• . ˚ * ━━ 𝐒𝐓𝐀𝐈𝐍
❝Las manchas que adornaban sus camisas eran diferentes; las de él eran de café derramado y las de ella de quemaduras accidentales de cigarrillos. Sin embargo, las manchas en sus cuerpos combinaban perfectamente con las mordedur...
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L I N T E R N A S △▽△▽△
Era una tarde sorprendentemente soleada para Halloween, aunque todavía hacía frío y todos los estudiantes parecían saberlo. Se demoraron junto a las ventanas gigantes y arqueadas mientras caminaban entre clases, sólo para dejar que la luz cayera sobre sus rostros. La última semana había sido nada más que lluvia y Freya esperaba que el sol secara la hierba blanda y fangosa.
Así que James, Peter, Sirius y Freya se paseaban contra la pared mientras se dirigían a su próxima clase (Lily estaba en Runas Antiguas con Mary mientras que Marlene estaba con Remus en la enfermería).
Justo cuando estaban a punto de doblar una esquina, la robusta figura de Slughorn se dirigió hacia ellos e incluso repitió sus nombres alegremente con una sonrisa. En respuesta, Sirius inmediatamente se dio la vuelta e intentó caminar en otra dirección, pero Freya enganchó su dedo en su túnica y tiró de él hacia ellos. Después de todo, la amistad se trataba de atravesar el infierno juntos.
—Ah, justo las personas que quería ver —dijo el hombre observando a los cuatro—. No se preocupen por el tiempo, le dije a su amable profesor que llegarían tarde.
Si estaba esperando algún tipo de respuesta, no pasó por sus mentes ninguna apropiada, por lo que permanecieron en paciente silencio. Slughorn negó con la cabeza antes de continuar.
—La profesora Binkley me ha informado de que ustedes dos —señaló a Freya y a James— han sido castigados.
Al enterarse de que la situación no lo involucraba, Sirius resopló y se apoyó contra la pared con los brazos cruzados. Peter observó sus acciones antes de copiarlas él mismo.
—Los veré en mi oficina la segunda noche de noviembre, tengo una cena de Halloween tardía para mi Club y estoy seguro de que ustedes dos pueden ayudar a los elfos domésticos en las cocinas.
James asintió, ansioso por usar los espejos dobles. Le dedicó un guiño a Sirius, como si quisiera recordarle el espejo también, pero el chico ya le había dirigido una mirada de pánico. Freya lo entendió. El dos de noviembre era luna llena y ellos siempre planeaban estar con Remus en esas horas difíciles.
—¿Está seguro de que no podemos hacerlo otra noche? —preguntó la rubia preguntó—. Tenemos un gran trabajo para el día siguiente.
En todas las ocasiones en que los Merodeadores habían tenido detención, cinco o seis habían sido en noche de luna llena. Sin embargo, tendían a esquivar esa fecha. Aunque Slughorn se tomaba muy en serio las fiestas de su club y realmente quería ayuda con esta.
El profesor Slughorn frunció el ceño ante el grupo. Se veían bastante extraños. Freya y Sirius tenían expresiones de exasperación; Peter había comenzado a mirar entre los dos con confusión; y James estaba tan atrapado en la idea de usar su espejo de nuevo con una sonrisa de suficiencia en su cara, que el profesor no entendía en absoluto.
