosamente a un lado del salón. ―Reapilarlas y colocar un post-it encima con el nombre de usuario.

― ¿Ya has vuelto a trabajar durante las noches? ―preguntó Woojin mientras se sentaba. Había notado varias tazas de eses desechables de café tiradas en el suelo. Intuyó que las había comprado en la cafetería de la esquina, debía estar tan ocupado que ni tiempo para hacerse café decente tuvo.

―Tenía que... Iba muy atrasado ―explicó Chan colocándose de espaldas a él, delante de más pilas de mangas preparados para ser ordenados. ―No importa, vamos a trabajar.

Y así, en pleno silencio, se pusieron manos a la obra. Woojin pensaba que sería mucho más fácil preguntarle a Chan, sin embargo al estar ahí todo parecía distinto. Se notaba desde leguas que Chan estaba distraído, lo había oído refunfuñar varias veces y había repetido varios pedidos ya que constantemente se equivocaba. Se atrevería a decir que la tensión en ese salón era más densa de la que había ocurrido en su hogar en los últimos días. Extrañaba oír la risa de Chan, poder bromear mientras trabajaban, hojear algunos mangas, comentar los que ya se habían leído... Incluso extrañaba los indiscretos roces que se daban a veces para tomarse un breve descanso.

―Eh... Chan ―llamó Woojin mientras se rascaba la nuca. Solo recibió un Uhm a modo de respuesta. ― ¿Puedo... Puedo... Puedo tomar un poco de agua? ―preguntó al final. Todavía no se atrevía a preguntarle que le pasaba.

―Claro, ya sabes donde esta todo ―contestó sumergido en algún pedido.

Woojin se levantó lentamente y fue hacia la cocina. Si el salón lo había dejado impresionado la cocina ya no sabría como describirla, ¿cuántos vasos de café era capaz de ingerir? ¿Cuántas horas había dormido estos días? Preocupado decidió hacerle un favor e intentar ordenar la mesa de la cocina. Empezó a tirar los vasos desechables en la papelera y la mesa ya volvía a tener aspecto de mesa de cocina normal. Estaba acabando de recoger unas cuantas servilletas cuando un sobre amarillo llamó su atención.

¿Hacemos yaoi? || SKZ ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora