● ten | discovery

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D E S C U B R I M I E N T O△▽△▽△

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D E S C U B R I M I E N T O
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La Navidad había llegado tan rápido que Freya tuvo poco tiempo para planear lo que diría cuando se enfrentara a Remus. Después de todo, él esperaría que ella dijera algo, ¿verdad? No podía simplemente actuar como si él no hubiera admitido que le gustaba.

Parte de ella temía volver a Hogwarts, pero la otra mitad lo ansiaba. Sus padres la habían vuelto loca, entre sus constantes críticas a su colegio y sus comentarios sobre su futuro.

Aunque el viaje de regreso a Hogwarts no comenzó hasta tres días, no obstante, comenzó a recoger sus pertenencias. Sus manos envolvieron el libro grande y pesado de ciencias titulado «Guía para principiantes de química» que le habían dado sus padres la mañana de Navidad. Con el ceño fruncido en su rostro, lo deslizó detrás de una pila de libros desordenadamente organizados en su estante de libros sobresaliente.

Podía recordar vívidamente la mañana de Navidad y todavía enviaba pensamientos furiosos a su mente.

—Ahora tal vez puedas estudiar cosas normales, cariño. —había sonreído su madre al lado de su padre, mientras la rubia desenvolvía el segundo libro pesado y muggle.

—¿Cosas normales? —Freya susurró la pregunta con las cejas fruncidas mientras su mirada permanecía fija en la dura novela que estaba sentada en su regazo.

—Bueno, en comparación con las cosas paranoicas que aprendes en esa escuela tuya. —respondió su padre bruscamente antes de tomar un largo sorbo de café como si no fuera nada.

Freya cerró los ojos y contó hasta diez, la Navidad era su fiesta favorita y estaba haciendo todo lo posible para no arruinarla, pero el siguiente comentario de su madre la puso al límite.

—¿Qué está haciendo, Paul? ¿Está haciendo un hechizo? —la mujer agarró con fuerza la muñeca de su esposo como si necesitara algún tipo de protección de su hija.

Freya gritó, con los puños apretados a los lados.

—¡Aún no he dominado la magia sin varita! Y de todos modos, ¿por qué lastimaría a mi propia madre?

—Bueno, me disculpo porque eso es lo que parecía y...

—Estaba contando hasta diez para calmarme mientras esta estupidez —dijo Freya, con la voz aún alta mientras hacía un gesto entre los tres— ¡sucedía!

Su madre empujó sus gafas más arriba del puente de su nariz, pero mantuvo una mano firmemente alrededor del brazo de su esposo.

—Si no se nos dieran razones para pensar que lo que sea que se haya metido en este mundo mágico sea peligroso, no estaríamos tan preocupados por ti.

—No estás preocupada por mí, me tienes miedo.

La mujer severa abrió la boca para objetar, pero el padre de Freya habló en su lugar:

𝐒𝐓𝐀𝐈𝐍 ─ remus lupin  ( español )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora