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La tormenta tardó días en aparecer pero cuando llegó, arremetió con todo lo que había, destrozando todo lo que encontró.

Esa mañana Felix se levantó con el timbre de su casa sonando una y otra vez. Con dificultad se levantó de la cama, apartando el brazo de Bin que lo rodeaba causando que este se despertara. Aún somnoliento abrió la puerta sin embargo todo el sueño desapareció al encontrarse dos oficiales de policía en la puerta de su casa.

― ¿Lee Yongbok? ―preguntó el más bajo de los dos. Felix asintió y luego el policía procedió a enseñar su placa en donde se presentaba como el oficial Shin. ―Policía de Seúl, queda detenido por estada ilegal en el país. Tendrá que acompañarnos hasta comisaría.

― ¿Qué...? No, no entiendo. ¿Por qué? Tengo... Tengo todos los papeles ―balbuceaba Felix mientras el otro oficial lo escoltaba fuera de su hogar.

―Le daremos más detalles en comisaría, ahora por favor, acompañanos, no nos haga ponerle las esposas ―pidió el mismo oficial que antes.

― ¡¿Qué está ocurriendo aquí?! ―exclamó Changbin apareciendo por la puerta antes de que Felix la cerrara y viendo como se llevaban a su novio. ― ¡Soltadle!

―Señor, calmese, puede acompañarnos usted también ―le dijo tranquilo el oficial Shin.

―No, no, no. Mi novio no ha hecho nada, ¡soltadle y dejadlo en paz! ―reclamaba Seo intentando abrirse paso hasta Felix aunque el segundo oficial lo retenía.

―Changbin... Cálmate, no es ningún crimen, solo algunos problemas con los papeles y mi nacionalidad ―intentó consolarlo Felix con una media sonrisa, aunque él también estaba atemorizado.

―Problemas... Será capulla esa zorra... ―empezó a maldecir Changbin. ― ¡¿Cuánto os paga esa?! ¡¿Por unos wones queréis hacer pasar eso a un pobre chico?! ―empezó a alterarse Changbin. Ya tenía suficiente con los problemas en su casa que ahora querían arrebatarle al amor de su vida. Se había imaginado mil y un escenarios posibles donde Kim Yunsuk atacaba pero sin duda, el de que Felix estaría siendo arrestado por culpa de su nacionalidad no era uno de ellos.

―Señor, no sé de que esta hablando, cálmese y en comisaría lo hablaremos mejor ―repitió el oficial Shin más severo que antes.

―Binnie... ―suplicó con la mirada Felix aún con el agarre del oficial. ―Déjalo, ven a comisaría. Solo te pido eso.

Changbin obedeció a su novio a regañadientes y se subió con él en el coche patrulla. Sentados ahí detrás el menor le cogió de la mano y se la apretó con fuerza. Changbin hizo lo mismo y le sonrió como pudo para poderlo reconfortar en lo que podía. Cuando llegaron a comisaría se llevaron a Felix a una sala apartada y no dejaron que Changbin entrara con él, lo que aumentó la molestia del coreano.

― ¡¿Qué?! ―exclamaba indignado hacia los oficiales. ― ¡¿Me hacéis venir hasta aquí con la excusa de que me daréis una explicación y ahora no me dejáis entrar con él?! ¡Increíble!

A desgana se dejó caer en uno de los sillones y empezó a maldecir de todas las maneras posibles. Llamó a Chan, debía saber lo que estaba pasando y seguro que él encontraría la manera de solucionar esto además de poder calmarlo. Seo se sentía muy alterado y sabía que el mayor sería el único que podría contener su ira en contra de los oficiales ya que su novio no se encontraba presente para calmarlo él mismo.

―Chan... Necesito que vengas a la comisaría, por favor ―pidió Changbin entre sollozos. Solo pensar en que podrían alejar a Felix de él... No, no quería ni imaginar que sería de él sin ese rayo de solecito a su lado. Colgó la llamada sin fuerzas. De repente, toda la ira que tenía se transformó en tristeza y sin poderlo reprimir notó como las lágrimas amenzaban con salir.

¿Hacemos yaoi? || SKZ ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora