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Estuvieron en el hotel de Sungjin una semana más hasta que consideraron que las aguas ya se habían calmado y que en parte era hora para Woojin de hacerse cargo presencialmente de la empresa. Al salir le agradecieron personalmente a Sungjin la ayuda y antes de irse le deseó buena suerte a Chan el cual le sonrió y asintió.

―Jisung me ha informado de que ya no hay reporteros en mi casa así que podemos irnos a vivir ahí temporalmente, si quieres ―comentó Chan leyendo el mensaje de Jisung en su teléfono. Estos días unos cuantos medios de comunicación se habían plantado delante de su casa, vete tu a saber de donde sacaron la información, con el propósito de pillarlo saliendo en algún momento y matarlo a preguntas. Aunque supongo que al ver que nadie entraba ni salía se dieron por vencidos.

―Claro, me parece genial pero antes... Voy a pasarme por mi casa a buscar unas cosas y... A hablar con calma con mis padres si me lo permiten ―dijo con el rostro sombrío Woojin. Chan asintió y posó la palma de su mano en el antebrazo del mayor mientras el otro posaba su mano encima de la de Chan y entrelazaba sus dedos en ella.

―Todo saldrá bien Jinnie, ya nada nos puede detener ―le reconfortó Chan con una sonrisa genuina.

Woojin le tendió el casco de la moto y seguidamente pusieron rumbo hacia la casa de Chan. Antes de llegar pero bajaron la velocidad unas calles antes y se movieron con más cuidado a medida que se acercaban a su casa, querían asegurarse de que no había ningún periodista al acecho.

―Vengo dentro de un rato, ¿vale? ―dijo Woojin a través del casco parando la moto enfrente mientras apoyaba un pie al suelo. Chan se bajó con cuidado y asintió, antes de que se fuera Woojin el australiano levantó levemente el casco lo suficiente para entrever sus labios y le dio un suave beso ahí. Kim agradeció que no se le viera la cara en esos momentos porque estaba más rojo que un tomate.

―Te esperaré ―añadió finalmente despidiéndose de Woojin.

El mayor entonces volvió a la carretera en dirección a su casa preparado por la tremenda reprimenda y caras de decepción por parte de sus progenitores. Sin embargo, fue un poco distinto cuando llegó. Obviamente hubo el momento incómodo en que cruzó el recibidor pasando por delante de la sala de estar donde estaban sus padres sentados pero la manera en que lo recibieron fue... Inesperada. Parecían extrañamente callados y calmados y eso preocupaba a Woojin porque significaba que su madre estaba pensando, pensando profundamente y prefería que le gritara histérica cuatro cosas a que su madre se pusiera a repensar las cosas.

―Buenos días... ―saludó en un susurro Woojin esperando a la respuesta de sus padres. Yunsuk le hizo un ademán para que se acercara a ellos.

―Buenas, hijo ―saludó su padre leyendo el diario. Su madre en cambio lo miraba serenamente mientras dejaba la taza de té que estaba tomando.

―Woojin, me has sorprendido ―empezó su madre. Bueno, almenos no había dicho "decepcionado". Entonces suspiró profundamente y las comisuras de sus labios se levantaron para dejar ver una sonrisa nerviosa. Woojin se sintió desconcertado. ―Creo que mi postura respecto tu relacion con Chan ha quedado bastante clara...

―Mamá déjame-... ―intentó explicarse Woojin pero su madre lo hizo callar con tan solo levantar una mano.

―Tengo que admitir que estos días he estado histérica, enojada pero también he estado... Triste, supongo ―reveló ante la incertidumbre de su hijo. ¿Kim Yunsuk triste? No, no podía ser. Su madre solo tenía dos emociones posibles, o sacaba su faceta manipuladora o su enfado que no se alejaba mucho de su actitud manipuladora, pero triste parecía algo inverosímil. ―Tu discurso fue... Excelente para qué mentir... Me dejaste entre la espada y la pared, y lo más importante, me hiciste caer en mi mismo juego. Estos días millones de periodistas me han venido a preguntar por ti y por Chan, y como el papel que me diste tuve que jugar mi rol de madre comprensiva y a favor de vuestra relación. Al principio me parecía desagradable... ―Woojin frunció el ceño al oír eso. ―Pensé que todo se estaba yendo... A la mierda, pensé que nos arruinariamos... Pero no, tu discurso tuvo muy buena acogida y me sorprendí a mi misma viendo como muchos socios os apoyaban y defensaban. Poco a poco me di cuenta de la realidad que había que afrontar y... Digamos que me forcé a aceptar lo vuestro... Sigue siendo levemente de mi desagrado pero eres mi hijo y eso no lo puede cambiar nada. He sido muy cruel y no merezco tu perdón ni que me consideres una persona de confianza como lo debería ser una madre pero admiro como decidiste enfrentarte a mi. Todos estos años pensaba que te tenía bajo mi control pero ya veo que no, ha llegado el momento de que vivas tu vida.

¿Hacemos yaoi? || SKZ ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora