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La semana pasó demasiado rápido para Woojin. En un abrir y cerrar de ojos se encontró con el esperado sábado, que marcaría un antes y después en su vida. Había practicado y ensayado su discurso miles de veces delante de sus amigos para saber si el mensaje que quería transmitir era el correcto. Durante esos días él y Chan no habían vuelto a hablar aunque sí más de una vez habían cruzado miradas que hablaban más que mil palabras.

Luego de hacer un último ensayo delante de su espejo suspiró profundamente, había llegado el momento. No podía cagarla esta vez, estaba jugando la mejor carta que tenía.

―Bien... Woojin, tu puedes, has llegado muy lejos como para rajarte a última hora ―decía para infundirse confianza en él mismo.

Cogió el teléfono y le mandó un mensaje a Chan.

Hola Chan...

Lo más probable es que
tengas intención de ignorar
este mensaje pero...

Por favor enciende la tele a
las 8 por el canal 9

Puede que te interese lo que
vaya a salir...

Y si decides mirar lo que va a
salir, quédate hasta el final

Gracias
✅ Visto a las 18:51

Resopló, bueno, almenos había leído el mensaje; ahora solo quedaba confiar en que Chan le haría caso y miraría la rueda de prensa en directo. Al recibir el mensaje Chan se quedó dubitativo, ¿qué podría salir en la televisión que lo incumbiera a él? ¿Debía hacerle caso? Al principio se alegró de que Woojin se hubiera molestado en enviarle un mensaje, fuera cual fuera la razón. Luego recordó por todo lo que había pasado por haberse esperanzado él solito y sospechó de ese mensaje. Tenía miedo, parecía un mensaje superficial pero había un miedo palpante en él. Tal vez tan solo fuera algún programa que le pudiera interesar al australiano. Chan revisó la hora, las 18:55 ya, quedaba más o menos una hora para lo que sea que dieran a las 8 en el canal 9. Dubitativo, Chan encendió el televisor y lo dejó en el canal 9, miró la programación aunque no vio nada que pudiera ser de su interés. Solo había algo marcado a la hora que le había dicho Kim y era "rueda de prensa".

Cuando sonaron las 7 la familia Kim estaba dejando su casa atrás en dirección aquel salón de fiestas donde se había organizado un pequeño catering previo a la rueda de prensa. Ahí habían desde ejecutivos importantes hasta periodistas de casi la mitad de medios surcoreanos; radio, televisión y diarios estaban ahí presentes, todos pendientes de las palabras que diría el futuro heredero.

Woojin siguió con los protocolos saludando y hablando un rato con todo el personal. Se mostraba tan cordial como podía e iba asintiendo a medida que las conversaciones avanzaban aunque la verdad, en su cabeza no paraba de repetir el discurso que haría después del ya ensayado y preparado con sus padres. Su madre lo vigilaba de cerca, no fuera que hiciera una locura, y todas las entradas estaba vigiladas por un buen manojo de guardias que controlaban básicamente que Chan no irrumpiera nada o que su hijo escapara.

―Felicidades por partida doble Kim Woojin ―decía una mujer de mediana edad cogida del brazo de su esposo, el señor Choi, un buen socio del grupo Kim. ―Por tu graduación y por el ascenso. Tu cabeza debe estar muy llena pero ¿qué hay de tu corazón? Dime, ¿ya hay alguien que ocupe ese vacío?

―En absoluto señora Choi ―respondió Yunsuk entrometiéndose en la conversación. Dedicó una mirada severa a su hijo dejándole claro que ni se atreviera a mencionar nada. ―Y creo que su hija, Choi Yeonhwa, tampoco tiene a nadie. ¿No cree usted, que sería genial que dos jóvenes tan prometedores fueran quiénes marcarán nuestro futuro?―añadió Yunsuk con una sonrisa que solo entre mujeres pudieron interpretar. 

¿Hacemos yaoi? || SKZ ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora