• . ˚ * ━━ 𝐒𝐓𝐀𝐈𝐍
❝Las manchas que adornaban sus camisas eran diferentes; las de él eran de café derramado y las de ella de quemaduras accidentales de cigarrillos. Sin embargo, las manchas en sus cuerpos combinaban perfectamente con las mordedur...
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S Y B I L L △▽△▽△
Dos situaciones parecidas tuvieron lugar en dos habitaciones diferentes de la torre de Gryffindor. En cierto dormitorio, James seguía hablando sobre lo irreal que su cita había sido. Cómo el cabello de Lily tenía el mismo olor que flores silvestres, cómo milagrosamente no le gritó todo el tiempo, y cómo ella le guiñó un ojo a su propuesta de otra cita. En el dormitorio de las chicas, las cuatro compañeras de cuarto se sentaron en un círculo pidiendo a Lily más información, que naturalmente ella divulgó.
Esa era la diferencia. Mientras que Freya le pedía a Lily que contara cada detalle, Sirius le aconsejó a James que se fuera. Era la una de la mañana, habría práctica de Quidditch por la mañana, y James todavía no callaba.
Finalmente, Marlene apagó la luz de su dormitorio, y tres de las chicas se quedaron dormidas en un sueño tranquilo, pero Freya no pudo. Sus pensamientos revoloteaban como luciérnagas en su mente que actuaba como una jaula de retención.
Cuando su pequeño reloj marcaba la 1:50, Freya se levantó de su cama y pisó el suelo de madera. Cogió un par de calcetines de su baúl y los deslizó sobre sus pies helados antes de ir hacia la puerta. Mientras caminaba, los tablones de madera crujieron bajo sus pies.
No fue a la sala común para dormir en el sofá como otros estudiantes incapaces de descansar. En cambio, fue a los brazos de Remus. Sin embargo, la sorprendió ver la luz que brillaba desde la grieta entre el suelo y la puerta de los Merodeadores, un hechizo encubriendo el alboroto en el interior.
Era típico de los cuatro chicos quedarse despiertos hasta tarde, para algo más que la ocasión de la luna llena, pero a Freya le sorprendió un poco verlos despiertos tan tarde el día anterior a una práctica de Quidditch.
Giró el pomo y empujó la puerta para poder pasar. El sonido de la conversación fue lo primero conoció sus sentidos antes de ver a sus amigos, una sonrisa en sus labios. Sirius estaba sobre James, una almohada golpeando a su mejor amigo una y otra vez, pero el chico de gafas continuaba hablando de su maravillosa cita con Lily.
Sus ojos vagaron hacia Remus, quien estaba enterrado debajo de una pila de mantas con las que Peter parecía estar haciendo un fuerte.
—¿Cornamenta está pidiendo guerra, Canuto? —preguntó Peter desde el fuerte.
La rubia aprovechó esto como una oportunidad para entrar completamente en la habitación y posarse detrás de la cama de Remus, su cabeza descansando en el dorso de su mano mientras observaba la situación.
—Creo que así es.
Freya estaba muy agradecida por el hechizo silenciador que protegía la habitación. El drama continuó mientras Peter se levantaba.
—¿Cómo te atreves, Cornamenta? ¿Cómo te atreves a privar a tus compañeros Merodeadores de su dulce sueño para hablar sobre una hermosa doncella? ¿Qué honor es este? De todo...
