𝓠𝓾𝓲𝓷𝓬𝓮

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Días después

Al otro día de que Shawn se había ido, recibí una llamada de su parte diciéndome que ya había llegado a Escocia para dar su primer concierto, así que le deseé mucha suerte. Luego tuve una cita con mi ginecóloga, decía que todo iba bien con el bebé, aunque aún era pequeño, además me dió algunas ecografías que después se las enseñé a Shawn, quien se volvió loco y lloró de la emoción.

El día de hoy, me alisté desde la mañana para realizar el viaje esperado por Dua y yo. Así que ahora nos encontrábamos abordando un avión que se dirige a Malibú, al oeste de Los Ángeles, California.

En el vuelo de cinco horas, platicamos un poco mientras mirábamos un par de películas. Se podría decir que no dormimos en todo el viaje, porque salimos aproximadamente a las diez para estar aquí justo cuando dieran las doce en el horario de Malibú.

En cuanto llegamos, fuimos por nuestras maletas y al salir, unos cuantos reporteros se acercaron a nosotras con la relevancia en sus bocas de que estaba embarazaba. A pesar de eso, los atendí gustosa por unos cuantos minutos. Después salí de esa multitud atendiendo fans, para finalizar estando dentro de un Uber que Dua había pedido con anticipación.

El chofer nos llevó hasta el hotel donde habíamos hecho una reservación, y cuando llegamos con discreción, nos dieron las llaves de la habitación que compartiríamos. El botones, se ofreció a hacer su trabajo con nuestras maletas, así que nos hizo el favor de llevarlas hasta nuestro cuarto.

En cuanto llegamos, había recordado hacerle una llamada a Shawn diciendo que ya había llegado a Malibú. Me comentó también que haría el famoso videoclip en Birmingham así que estaba saturado de trabajo, por lo que no quise interrumpirlo y me despedí de él.

Dua y yo conversamos acerca de ir a comer y después visitar la playa. Por lo tanto, nos dimos un baño para estar presentables e ir a buscar algún lugar de comida. En cuanto salimos del hotel, el botones de hace un rato nos hizo una recomendación de un restaurantes exquisito, según sus propias palabras, así que no perdimos ni un segundo en ir a donde él dijo.

Cuando probamos el excelente menú del lugar, confirmamos que el botones tenía un muy buen gusto, por lo que, cuando regresamos para cambiarnos le dimos las gracias.

Una de las muchas ventajas que tenía el hotel, era un área privada de una parte de la playa que no nos hacía caminar tanto y tenía lugares de comida al igual que mesas conforme a las habitaciones. Lo mejor de todo, es que estaba restringido el paso a paparazzis, así que no nos preocupábamos por eso.

Cuando llegamos, fuimos a poner nuestras toallas sobre la arena, donde también una sombrilla nos cubría del sol.

—Vamos—dijo Dua levantándose en seguida.

—Andando—imité su acción para dirigirnos al mar.

El agua era una delicia, no estaba ni muy caliente ni muy fría. Estaba tan perfecta que me hacía entrar en un trance de relajación profunda.

—Pensé que habría más personas—comentó ella.

—Por suerte no son tantas—le contesté.

—Está bien—asintió—así pasaremos mejor estos días—dijo sonriendo.

Nos divertimos mucho dentro y fuera del agua. También, Dua había pedido algunas bebidas para nosotras mientras mirábamos el hermoso paisaje del atardecer. Era una vista perfectamente hecha para el verano.

𝓝𝓾𝓮𝓿𝓮 𝓶𝓮𝓼𝓮𝓼・*:.˛ ˚𝗦𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora