Bloguera.

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Esta historia de cuando conocí a una bloguera que llamaremos "Javiera". Para empezar, debo contarles que en ese tiempo, había terminado con la ex más loca del universo. Loca nivel "después de un año, te seguiré hueveando". Ese nivel.

Bueno, con la Javiera tenemos un amigo en común (el Jorge) que nos quiso presentar porque según él, nos íbamos a enamorar e íbamos a caernos más que bien altiro. Lo que no cachó el Jorge es que con esta mina, tenemos personalidades más que fuerte, así que nos caímos como el poto altiro, pero el Jorge lo hizo con buena intención así que no importa. Bueno, creo que esa es toda la introducción necesaria.

Quedamos de ir a un bar, los 4 (porque el Jorge mandonea'o culia'o no sale sin su mina). A las 21:00 hrs nos veríamos ahí, pero adivinen quién llegó como a las 2 horas, media curá'. Ajá, la amiga. Yo soy tolerante con muchas cosas, pero la impuntualidad no es una de ellas, así que ya cuando llegó atrasada, me cayó como el pico. Se sentó y se pidió un copete asqueroso que es con salsa de tomate y que lo sirven con una rama de apio. No tengo chucha idea cómo se llama el trago, porque no le puse atención. De hecho, me dediqué a tomar unos shops Royal que venden ahí ( Cerveza Royal Guard te amo con todo mi corazón y ojalá poder hacerte el amor día y noche). La noche iba piola, porque no tuve que conversar con la Javiera. Me dediqué a hablar con el Jorge y a escuchar a la polola de este hueón que estaba estudiando filosofía y tenía cualquier tema de conversación y puta, me cae bien la mina del Jorge. En un momento, le sonó el celular a la mina del Jorge y este hueón tuvo que ir a dejarla a dondenoséchuchamierda, porque se le había enfermado un familiar.

Fue lo peor que pudo pasar, porque tuve que conversar con la Javiera, que hasta ese momento, me parecía la mina más tonta y desubicada del universo, la maraca culiá. Como no tenía interés en hablar con ella, fui al baño 2 veces mientras el Jorge no estaba y fui a pedir a la barra más chela. Todo pa' no tener que hablarle a Javiera de mierda. Cuando ya no tuve más excusa, me tuve que sentar a hablarle. Le pregunté puras cosas que no me interesaban, pa' que hablara y no me saliera pelando tanto. Después le ofrecí comprarle otro copete y empezó a probar un montón de copetes preparados, que no sé si curarán o esta otra se hizo la curá, pero para cuando llegó el Jorge, la loca ya estaba postre. La verdad es que no pensé que el Jorge llegaría, porque la mina lo manda más que presidente a vocero, pero llegó. Todo se empezó a hacer más amigable y más agradable, de la nada. No le echo la culpa al copete porque la verdad es que... ya oh, sí, fue el copete. Como a las 3am., ya estábamos caga'os de la risa los 3 y hablando puras hueás. Yo ya había empezado a piscolear con el Jorge y la Javiera seguía tomando sus tragos preparados, hasta que le dije "oye culiá, déjate de huevear y tómate una piscola, mierda" y me hizo caso y empezó a piscolear con nosotros. Ya como a las 4am, el Jorge, que estaba cura'o, nos dijo "oigan cabros, vamos a tomar a mi departamento, tengo un pisco enterito" y como uno a esa hora no escatima en consecuencias, dijimos que buenoya. Llamamos a un taxi y nos fuimos pa'l departamento de este hueón.

Ya en el taxi, el Jorge le dijo la dirección del departamento al taxista y se quedó raja dormido. Con la Javiera ya nos caíamos bien y empezamos a conversar. Yo la vi y hasta la encontré linda a la hueona, así que empecé a hacerme el lindo, o al menos eso pensé yo que hacía (el taxista tiene que haberse cagado de la risa). Le tomé la mano y le dije "oye que tenís suave la piel" y la Javiera me miró y me dijo "Te caché, me querís culiar, pero no va a pasar". Yo como buen hombre me hice el desentendido y le dije "noooo, cómo se te ocurre oh, si lo decía en serio, tenís las manos súper suaves". Me miró con cara de "te creo menos que a Piñera" y me dio un beso, yo cacho que por pena. Debo reconocer que le agarré una teta (fueron las dos, en realidad). Llegamos, le pagamos al taxista y despertamos al Jorge, quien se hizo como si hubiese ido descansando la vista y no durmiendo. Subimos al octavo piso y entramos al departamento de este hueón.
Nos sentamos en un sillón con la Javiera y le dijimos al Jorge que sacara luego el pisco, porque hacía cualquier sed. Trajo el pisco y nos dijo "cabros, me van a disculpar pero estoy caga'o de sueño" y se fue a acostar. Yo muy gentil, serví las piscolas, con el afán de poder servirme después a la Javiera. Empezamos a tomar y le dije "oye Javiera, ¿te cuento un chiste?" y obvio que me dijo que sí, porque ¿Quién dice que "no" a un chiste? Bueno, a veces mi familia me dice que no porque saben que soy ordinario pa' contar chistes. En fin. Le dije "Ya el chiste es así: Iban 2 leprosos caminando y se cae 1/4". La Javiera se cagó de la risa y parece que despertamos al perrito del Jorge porque vino a hincharnos las pelotas. Pasó el rato (ya eran como las 5) y el perro empezó a hacer mucho ruido en la puerta, así que discutimos si lo bajábamos pa' que hiciera sus necesidades y concluímos que era eso lo que quería, así que buscamos la correa y lo bajamos al estacionamiento.

Estando abajo, empezamos a comernos con cuática con la Javiera, mientras el perro hacía caca. Súper románticos. Subimos al depto. del Jorge y CONCHETUMARE no sacamos la llaves. Empezamos a tocar, pero el día de la corneta el Jorge iba a despertar. La miré, esperando que me dijera "culeame aquí mismo" pero no lo hizo. Me dijo "puta, igual podemos ir a mi casa si querís, pero está mi mamá, aunque demás que está durmiendo". Como soy hueón, pero hasta cierto punto no más, le dije que ya. Así que salimos del edificio con la Javiera ya de la mano y con el Jax (el perro).

Cuando llegamos a su casa, me dijo que no podía entrar con el perro así que lo dejé amarrado en el poste y entré. En cuanto entramos, empezamos a comernos con cuática. Me senté en el sofá que estaba en la entrada de la casa y ella se me sentó 3c3c. Empezamos a comernos más y sus orales pa' ambos lados hasta que llegó el momento de introducirle el deshuesado. La Javi (linda) se puso en four y con maravillosa mirada de ciclista me decía que se lo pusiera. Empezamos a tirar y esta loca me empezó a decir que le pegara y que la rasguñara. No sé qué tan cura'o estaba, que en un momento empecé a ver cualquier sangre. Debe haber sido que como toco guitarra, tengo las uñas largas y le puse mucho color en el secso en ecsceso. La Javi estaba tan curá' que ni cachó, pero yo sí. Pegué un grito bien amaricona'o y le digo "hueona, estai sangrando caleta y no sé de dónde chucha. ¿Dónde chucha tenís algo pa' pasarte?" y me dice "Ahí en esa puerta de atrás, está el baño. Tráeme una toalla porfa". Como las indicaciones no fueron tan exactas, miré pa' atrás y abrí una puerta (yo en pelota y corneta aputando al norte) y POR LA CHUCHA era la pieza de la mamá. Cuando prendí la luz, despertó y pegó un grito, se paró con velocidad de Usain Bolt, agarró una escoba que tenía al lado de su cama y me empezó a perseguir por la casa. Como pude agarré la la polera que estaba en la entrada de la casa y salí corriendo a poto pela'o, en dirección al departamento del Jorge. Iba llegando al edificio, cuando recordé que el conserje no me iba a dejar entrar en pelota y que el Jorge estaba más cura'o que la chucha y que el día de la callampa se iba a despertar. Fui al estacionamiento y empecé a tirarle piedras a su departamento. Sí, al piso 8. Dios es grande no más, porque justo el Jorge estaba despierto y salió, se cagó de la risa un buen rato, y después me hizo señas de que iba a bajar. Ya estando en el sofá del Jorge, le empiezo a contar la historia y POR LA CHUCHA EL JAX SE QUEDÓ EN LA CASA DE ESTA HUEONA.

Obvio que ni cagando iba a ir yo a buscar al perro, así que mandé al Jorge. Estaba bien el perrito, pero la Javiera estaba castigada.

Fue una linda historia que tuvo sus episodios siguientes, hasta que esta hueona se puso a pololear y cagó todo.

6 años de imbecilidadesWhere stories live. Discover now