𝓝𝓾𝓮𝓿𝓮 𝓶𝓮𝓼𝓮𝓼･*:.˛ ˚𝗦𝗠

𝓥𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓼𝓮𝓲𝓼

Le tenía preparada una sorpresa a Shawn en el jardín de la casa. Un lindo picnic con comida deliciosa dentro de una casa de acampar con almohadas y sábanas. Por lo que apresuré a Shawn para que llegáramos lo más rápido a la casa, y en cuanto lo hicimos, bajamos del auto y entramos.

—Bien, sólo tenemos que ir al jardín trasero—dije tomando su mano luego de haber dejado mi bolso sobre el comedor.

—¿Al jardín trasero?—preguntó confundido.

—Si, al jardín—respondí guiándolo hasta allá.

Unos cuantos metros más y ya estábamos afuera frente a un intento de casa de acampar hecha con sábanas y decorada con luces que me ayudó a hacer Dua.

—¡Es hermoso!—expresó sorprendido observando todo con mucho detalle.

—¿En serio te gustó?—pregunté sonriendo emocionada.

—¡Por dios! ¡Si!—asintió—lo amé, es muy romántico—rió al final entrando a la casa de acampar.

—¿Muy romántico?—reí y él asintió de nuevo ayudándome a entrar.

—¿Sabes?—me senté a su lado—recordé cuando hacíamos algo así en la sala de la casa de mis papás, ¿te acuerdas?—preguntó contento.

—Me inspiré de esos momentos—confesé sonriendo también.

—Hemos pasado por tanto—dijo luego de unos segundos en silencio—atesoro muchos momentos a tu lado, ¿lo sabías?—asentí recargando mi rostro sobre su hombro—te amo—besó mi cabello.

—Yo también—levanté las comisuras de mis labios tenuemente.

Nos quedamos así unos minutos más. Disfrutando de la compañía del otro, sintiendo al otro, amando al otro.

—¿Me prometes que no va a haber alguien más a parte de nosotros cuatro?—le pregunté de la nada causando un poco de sorpresa en ambos.

—Te lo prometo, amor—respondió en seguida separándose de mi—siempre van a ser mis dos pequeños o pequeñas y tú, nadie más, ¿okay?—tomó mi mejilla.

—Está bien—aseguré dándole un pequeño beso en los labios—ahora...¿quieres bailar?—pregunté luego de unos segundos.

—Andando—respondió mientras yo ponía la música en mi celular.

—I was scared of dentists and the dark...—se escuchó.

Shawn me dio su mano para que pudiéramos levantarnos y yo comenzara a bailar a su lado.

—You're the magician's assistant in their dream...—Shawn cantó.

—And they come unstuck...—le seguí yo.

—Lady, running down to the riptide...—comenzamos a cantar los dos juntos el coro pegadizo que nos hizo bailar extrovertidamente.

Toda la canción tratamos de sacar nuestros pasos más extraños pero según íbamos al ritmo, los disfrutábamos, y podíamos sentir la adrenalina recorriendo todo nuestro cuerpo hasta que se acabaron esos tres minutos y veinticinco segundos. Terminamos riendo a carcajadas de nosotros mismos.

—Jamás me había sentido así de enérgico—expresó Shawn con emoción.

—Simplemente romántico—le recordé—¡Oh! Se me había olvidado—dije chasqueando los dedos—falta un último regalo—sonreí.

—Claro, ¿cómo no había pensado en que tendrías más sorpresas?—dijo irónico y yo reí entrando a la casa.

—¡Date la vuelta!—le grité.

—¡De acuerdo!—contestó en seguida.

Fui a la habitación donde guardamos la despensa y saqué el pequeño regalo que le tenía preparado. Luego, caminé hasta llegar a donde estaba él y toqué su espalda para que pudiera voltear y quitar sus manos de sus ojos.

—Más cajas—dijo divertido.

—No te quejes y ábrelo—le dije haciéndolo reír.

—No me quejo, es tierno que te tomes el tiempo de encontrar cajas de diferentes tamaños para mis regalos—me molestó y rodé los ojos.

—¡Vamos, Shawn!—lo apresuré entre risas.

—Ya voy, ya voy—quitó la cinta del regalo y abrió la caja mostrando una plumilla para su guitarra—¡Es increíble! ¡Tiene nuestras iniciales!—dijo emocionado.

—No es algo tan cool, pero me gustó—dije subiendo mis hombros.

—No menosprecies esta hermosura, es muy lindo y atento de tu parte—me miró—gracias, Elle—me dio un abrazo que correspondí.

—¡Feliz cumpleaños!—dije sonriendo divertida.

Después seguimos festejando mientras comíamos muffins de chocolate y almendras. No sabe tan mal como suena. Finalmente terminamos escuchando a Ed Sheeran hasta que comenzó a hacer más frío y decidimos entrar a la casa.

—¿Te imaginas a nuestros bebés aquí dentro?—señaló la casita hecha de sábanas. Lo que dijo me causó ternura.

—Me lo imagino, y es una linda imagen—sonreí levantándome junto a él.

—Ya quiero que nazcan—hizo un puchero—ya quiero tenerlas en mis brazos—y seguía llamando por pronombres femeninos. Continua en su posición de que serán niñas—ya quiero conocerlas—comentó desesperado.

—Van a ser niños—fue lo único que dije y él me miró mal haciéndome reír burlonamente—también quiero conocerlos o conocerlas—tomé mi estómago y él se acercó a hacer lo mismo.

Después entramos a la casa como habíamos planeado, y nos dirigimos a nuestra habitación para prepararnos para dormir. Mientras Shawn regresaba de lavarse los dientes yo estaba viendo mis teléfono concentradamente, tanto así, que no me di cuenta de cuando Shawn entró a la alcoba.

—Bebés...—se recostó a un lado mío en lo que yo ponía mi teléfono en la mesa de lado—¿se acuerdan cuando se movieron y sólo su mami pudo sentirlos?—reí—pues ahora es mi turno—dijo seguro—¡Por favor! Mis bebés, muévanse para papá, por su cumpleaños—dijo sobando mi estómago.

—Shawn, te ves muy tierno—dije entre risas.

—¡Por favor!—pidió sin quitar sus manos—sería muy lindo que su...—se calló—¿lo sentiste?—preguntó sorprendido.

Sus palabras habían servido después de todo.

—¿Recuerdas que están dentro de mi?—le pregunté con obviedad haciéndolo reír.

—Cierto—asintió—los amo mucho—y más pataditas se sintieron—al parecer les gusta que su papá les hable—sonreí con ternura—los amo—dio un beso en mi estómago—descansen—susurró y luego se acomodó a un lado mío—¡Este es el mejor cumpleaños de mi vida!—dijo feliz extendiendo sus brazos.

—Lo terminaste de una buena manera, ¿no es así?—dije cubriéndome con las sábanas de la cama.

—A lado de las personas que más amo—asintió haciéndome sonreír.

—Que descanses, cariño—le di un corto beso en los labios.

—Igual, amor—dijo pasando una mano por mi cintura para acariciar mi estómago como todas las noches.