Capítulo 18

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Leed lo que puse al final, por favor.

Narra Ted

 Sus ojos están posados en mí, lo noto. ¿Alguna vez habéis tenido la sensación de que alguien te estaba mirando? Pues es la misma que yo tengo ahora. Abro los ojos lentamente y la observo, tal y como ella está haciendo conmigo.

—Buenos días. —Susurro en su oído. —¿Por qué no me has despertado? —Continúo hablando sin separarme de ella.

—Quería verte dormir. Observarte y ver tranquilidad en tu rostro.

—Estoy tranquilo porque tú estás aquí. —Digo muy seguro de mis palabras.

 Se tumba sobre mi pecho y juguetea en él con sus manos.

—Me gustaría quedarme aquí para siempre y no tener que volver a la rutina.

—Yo también. —Rodeo su cintura con mi brazo y aprovecho para dejar un beso en su pelo.

Se revuelve y se suelta de mi agarre para mirarme.

—¿Mis palabras de ayer fueron...? —Se interrumpe a sí misma. —Ya sabes, el "yo también te quiero Ted" —Sus mejillas se sonrojan al pronunciar esas palabras y se vuelve a esconder su cabeza en mi pecho. Sonrío y levanto su cabeza, impidiendo que la vuelva a bajar.

—¿Te arrepientes de haberlo dicho? —Intenta bajar su cabeza pero esta vez no puede. —Paula, ¿te arrepientes? —Mi voz suena apagada.

—No y eso no me gusta. —Sonrío.

 Bajo mi mirada hacia sus labios y los rozo con los míos. Sigo rozándolos hasta que ella se decide. Calmado y sin prisas. Así son los mejores.

—Recuérdame que mate a Sara —Dice entre beso y beso. —Bueno no —Sonríe y sigue a lo suyo.

 Petan a la puerta rompiendo este momento. Me separo de ella y voy a abrir la puerta. Como no, Alice.

—Porque soy tu hermana que sino... —Deja la frase en el aire mirándome de arriba abajo. Me empuja y pasa a la habitación sin permiso alguno.

—¡Paula! —Grita nada más verla. Ella se sonroja y se intenta tapar con las sábanas menos los brazos. Mi mirada es de incredulidad. Alice corre hacia ella y la abraza. —Por fin veo en persona a la chica que tiene loco a mi hermano. —Se gira con una sonrisa al acabar de pronunciar eso.

—Por lo menos deja que se vista ¿no? —Me río y Paula me lanza una mirada suya de "uy como te pille." Recojo su ropa y se la doy. Se hunde debajo de las sábanas y se empieza a cambiar.

—A saber que habréis hecho aquí y yo sentada. —Dice Alice riéndose.

—Nada —Responde Paula debajo de las sábanas.

—Eso es lo que se dice siempre, pero la verdad es otra. —Suspira como si ella hubiera dicho eso en alguna ocasión.

 —El pantalón no sube. —Se escucha un quejido de fondo.

—¿Te ayudo? —Su respuesta es no, pero camino en su dirección. Intento tocarla pero me da un manotazo. Alice se ríe. —Voy a ducharme y después te llevo a casa.

 Las dejo fuera solas y voy a ducharme. Una ducha rápida y fuera. Me visto en el baño  mientras escucho sus risas fuera. ¿De qué estarán hablando? Salgo y se callan, aguantando reírse de nuevo. Las miro hasta que Paula habla.

—Quería flores de floristería y vas tú y le regalas una del suelo. Pobre niña. —Las dos se ríen y le toma el turno de palabra Alice.

—Y el día que te caíste de la acera por ir mirando a aquella chica. Eso fue graciosísimo.

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